Es sabido que la protección tiene poco éxito en el terreno cuando se encienden focos en simultáneo, en distintos lugares y con distinto origen sin capacidad para extinguirlos. Desde luego, hay incendios naturales. Existieron siempre, pero en otro escenario: donde había lluvias regulares y las lagunas como los esteros contaban con abundante agua. El cambio climático global cambió las reglas de juego y el impacto de la caída de un rayo, por ejemplo, reviste ahora otra gravedad. Cualquier poblador rural podrá ratificar que nunca se vio una sequía como esta en la provincia. Que sea extremadamente larga la constituye en una amenaza. Sumado el fuego, el peligro se activa. Estos incendios naturales, entonces, ya no se dan con una frecuencia, intensidad y escala normales. El contexto es otro: anormal, y con el agregado de los focos intencionales. Estos últimos se realizan con y sin criterio, legal e ilegalmente, ya se para manejar o mejorar las pasturas ganaderas, eliminar los rastrojos de los cultivos o “desmalezar” con otros fines. Desde luego hay gente que los realiza con conocimiento, conciencia y técnicas apropiadas. Pero también están los otros, los descuidados, negligentes, criminales, los que los instigan y hasta unos pocos que los celebran, porque la destrucción de los ecosistemas silvestres genera expectativas de expansión de cultivos y forestaciones con pinos exóticos. De todos modos, recordemos que desde diciembre del 2021 está prohibido realizar quemas, porque el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) declaró el estado de emergencia ígnea en todo el territorio nacional. Así que con o sin criterio los focos iniciados este año son ilegales. Y se tiene evidencia: hay personas filmadas con cámaras de seguridad. Incluso, detenidos y hasta agresores a los bomberos, según dijo el Jefe de Operaciones de Defensa Civil, Orlando Bertoni. El Fiscal General del Poder Judicial de Corrientes, César Sotelo, instruyó a los fiscales de toda la provincia que prioricen la persecución penal de delitos vinculados a los incendios rurales y forestales, que podrían encuadrarse en aquellos cometidos contra la seguridad pública. Así, el promedio de causas llegó a ser de tres a cuatro por día (2). Veremos en qué quedan estas causas, porque nuestro país no es un ejemplo de justicia ambiental. |
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