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¿Alberto gasta sus últimos cartuchos? Martín Guzmán se prueba el traje de candidato

 El gobierno de Alberto Fernández está compuesto por una mayoría de “funcionarios que no funcionan”. La gestión ha perdido el rumbo y las encuestas muestran al presidente apenas superando el 30 por ciento de la aprobación del electorado.


Para peor, la pandemia continúa y este año deberá afrontar elecciones legislativas, que si bien no ponen en juego los cargos ejecutivos, pueden llegar a ser “destituyentes”. Baste recordar lo que le sucedió a sus antecesores social-demócratas Raúl Alfonsín y Fernando De la RúaAlberto no la tiene fácil.

Adicionalmente, los sindicatos están en pié de guerra por el intento de Cristina de quedarse con la caja de las obras sociales. Los intendentes del conurbano están malhumorados por el dedazo de Cristina –legitimado por Alberto- de poner a su hijo en la presidencia del PJ provincial y la decisión de La Cámpora de salir a “comerles los territorios”. La jefa hará las listas: saben que no pueden esperar nada. Sólo les queda armar listas vecinales y salir a disputar por afuera del Frente de Todos para tratar de conservar el control de sus distritos.

Los gobernadores están dispuestos a confrontar, ante el silencio de Alberto frente a su exigencia de suprimir las PASO. La caracterización de “Albertítere” es la que predomina en sus diálogos. Ya el gobernador salteño anunció adelanto de las elecciones provinciales y supresión de las PASO. En Misiones estudian algo parecido. Y este jueves Jorge Capitanich salió a alertar sobre lo inevitable: el efecto cascada no podrá detenerse, en caso de denegar la eliminación de las PASO.

En provincia de Buenos Aires Cristina dejó afuera a Alberto. Entre su propio liderazgo, su hijo en la presidencia del PJ y Axel Kicillof en la gobernación, el presidente “la mira por TV”. En CABA no tiene chance ni candidato potable: Horacio Rodríguez Larreta mide arriba de 66 por ciento.

El presidente parece no tener ni idea de cómo afrontar esta preocupante degradación de su autoridad. No puede tomar decisiones porque nadie las respeta. La última fue proponer el “toque de queda”. Otra vez debió recular de manera humillante. Está contra las cuerdas. Después de octubre estará peor. Los resultados electorales no permiten abrigar expectativas optimistas y Cristina incrementará su lista de diputados nacionales y concejales municipales en la provincia de Buenos Aires.

En un intento desesperado, el presidente decidió mandar a uno de los pocos ministros no cuestionados, Martín Guzmán, a recorrer el territorio como eventual candidato para las elecciones legislativas. Guzmán nació en La Plata y vive en CABA: podría ser candidato en ambos distritos. El problema es que, en la relación de fuerzas que impera en el Frente de Todos, su eventual precandidatura implicaría quemar uno de los últimos cartuchos que le quedan al presidente. En provincia su candidatura dependería de Cristina. En CABA sería la cara visible de una derrota aplastante.

Disciplinado, el ministro de Economía inició su trayecto como candidato en el conurbano. Nada menos que en Moreno, un distrito golpeado desde hace años por pésimas gestiones. Primero visitó el comedor “Los Hornos” de Cuartel V –una de las localidades más pobres del distrito-, que alimenta a más de 400 familias a diario. Después fue al centro cultural La Chicharra, donde almorzó con referentes de organizaciones sociales y comunitarias. Lo acompañaron el cura Rodrigo Zarazaga –amigo suyo- y Esteban "el Gringo" Castro, a quien la intendenta Mariel Fernández despidió como marido tras ganar la elección. La jefa municipal se comunicó telefónicamente, pero no asistió por estar en aislamiento.

Durante el almuerzo, Martín Guzmán afirmó: "No hay mejor política social que generar trabajo y dar oportunidades. Los planes sociales no van a resolver los problemas estructurales. Es importante acompañar con políticas que nos ayuden a transitar un camino que genere oportunidades". Nadie le preguntó por qué el gobierno no tiene en cuenta ese diagnóstico al momento de actuar.

Guzmán ya visitó Neuquén y Entre Ríos, y tiene programada una nueva parada en Chaco. Aunque nadie entiende por qué visita todo el país si es imaginado por Alberto como candidato en CABA o en la PBA. Tal vez el presidente también haya aprendido geografía con Bob Dylan


(www.REALPOLITIK.com.ar)