Todo viaje comienza con un paso, incluso los más largos. La travesía que te puede llevar a transformar para bien tu relación con el dinero no es la excepción a la regla. Serán los primeros pasos los que te estimularán a seguir en el camino para alcanzar, algún día, la independencia financiera. Ahora bien, como dijo un prócer del fútbol, paso a paso. Por lo tanto, concentrémonos en el primer destino. ¿Cuál será? ¿Acaso la optimización de los gastos, de los ahorros, de los ingresos? Muy pronto lo averiguaremos. 1. Conocé y clasificá tus gastos: Una persona promedio divide sus gastos en más de 60 ítems distintos, aunque por lo general no lo sabe. Cada gasto tiene montos y dinámicas de pago diferentes. En la clasificación podemos encontrar: vivienda, transporte, salud, entretenimiento, ropa, educación y comunicación, por citar algunas. Para un buen plan, la información es clave. Por lo tanto, se vuelve imperioso que implementes un registro detallado de tus erogaciones para saber qué tipo de gasto estás efectuando y cuál es el presupuesto mensual o anual disponible para cada ítem. 2. Medí el impacto de los gastos sobre tus ingresos anuales: El impacto de un gasto cualquiera dentro de tu estructura financiera debe medirse en términos porcentuales con respecto a los ingresos. Debés analizar con detenimiento aquellos gastos que representen más del 5% de tus ingresos anuales, puesto que podrían ponerte en jaque en algún momento. Veámoslo con un ejemplo: si te querés comprar un Smart TV de 40 pulgadas que cuesta 50.000 pesos y tus ingresos anuales son de 780.000 pesos (no olvides contabilizar el aguinaldo, si es que cobrás), entonces la compra representará el 6,40% del monto que percibís al año, una cifra nada desdeñable que siempre deberías evaluar, más allá de que puedas terminar realizando la compra. 3. Diversificá tus fuentes de ingresos: Hemos visto en columnas anteriores que los ingresos se pueden generar desde tres ejes distintos: cuerpo (tenés que estar físicamente presente, aunque sea de manera virtual, para generarlos), mente (ideas que generan ingresos que pueden ser monitoreados con un empleo de tiempo limitado) y dinero (inversiones, dinero que genera más dinero). Lamentablemente, más del 90% de la humanidad genera ingresos solo desde el eje cuerpo porque así le enseñaron en su hogar y en el colegio o la universidad. Debés entonces comenzar a generar ingresos desde los ejes restantes (mente y dinero) para contar con mayores ingresos y exponerte a un menor riesgo de discontinuidad, puesto que no habrá despidos que afecten tu bolsillo. 4. Pagate a vos primero: Por culpa de las convenciones más difundidas y aceptadas en la sociedad, las personas realizan esta cuenta con sus ingresos para saber cuánto pueden ahorrar: Ingresos – Gastos = Ahorro Lo que te propongo es que, dado que estamos hablando de una igualdad matemática, inviertas los términos para llegar a: Ingresos – Ahorro = Gastos Este enfoque se llama “Páguese a usted primero” y, por simple que parezca, te garantizo que puede tener un efecto transformador en tus finanzas personales. |