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Subsidios, inflación y FMI: la economía y las pulseadas por el ajuste marcan otra vez el temario político

 La nueva disputa entre el Gobierno y administración de Horacio Rodríguez Larreta -esta vez, por los subsidios al transporte- se proyecta como un punto central de la agenda política para esta semana. Sin embargo, no es la única cuestión de peso. Mañana se conocerá la inflación de enero, un número que sería alarmante por sí solo y por la proyección creciente para este año. También es seguida de cerca la negociación para plasmar el acuerdo con el FMI: el detalle o “letra chica” es esperado por la oposición pero también por el kirchnerismo. Eso definiría el panorama del Congreso, que sigue paralizado.

Luego del previsible fracaso de la andanada inicial de Roberto Feletti al frente de la Secretaría de Comercio Interior, el Gobierno mantiene la apuesta a los acuerdos de precios aunque supone que el clima mejorará cuando corone la negociación con el Fondo. Sin embargo, en los próximos días apuntará a rubros sensibles como los alquileres y el pan.

El propio Feletti adelantó que el IPC de enero anotaría una cifra similar a la de diciembre, que fue del 3,8% y redondeó un 50,9% para el 2021. Algunas consultoras privadas evalúan que podría estar incluso alguna décima por encima en el primer mes de este año. Y las perspectivas del trimestre no son mejores.

Desde el Gobierno se apunta a que el cierre de la negociación con el Fondo bajaría las expectativas, aunque en este primer trimestre sería fuerte el impacto de rubros que estuvieron contenidos y que serán parcialmente modificados, empezando por las tarifas. El compromiso con el FMI incluye la reducción de subsidios, especialmente en el área de energía.

Por lo pronto, las taridas subirían en el orden del 20% para luz y gas, y algo más en el caso del agua. Los incrementos son el resultado del juego de la interna del oficialismo. El kirchnerismo frenó subas mayores para recortar subsidios, como proponía Martín Guzmán. Y Alberto Fernández habría tratado de evitar un agravamiento del conflicto doméstico.

A la espera del cierre de las tratativas con el FMI, se mantiene sin sesiones el Congreso, fruto a la vez de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados. El silencio de Cristina Fernández de Kirchner agrega tensión y se admite que tuvieron poco efecto las recientes comunicaciones con el Presidente.

Con ese telón de fondo, cerca del Presidente trabajan para lograr un aval “mayoritario” y ya no pleno de los bloques oficialistas en el Congreso. La Cámpora y otros sectores afines dejan trascender que entre veinte y treinta diputados no acompañan el acuerdo. Habrá que ver qué ocurre una vez que sea cerrado el texto con el FMI.

En el camino de lograr apoyo de los jefes provinciales y enviar un mensaje a su propio frente interior, el Presidente decidió dar batalla al gobierno porteño en el tema tarifario y clausurar los subsidios para las 32 líneas de colectivos que circulan exclusivamente dentro de la Capital.

La primera reunión entre funcionarios nacionales y porteños por este tema fue agendada para el jueves. La poda de fondos no comprende a unas doscientas líneas que transitan por el GBA, muchas de ellas con servicios que incluyen tramos en la Capital. Eso afectaría de manera directa a la gestión de Axel Kicillof y, políticamente, sería un desafío a la ex presidente.

La nueva ofensiva del Gobierno alimentó el conflicto dentro de Juntos por el Cambio, casi al mismo tiempo en que la principal oposición definía su postura sobre el acuerdo con el FMI: no trabará el tema en el Congreso.

El respaldo del radical Gerardo Morales al recorte de subsidios para el transporte porteño agregó un nuevo capítulo a la interna, en especial con  Rodríguez Larreta. Desde la UCR, otros referentes, entre ellos el mendocino Alfredo Cornejo, plantearon que si se discute seriamente el tema, debería ser tratado todo el sistema de subsidios que favorece al AMBA, es decir, a la Ciudad y al Gran Buenos Aires. Algo parecido dijo el gobernador jujeño en declaraciones posteriores al encuentro de jefes provinciales del viernes pasado.

En ese contexto, se aguarda ahora la reunión de funcionarios nacionales y porteños. Tampoco en el kirchnerismo verían con buenos ojos una “victimización” del jefe de gobierno porteño, que empieza a desplegar su propio proyecto presidencial 2023.