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Para inversores: qué hacer con el dólar, según los gurúes de la city

 

El mercado descuenta una suba de tasas por parte del Banco Central, que aceleró en las últimas semanas la devaluación administrada. Se espera el peor dato de inflación del año.


El interés por el dólar tuvo un nuevo despertar en las últimas jornadas y el mercado y los ahorristas esperan cambios mientras definen qué posiciones tomarán. Se aguarda conocer el dato de inflación, que el ministro Martín Guzmán confirmó que superará el 6% pero prometió que será "la más alta del año".

En tanto que se descuenta una suba de tasas por parte del Banco Central, que aceleró en las últimas semanas la devaluación administrada.

Los dólares financieros comenzaron la semana corta con leves alzas, aunque las brechas culminaron debajo del 70%. El mercado permanece atento al dato de inflación que se conocerá esta semana para evaluar si el precio de la divisa en la Bolsa ya llegó a su "piso".

"El mercado está atravesando una crisis de liquidez, con lo cual no creemos que haya margen para una fuerte suba del dólar", consideró el analista Salvador Distéfano. Y explicó: "Entre el mes de marzo y abril los bancos bajaron un escalón los cupos de crédito y subieron las tasas, esto implica que hay menos financiamiento en el mercado, la liquidez tiene cara de hereje y más de uno tuvo que cambiar dólares para atender necesidades de capital de trabajo".

Asimismo, sostuvo que "el gobierno habilitó paritarias express, esto implica que en mayo habrá que pagar aumentos salariales y en algunos casos retroactivos, el dinero no es elástico, y no hay cómo enfrentar el pago de salarios si no es recurriendo a los ahorros, que generalmente están en dólares".

"A la espera del dato de inflación de marzo este semana, que se descuenta mostraría una nueva aceleración, los operadores se encuentran atentos al mayor ritmo que viene desplegando el Banco Central (BCRA) en el 'crawling-peg' y como correlato de todo ello una posible nueva suba de tasas", dijo el economista Gustavo Ber.

"Tras desinflarse de la mano del apetito hacia el carry-trade, los dólares financieros parecían haber testado el nivel de $190, a modo de piso, ya que los operadores considerarían podría ser suficiente ante el elevado ¨efecto nominalidad¨, profundizó.

El dólar "contado con liqui" (CCL)- operado con el bono Global GD30- subió 0,5% este lunes para ubicarse en los $190,97, por lo cual el spread con el tipo de cambio mayorista, que regula el Banco Central (BCRA) creció levemente al 69,6%.

Por su parte, el dólar MEP o Bolsa -también valuado con el Global 2030- avanzó apenas un 0,1% a $191,31, pero la brecha descendió al 69,9% ya que el oficial trepó en mayor magnitud.

Pese a los leves rebotes alcistas, las cotizaciones bursátiles finalizaron debajo del solidario (el dólar que pueden comprar la mayoría de los ahorristas minoristas) por novena jornada consecutiva.

En las últimas sesiones se viene observando calma en los tipos de cambio alternativos al oficial. Esto se da en un contexto de aceleración en la tasa de devaluación oficial, que aun así sigue corriendo detrás de la inflación y de las tasas de interés en pesos.

Este miércoles el INDEC dará a conocer el dato de inflación de marzo, que el sector privado estimó en 55%, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) realizado por el BCRA.

"Ante un dato elevado de inflación, se espera que el Central siga acelerando el ritmo de devaluación aún más, e incluso incremente la tasa de interés de referencia", dijo Research for Trades.

Roberto Geretto, de Fundcorp, resaltó que "algunas estimaciones indican que el IPC de marzo está cerca del 6%", lo cual redundaría en la inflación trimestral más alta desde 1991.

"Hay muchos factores detrás de este mal número, como es la aceleración del dólar oficial, la expansión monetaria y algunas subas puntuales", agregó.

Frente a la aceleración en las subas de precios, ganan atractivo las inversiones en letras y bonos en moneda local que ajustan por inflación, lo cual favorece el desarrollo de operaciones de "carry trade".

Fuentes del mercado aseguraron a Ámbito que, en este marco, se está percibiendo un importante ingreso de dólares de fondos de inversión "grandes". Esto se refleja, sostuvieron, en que la cotización del dólar en la Bolsa que surge de negociaciones bilaterales (SENEBI) opera por debajo de la cotización en pantalla (PPT).

"El mercado va a estar atento al dato de inflación a conocerse esta semana, donde algunas estimaciones indican que el IPC de marzo está cerca del 6%. De ser así, la inflación del primer trimestre sería de más del 15%, la cifra más alta desde 1991", resaltó Roberto Geretto de Fundcorp.

"Hay muchos factores detrás de este mal número, como es la aceleración del dólar oficial, la expansión monetaria y algunas subas puntuales", agregó.

Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, sostuvo que su impresión es que el Central ya eligió el ritmo de depreciación para abril y que será de alrededor del 4%. “Si quiere sostener este ritmo de crawling peg, probablemente haya una nueva suba de tasas tras conocerse el IPC de marzo, porque aquellos que tienen que liquidar dólares saben que ganan más esperando que liquidando y colocando a tasa, y eso desincentiva la liquidación y afecta a las reservas”, planteó.

Adrián Yarde Buller, economista en Facimex Valores, coincidió en el análisis: “Se espera que acelere la tasa de devaluación a la zona de 3,8% mensual a partir de abril. El programa con el FMI estaba planteado con una devaluación de 40% que el BCRA venía respetando, pero eso estaba pensado para una inflación de 48% que rápidamente quedó desactualizada. Con una inflación que va a estar más cerca de 60% el BCRA tiene que acelerar el ritmo para no apreciar el tipo de cambio, especialmente teniendo en cuenta que la primera meta de reservas se cumplió con lo justo. Las subas de tasas miran más el frente cambiario que la inflación”.

“El BCRA necesita subir tasas si quiere seguir acelerando la tasa de devaluación, ya que si devalúa por encima de las tasas va a atentar contra su propio objetivo de reservas. Si no, termina desincentivando las exportaciones, ya que los exportadores prefieren apalancarse y esperar a un tipo de cambio más favorable. Esto es crucial ya que el Central tiene un objetivo exigente de reservas netas y, si no acomoda las tasas de interés, va a tener dificultades para comprar dólares. Por eso la lógica sería ver una suba de tasas de magnitud importante la semana que viene”, agregó Yarde Buller.

Para Víctor Beker, director del Centro de Estudios para la Nueva Economía, la aceleración de la tasa de devaluación está ligada directamente con la tasa de inflación, en consonancia a lo acordado con el FMI, de que no haya atraso cambiario. “Con este nivel de inflación, el BCRA va a tener que incrementar la tasa de interés. Tanto la aceleración del crawling peg como la suba de tasas puede ayudar, en la medida que, puede generar una mayor venta de dólares por parte de los exportadores. Asimismo, una tasa más alta beneficia a las colocaciones en pesos y quita presión sobre el mercado de cambio paralelo, permitiendo achicar aún más la brecha”, señaló Beker.

Por su parte, Martín Carro, integrante del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV, advirtió sobre la dicotomía que enfrenta el Central. “Entre los objetivos del equipo económico está mantener la competitividad porque se necesita de un superávit comercial de bienes para hacer frente a todos los usos de divisas y para engrosar las reservas. Sin embargo, una depreciación brusca puede complicar la aceleración de los precios e impactar en el crecimiento”, planteó.

En este sentido concluyó: “Una suba de tasas es probable, por un lado, por las señales que dio el BCRA ante la aceleración inflacionaria y, por otro, el mercado prefirió inversiones más cortas, porque se espera que haya una nueva suba. Los bancos actualmente colocan lo menos posible en plazos largos en el BCRA. Asimismo, una tasa de depreciación superior a la tasa de interés desincentiva la liquidación de exportaciones. Por eso uno esperaría un alza en las tasas de interés ya que da más margen para poder depreciar a distintas velocidades sin lograr desincentivos y evitar problemas en el frente externo, donde está bastante estrangulado y con objetivos a cumplir de engrosar reservas, en torno a u$s5.000 millones anuales”.



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