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El banco central de Sudán devaluó abruptamente la moneda del país, como parte de un esfuerzo más amplio para lograr el alivio de la deuda y reactivar la economía en apuros.
La medida fue exigida por los prestamistas internacionales, pero amenaza con acumular más dificultades en un país cuya tasa de inflación superó el 300% en enero. La liberalización de la moneda es un componente clave de las reformas económicas planeadas por los gobernantes civiles y militares de Sudán, que comenzaron la transición de la nación africana a la democracia después de décadas de gobierno autoritario.
El banco central ordenó a los bancos y casas de cambio que adopten el nuevo sistema de inmediato, según un comunicado en su sitio web. Básicamente, la medida apunta a acabar con un mercado negro y controlar la volatilidad de la moneda en una nación con una carga de deuda externa de alrededor de $ 60 mil millones.
El cambio es fundamental para ayudar a Sudán a obtener algún alivio de la deuda, dijo a los periodistas el ministro de Finanzas, Jibril Ibrahim, al tiempo que reconoció que conducirá a un "aumento de los precios". Dijo que se tomarán "precauciones" para ayudar a amortiguar el impacto, pero no ofreció detalles.
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El banco central aún tiene que anunciar la nueva tasa oficial para lo que dijo que sería un "flotador administrado flexible". Bank of Khartoum, el mayor prestamista del país, dijo en su sitio web que la nueva tasa era de 375 libras por dólar, en comparación con la tasa oficial anterior de 55 libras. La nueva tarifa se acerca a la que se había ofrecido en el mercado negro.
En septiembre, el Fondo Monetario Internacional aprobó un programa supervisado por el personal para el país, que enfrenta desafíos abrumadores, incluida la escasez de productos básicos, el aumento de la inflación y las tensiones políticas.
Sudán ha dicho que aumentará el gasto en aproximadamente un 60%, a 1.02 billones de libras ($ 18.6 mil millones) en 2021, para ayudar a la economía.
El banco central, en una carta a los prestamistas locales, dijo que sus tasas deben estar dentro de un rango de 5% por debajo o por encima de la oficial, según la oferta y la demanda.
