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El Mito de la ‘Intimidación Energética Rusa’ falsificado por las élites occidentales para impulsar la siguiente fase del Gran Reseteo: El colapso planetario de los sistemas de producción de energía y alimentos

 El invierno próximo será “brutal y divisivo”, profetiza la revista globalista The Economist, mientras la política de sanciones contra Rusia sigue causando escasez de combustible y alimentos a nivel mundial y la deuda de las empresas eléctricas europeas se dispara a 1,7 billones de dólares. Sin embargo, el daño principal no está en Rusia, sino en el resto del mundo, lo que demuestra que la intención real es el genocidio maltusiano contra toda la raza humana.


Fuente: Mente Alternativa

Según Bloomberg (1), la deuda de las empresas eléctricas europeas, que ha ido subiendo desde el inicio de la pandemia manufacturada, ahora se ha disparado a 1,7 billones de dólares debido a la crisis energética.

Medios globalistas de propaganda como The Economist, que es propiedad de familias de la nobleza negra anglo-veneciana, cuentan verdades sesgadas para propagar el mito de la “intimidación energética rusa”, según el cual la crisis energética actual se está agravando rápidamente debido a que “Vladimir Putin está estrangulando el suministro de gas ruso”. (2)

Una portada reciente de la revista The Economist, propiedad de las familias Rothschild y Agnelli, muestra a Caperucita Roja caminado en la nieve entre tuberías de gas, mientras es acechada por un oso que representa a Rusia. Si bien es cierto que el invierno próximo será “brutal y divisivo”, como profetiza la oportunista revista anglo-venecianas, la realidad es que la crisis energética actual ha sido manufacturada por las mismas élites globalistas que están detrás de la pandemia, del neonazismo en Ucrania y de la revista The Economist —y no por las acciones de la Rusia de Vladimir Putin. Así, la alegoría de Caperucita Roja es asertiva en el sentido de que lo que promueve esta revista es un cuento que distorsiona la realidad.
Una portada reciente de la revista The Economist, propiedad de las familias Rothschild y Agnelli, muestra a Caperucita Roja caminado en la nieve entre tuberías de gas, mientras es acechada por un oso que representa a Rusia. Si bien es cierto que el invierno próximo será “brutal y divisivo”, como profetiza la oportunista revista anglo-venecianas, la realidad es que la crisis energética actual ha sido manufacturada por las mismas élites globalistas que están detrás de la pandemia, del neonazismo en Ucrania y de la revista The Economist —y no por las acciones de la Rusia de Vladimir Putin. Así, la alegoría de Caperucita Roja es asertiva en el sentido de que lo que promueve esta revista es un cuento que distorsiona la realidad.

Otros medios del establishment contribuyen con más descaro el mito de la intimidación energética rusa al publicar mentiras como la de que “Putin está bloqueando deliberadamente el suministro de trigo del mundo” o que “Rusia ha puesto un impuesto a las exportaciones haciendo que los precios suban.”

Información contrastable publicada el 19 de julio por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia (3), desmiente así los mitos antes mencionados:

“Hecho: Según las estadísticas de la ONU, se producen anualmente 800 millones de toneladas de grano en todo el mundo. Por lo tanto, los 20 millones de toneladas de grano ucraniano estimados no pueden resolver radicalmente el problema por definición.

Además, la UE sigue dependiendo de las importaciones de cultivos forrajeros, sobre todo de maíz, por eso, mientras grita a los cuatro vientos sobre la urgente necesidad de salvar los cereales ucranianos, la UE se preocupa sobre todo de su propia seguridad alimentaria.

Rusia nunca ha bloqueado las exportaciones de cereales desde los puertos ucranianos del Mar Negro. Al contrario, estamos haciendo todo lo posible para proporcionar dos corredores marítimos humanitarios en el Mar Negro y el Mar de Azov. El problema es el alto riesgo de minas y las amenazas de Kiev de disparar a los barcos. Esto hace imposible la navegación segura en sus aguas territoriales.”

Rusia no ha puesto un impuesto a las exportaciones haciendo que los precios suban

“Realidad: Introducir derechos de exportación o cuotas de exportación en algunos productos básicos es una medida forzada destinada a proteger el mercado interno de las fluctuaciones de precios y a estabilizarlos. La crisis alimentaria y energética provocada por las políticas egoístas de Occidente ha obligado a muchos países a tomar este camino.

El Gobierno ruso introdujo derechos de exportación sobre los cereales a principios de 2021 y asignó cuotas para las exportaciones de grano ya en 2020. Esto no tiene nada que ver con la crisis ucraniana.

El Gobierno ruso utiliza los ingresos obtenidos por los derechos de exportación para ampliar la infraestructura de producción. Esto ayuda a impulsar las exportaciones agrícolas y a estabilizar el mercado internacional de alimentos, que ha sido destrozado por las políticas de Occidente.”

La crisis energética de Europa se agravó cuando Alemania detuvo el proceso de certificación del controvertido gasoducto Nord Stream 2, el cual además de ir contra las políticas verdes desindustrializantes y maltusianas impulsadas por las élites anglo-venecianas, constituye una amenaza estratégica para el orden unipolar anglosajón, pues impulsa la integración euroasiática y la multi polaridad.

Así, el cóctel manufacturado que incluye: las consecuencias de la pandemia manufacturada, el sabotaje a la certificación del gasoducto Nord Stream 2, las sanciones occidentales contra Rusia por la guerra en Ucrania —planificada por Londres y Wall Street utilizando neonazis ucranianos aliados con el MI6 y la CIA—, desencadenará en conjunto la siguiente fase del Gran Reseteo, que es el colapso planetario de los sistemas de producción de energía y alimentos.




tierrapura