Las criptomonedas ofrecen la posibilidad muy valorada de ser custodiadas por las personas que invierten en ellas. En consecuencia, presentan un riesgo de hackeo (el robo de los activos digitales por parte de un hacker) que lleva a muchos inversores a mantenerse al margen. Sin embargo, se puede reducir ese riesgo de manera considerable mediante la utilización de Hardware Wallets (Billeteras Físicas). Una Hardware Wallet es un dispositivo físico parecido a un pendrive con pantalla, en el caso del Nano Ledger; o a un pequeño smartphone, si seguimos el modelo de Trezor. Cuenta en su interior con nuestra llave privada y se conecta a la computadora a través de un cable USB, permitiéndonos el acceso a nuestros activos digitales en cualquier momento y lugar. Al tenedor de las Billeteras Físicas se le recomienda anotar en una hoja aparte las 12 o 24 palabras que conforman la llave privada y que permiten seguir accediendo a los fondos aún si se pierde el dispositivo, se daña o nos lo roban. Las palabras anotadas que componen la llave privada deben ser celosamente custodiadas, puesto que podrían darle el acceso de los fondos a un tercero no deseado. Pasemos en limpio lo dicho: para acceder al bloque de la Blockchain donde se encuentran nuestras criptomonedas, necesitamos la Billetera Física (Hardware Wallet) o las 12 o 24 palabras que componen la llave privada. Ambas deben ser guardadas en lugares distintos, de modo que un imprevisto no nos impida seguir accediendo a nuestro capital. Con la utilización de este tipo de dispositivos se logra llevar al mínimo los riesgos de hackeo impidiendo el acceso online a los fondos y haciendo que toda transferencia deba ser autorizada por el poseedor de la Billetera Física, quien deberá apretar los botones o tocar su pantalla para ejecutar la operación. |