Entradas
El diario británico publicó una extensa nota sobre la negociación de la deuda tomada por Mauricio Macri con el FMI, que fue destinada a la fuga de divisas, tal como lo reconoció el ex presidente.
El periódico analiza las marchas y contramarchas que sufrieron las negociaciones y las declaraciones de los principales referentes del Frente de Todos para concluir en un balance de “incertidumbre” respecto de lo que pasará y, sobre todo, de la predisposición a pagar de nuestro país en caso de que se celebre el acuerdo.
“Me he vuelto cada vez más pesimista”, atribuye el periódico a una fuente cercana a ambas partes en las conversaciones. “Ahora mismo, es tan incierto que podría pasar cualquier cosa”.
Lo que preocupa particularmente a los editores es el giro reciente de las declaraciones de Martín Guzmán. “Las personas informadas de las negociaciones están especialmente preocupadas por el hecho de que el ministro de Economía, principal negociador de Argentina y anteriormente una voz moderada en el gobierno, haya endurecido su línea”, lamentan.
El Financial Times consigna que, semanas atrás, Guzmán acusó al FMI de utilizar el préstamo para financiar la campaña electoral de Mauricio Macri. “La razón por la que Argentina se enfrenta a un problema en su balanza de pagos en 2022 es precisamente por la presencia de los préstamos del FMI”, declaró entonces el ministro a ese mismo medio.
El editor destaca que esta clase de declaraciones “afectan a la forma en que los accionistas del fondo ven al país. Hace que estén menos dispuestos a aceptar un programa”. Más aún, en el informe se consigna que los mismos accionistas descreen de la aplicación de un programa, aún si hay un acuerdo.
Un nuevo arreglo con el FMI permitiría que la Argentina acceda a dinero fresco para pagar la deuda existente con el organismo, aunque esto requeriría de auditorías para confirmar si el país ha cumplido con sus obligaciones antes de cada pago.
“Sería una auténtica pesadilla”, reconoció uno de los mediadores argentinos, que marcó: “Cada tres meses habría un pánico de morderse las uñas sobre si la revisión estaba en marcha y si la junta del FMI aprobaría un desembolso”.
Demasiada tensión para un gobierno que se desintegra por gravitación propia.
