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El BCRA tomó más dinero en Leliq y Notaliq

 

Y mañana Guzmán tomará más deuda en pesos, ajustable por inflación o tipo de cambio.

Empecinado, con cada vez más integrantes del Frente de Todos en su contra, el ministro de Economía Martín Guzmán sigue con sus políticas económicas, y detrás de eso ahorristas e inversores sienten que no va a poder cumplir con las metas acordadas con el FMI y la gente se saca de encima los pesos de encima con una velocidad cada vez mayor.

Los que no tienen alternativa y usan el dinero para comprar alimentos y sobrevivir, tuvieron que pagar ayer un kilo de naranjas a $800 y, según el Indec, en abril para no ser pobre una familia tipo necesitó ganar al menos $95.260 mensuales, y requirió de $42.527 para no caer en la indigencia, confirmando las estimaciones de casi todo el espinel de economistas que ven para este año una inflación piso del 72% anual, con algunos especializados de prestigio advirtiendo que puede volar a tres dígitos.

Mientras los pobres se las tienen que ingeniar para comprarse comida, que según los supermercados es cada vez de peor calidad, ya que se venden productos de terceras o cuartas marcas, y buena parte de la población (incluso clase media) ya abandonó lo que consumía habitualmente, los que tienen suerte de contar con pesos sobrantes huyen hacia el dólar, que ayer tuvo otro salto en el mercado blue, con Naciones Unidas recomendándole a sus funcionarios: «si van a la Argentina cambien los dólares en el blue», calamitoso.

La suba del blue

La gran cuestión es que ayer el blue pegó otro salto de $3, alcanzando los $208 para la venta, por lo que lentamente se está acercando a los dólares financieros libres que ayer se estacionaron en la zona de los $209 el MEP y los $213 el contado con liquidación. Con estos valores, en los últimos treinta días el blue acumuló un salto del 6,7%, de $195 a $208 (el doble de lo que paga la nueva tasa de interés de los plazos fijos) y el contado con liquidación o dólar fuga pegó un brinco, también en treinta días, del 13,3%, de $188 a $213.

Este fuerte fuga del peso argentino no se da únicamente con el dólar: ayer mismo, comparando los tipos de cambio oficiales, la libra esterlina saltó $2,21 hasta $147,40, el euro subió $1,54 hasta $124,50 y el real subió 55 centavos hasta $23,87. Por lo que la moneda argentina cae sin parar, contra todas las monedas del mundo.

Y si se quiere, lo que puede calificarse como lo más absurdo de todo, fue que ayer aparecieron avisos con la siguiente propuesta: «si tiene monedas argentinas, no las gaste ni se las guarde, tráigalas que se las compramos». ¿Por qué aparecía semejante propuesta? Simple: el valor del metal con el que están hechas las monedas argentinas vale más que lo que las monedas pueden comprar, por lo que el que las compra, y las funde, las vende en el mercado de metales y hace una ganancia importante.

Pero detrás de ese episodio que sólo se vio en países que sufrieron procesos de hiperinflación, se está dando otro sufrimiento para los argentinos. El Estado se resiste a emitir billetes con mayor denominación. El billete más grande es de $1.000 (US$ 4,80 en el blue) y poder sacar dinero de los cajeros automáticos se está empezando a convertir en un verdadero infierno para muchos usuarios que consiguen mejores precios en los comercios si pagan en efectivo, sin factura, eludiendo por completo al Fisco.

Alarmas en el mundo

Esta nueva devaluación del peso argentino llega en un momento en el que se encienden las alarmas a nivel internacional. Dos de los tres presidentes más significativos de la Reserva Federal de EE.UU. anticiparon que en junio se vendrá una suba en la tasa básica de la Fed de medio punto, por lo que la tasa corta irá a 1,25%, y las tasas largas podrán estirarse hasta 4% (ayer se pagó 3% anual a 5 años, 3,1% a 10 años y 3,2% a 30 años).

Frente a eso, una decena de analistas financieros internacionales avisaron que esa suba en el costo del dinero será muy dura para los países endeudados y una espada complicada para los mercados emergentes, entre los que se destacó a Argentina. Puntualmente, la agencia de calificación de deuda Moody’s alertó a los inversores que las empresas argentinas pueden llegar a enfrentar en 2023 problemas para refinanciar sus compromisos, apuntando directamente al cepo cambiario que aplica el Gobierno argentino.

Los movimientos de las bolsas

Últimamente, por el bajo precio histórico de las compañías locales, la cotización de las acciones estuvo recuperando precio, mientras las Bolsas internacionales estuvieron cayendo. Pero la cotización de las Obligaciones Negociables de las empresas estuvieron perdiendo valor contado, ya que pasaron de pagar una tasa a vencimiento promedio del 6,5% anual para ubicar ese valor en este momento en 8,7%, con algunas compañías más débiles como YPF, por los juicios que enfrenta, con niveles mucho más alto. Y, en ese sentido, adelantándose a lo que puede venir, la siempre anticipatoria IRSA decidió lanzar un canje de deuda por US$ 360 millones, con dos ofertas para los inversores. Al tiempo que Moody’s mantuvo la nota de Edenor en BBB+, pero la colocó con perspectiva negativa.

Toda esta situación deriva de la estrategia de Guzmán, de no bajar ni un milímetro el gasto público relativo (devalúa y licúa a todos por igual, tanto públicos como privados), y eso destruye valor pero no mejora la posición de las empresas en términos relativos, por lo que el gasto público sigue siendo insostenible para los ingresos privados, y por eso la inversión y el empleo siguen sin aparecer.

Y Guzmán enfrenta un momento ciertamente decisivo. Este jueves intentará colocar, con revancha el viernes, un cúmulo de letras y bonos, muchos ajustables por inflación o por cotización del dólar, algo que el FMI no le recomienda. Pero no le queda otra alternativa, ya que en abril no llegó a juntar en el mercado local los pesos que necesita para cubrir los vencimientos. Este mes vencen papeles por un billón de pesos y entre junio y fin de año vencen otros 2,7 billones más. 

Como muchos inversores no están renovando esos vencimientos, para que los pesos no terminen en más inflación y en más salto del dólar (algo que evidentemente no está consiguiendo, el Banco Central chupó ayer más depósitos de los bancos, inundando a las entidades con Leliqs y Notaliq. Entre las dos colocaciones absorbió ayer $363.723 millones, sumando más rojo a una deuda que es una bola de nieve que ya asusta.

Del otro lado de la ventanilla, después de que el titular del BCRA le saliera a pegar al libertario Javier Milei por su propuesta de «dinamitar» el BCRA, la autoridad monetaria utilizó el cerrojo de sus seis cepos y ayer logró sumar reservas por segundo día consecutivo: ganó US$ 69 millones el lunes y US$ 38 millones ayer, en pleno primer semestre con la liquidación de la cosecha. Este año, quitando la ayuda especial que entregó el FMI el 25 de marzo, Reconquista 266 lleva perdidos US$ 4.414 millones, cuando el año pasado, a esta misma altura, había logrado sumar US$ 2.182 millones, y no teníamos como tenemos ahora un gasto por importación de gas que se llevará buena parte de la cosecha.

Con toda esa realidad local enfrente de nuestras narices, se siguieron sumando analistas de todos los colores anticipando que China y Europa desacelerarán más y que EE.UU. puede entrar en recesión, lo que podría impedirle a Jerome Powell subir tanto la tasa de interés como pretende. Eso hizo que ayer los especuladores de Wall Street se tomaran un descanso y los precios recuperaron fuerte: hubo un alza del 1,3% para el Dow, del 2% para el S&P y del 2,8% para el Nasdaq, mientras que la Bolsa de San Pablo mejoró 0,5% y la  de México subió 1,8%.

Y al mercado bursátil local no le fue mal: mientras los bonos repuntaron 0,3%, con una baja de 12 unidades para el riesgo país (hasta 1.924 puntos básicos), la Bolsa porteña repuntó 0,9%, con 1.529 millones de pesos operados en acciones y 3.671 millones en Cedears. Al tiempo que hubo una suba casi en bloque para las ADRs argentinas que cotizan en Nueva York, con aumentos de hasta el 6%, con Mercado Libre, Telecom, Supervielle y Pampa E como las beneficiadas. Y con IRSA P afectada con una baja del 3,4% justamente por el canje de su deuda. Igual no fue lo peor del día: en Wall Street todo el mundo se quedó con la boca abierta al ver el derrumbe del 11,4% de Wal-Mart.

Commodities firmes

¿Vendrá una estanflación? ¿Habrá recesión? El petróleo bajó ayer 2,4%, lo cual generó alguna tranquilidad. Los metales preciosos actuaron débiles, los metales básicos mixtos, las criptomonedas recuperaron. Y lo mejor del día fue viento de cola para Argentina: por el cierre de las exportaciones de India el trigo saltó 2,6% en Chicago y en Rosario hubo un gran aumento para el girasol y el trigo también estuvo muy firme. 

Estas noticias de los granos son buenas para la exportación pero malas para las góndolas argentinas. Por eso después de que el secretario Feletti advirtiera que los precios de los alimentos siguen imparables, recomendando más retenciones: subiendo el impuesto exportador al maíz de 15% a 20%, al girasol de 7% a 15% y al trigo de 12% a 25%, en una movida (por renta extraordinaria) que Guzmán y Kulfas no ven mal. Pero el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, fue a ver al Presidente y por ahora la medida está en suspenso. Pero el camino parece irreversible: tal como dijo Alberto varias veces, con un Estado quebrado, los privados serán los que paguen el ajuste.