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El Presidente cierra su gira europea con marchas y contramarchas, frente al duro impacto de la inflación

 Alberto Fernández concluye su breve gira europea preocupado por los mismos temas con que había iniciado su viaje a Madrid, Berlín y París: la interna y el registro de la inflación. Los cambios de discurso fueron señales salientes, y tal vez se deban a la comprobación de la imagen negativa que representa un viaje sin resultados efectivos y teñido por la batalla en el interior del oficialismo. Poco antes del regreso, el INDEC confirmaba el dato que ya le habían adelantado sobre el IPC de abril.

Según trascendió, el Presidente fue informado sobre las cifras que surgían del procesamiento de los últimos datos del mes pasado y de las estimaciones de consultoras privadas. Finalmente, el INDEC comunicó que abril había terminado en el 6%, con lo cual el cuatrimestre sumaba 23,1% y la marca anual alcanzaba el 58%.

En medios cercanos a la Casa Rosada y también entre algunos aliados -como gobernadores y la CGT- se viene señalando el sentido desgastante de las disputas internas frente a la crisis. La pelea había vuelto a escalar con el discurso de Cristina Fernández de Kirchner, en el Chaco, y las respuestas de Alberto Fernández, en las dos primeras escalas europeas, para verse con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y con el canciller alemán, Olaf Scholz.

El primer cambio presidencial fue notorio. En la previa del viaje, en la Casa Rosada advertían que Alberto Fernández y sus funcionarios evitarían entrar en el golpe por golpe de la interna. En el propio vuelo que llevó al mandatario a Europa, ratificó la misma postura a una docena de periodistas que lo acompañaron.

Sin embargo, Alberto Fernández modificó esa “estrategia” en entrevistas con medios de España y Alemania. Respondió los cuestionamientos de Cristina Kirchner, volvió a plantear la intención de competir por la reelección el año que viene y defendió la política económica. Eso relegó a segundo plano la propia visita a líderes europeos, una señal política.

En su última escala, el Presidente volvió a modificar el discurso. En París y con día libre, antes del encuentro con Emmanuel Macron, buscó bajar el tono a la disputa con la ex presidente y dijo no tener en la cabeza el proyecto reeleccionista.

El kirchnerismo se mantuvo en silencio durante la semana, aunque se mostró activo para avanzar con sus proyectos en el Congreso. Esa posición es interpretada como un intento de “imponer agenda”, sobre todo en materia económica. Avanzó, por ejemplo, en el Senado: impuso su mayoría para aprobar el proyecto de virtual “blanqueo” de bienes no declarados en el exterior, para pagar los compromisos con el FMI.

El proyecto se suma ahora a la cargada agenda de Diputados, con incierto futuro porque el oficialismo no cuente con mayoría, Están en espera proyecto como la reforma del Consejo de la Magistratura.