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Es cierto que la recesión es una suma de responsabilidades entre la pandemia y el descalabro macroeconómico que dejó el gobierno de Mauricio Macri, pero la no reactivación de determinados sectores de la economía es pura y exclusiva responsabilidad de la Administración Fernández.
No hay más excusas. Finalizado el ASPO en el AMBA (40% del PIB) luego de tamaña recesión, si la economía no se recupera como debe, es responsabilidad del gobierno de Alberto Fernández y su equipo económico. A menos de un año de las elecciones, no es un detalle menor.
Lo que está ocurriendo en muchos sectores de la economía es insólito: ahora que la economía fue liberada, hay faltante de productos e insumos por la brecha cambiaria, la burocracia aduanera y los tiempos del BCRA.
Si bien durante todo el mes de septiembre y octubre se escuchó repetir a la vicejefa de Gabinete Cecilia Todesca Bocco, al ministro de Economía Martín Guzmán y al ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas que los precios no se fijan al blue y que la brecha de más del 100% no afecta a la recuperación, el propio INDEC salió a desmentir semejante burrada. También lo hizo la propia Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Por tal motivo, Guzmán tuvo que tomar una serie de medidas para desinflar la brecha, aunque todavía está poniéndose a prueba si funcionarán o no.
Ahora bien, el precio del dólar blue y las demoras del Banco Central para girar divisas a importadores está generando un combo explosivo.
El periodista Horacio Alonso graficó de manera muy sencilla la inoperancia del equipo económico, que se desempeña a un ritmo que no es el de la producción sino a Velocidad Escritorio: "Por la gran demanda de la nueva Hilux (tanto interna como externa), Toyota va a trabajar fines de semana y feriados los próximos meses. Hay lista de espera d 6 meses. El problema es la falta de piezas que complica producción en varias terminales".
En un artículo muy interesante en Ámbito Financiero explicó: "Producir hoy en el país se convirtió en un desafío por los serios problemas de abastecimiento de autopartes. Tanto es así que, en los últimos días, algunas terminales tuvieron que suspender turnos de producción, armar vehículos con faltantes de piezas o, directamente, parar la planta hasta la llegada de los insumos faltantes".
"Las terminales locales fabrican vehículos que tienen alrededor de 70% de componentes importados que llegan, principalmente, de Asia, Europa, México o Brasil. Un día de atraso significa un día sin producir. Algunas automotrices están recurriendo a bajar la carga en el puerto que está trabado el envío y traerla por avión. Pero no es sencillo. Tantos meses de actividad paralizada en el mundo también juegan en contra por una demanda desbordada en los principales mercados y la Argentina no está en las prioridades de los proveedores internacionales. Esto se produce en un momento de pico de demanda interna por la brecha cambiaria", agregó.
"La semana pasada, por ejemplo, Volkswagen tuvo que suspender tres días un turno de producción por falta de piezas y debió retirar de línea varias Amarok sin terminar. Toyota también tiene dificultades con insumos que llegan de Tailandia, justo en un momento de un pico de demanda por el lanzamiento de la nueva Hilux. Por ese motivo, de acá a fin de año trabajará los fines de semana y feriados para recuperar producción perdida. Fiat, en Córdoba, no trabajó el lunes pasado ni el anterior por desabastecimiento. El resto de las terminales, por el momento, mantienen actividad normal, aunque condicionada por distintos motivos como huelga portuaria y personal con covid en aduana fronteriza con Brasil.
Otro problema que afecta a las automotrices son las trabas a las importaciones. Si bien no es de manera directa, muchos autopartistas locales están teniendo demoras para conseguir los permisos aduaneros (conocido como formulario SIMI) y eso hace que el abastecimiento no sea fluido ya que deben reprogramas la producción por lo que no pueden cumplir con los plazos de entrega. A esto se suma que la liberación de divisas para pagar a proveedores externos se hace a un ritmo muy lento, lo que genera que desde el exterior no acepten seguir enviando productos hasta que no se pague lo adeudado", agregó.
Resulta insólito que los funcionarios nacionales y el BCRA no comprenda que es mucho mejor tener que importar un repuesto para exportar UN AUTO COMPLETO, con valor agregado, A TENER QUE PARALIZAR COMPLETAMENTE EL CIRCUITO PRODUCTIVO Y SUSPENDER PERSONAL.
Y va otro título para Todesca, Guzmán y Kulfas: "Por traba a importados, autos usados cuestan más que los 0 km".
Es decir, la inoperancia del equipo económico es un atentado a la recuperación económica.
En otro orden de cosas, la chartera Flyest pidió la quiebra, sumándose a la larga lista. Pero claro, en Casa Rosada creen que todo se arregla con un decreto anti-despidos. Seguramente, los 120 empleados no lo vean así y los 1.000 puestos indirectos tampoco.
urgente24
