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MARTÍN CERDÁ, MINISTRO DE HIDROCARBUROS DE CHUBUT «A fin de año la cuenca del Golfo va a estar recuperada en un 70%»

 El ministro de Hidrocarburos de chubut destacó la maduración que tuvieron los actores de la industria luego del conflicto atravesado en 2012, detalló la tarea que vienen haciendo las principales operadoras de la cuenca y adelantó las conversaciones que mantiene con el gobierno nacional para aumentar las exportaciones e incrementar la recuperación terciaria en los campos maduros.

A pesar de los vaivenes macroeconómicos del país, la volatilidad del precio internacional del crudo y el impacto que provocó la pandemia, la Cuenca del Golfo San Jorge demostró capacidad para mantenerse y ser relevante en la producción de hidrocarburos. En diálogo con TRAMA, el ministro de Hidrocarburos de Chubut, Martín Cerdá, detalló la tarea que vienen haciendo las principales operadoras de la cuenca y adelantó las conversaciones que mantiene con el Gobierno nacional para aumentar las exportaciones e incrementar la recuperación terciaria en los campos maduros. Cerdá resaltó que Chubut ahora tiene una ventaja que antes del conflicto gremial de Los Dragones en Cerro Dragón en 2012 no tenía: la maduración de todos los actores para superar las crisis. «Para analizar cómo atravesar las crisis habría que remontarse años atrás, donde también se desplomaba el precio del crudo, se paralizaban las inversiones y no se escapaba a los conflictos. La paz social estaba totalmente limitada, había cortes y piquetes. Creo que el punto de inflexión hacia la maduración que tenemos hoy en todos los sectores tuvo lugar después del conflicto de Los Dragones, que fue una barbaridad porque fue con demasiada violencia para toda la sociedad», señaló Cerdá. «En abril o mayo éramos bastante pesimistas. Pensamos que muchas Pymes, que ya venían castigadas, iban a quedar en el camino, pero la verdad es que se fueron generando mesas de trabajo y buscamos distintas alternativas que nos permitieron pasar lo peor. Creo que lo peor ya pasó», remarcó.

¿Qué acciones llevaron adelante en medio de esta crisis para defender el mayor valor posible de la cuenca?

—En febrero arrancamos con reuniones con la Secretaría de Energía para hablar de un esquema que después terminó siendo el «barril criollo». Fue justo cuando empezó a caer el precio. Dialogamos con las provincias en el marco de la OFEPHI (Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos), y hay que remarcar que se viene avanzando bien. Tratamos de impulsar una política petrolera común para todas las operadoras, más allá de los casos puntuales que puedan tener Vaca Muerta, Santa Cruz o Chubut. Buscábamos una herramienta que les permitiera a provincias, operadoras y a la actividad en general tener un precio de referencia, sostener la actividad o que el impacto para las provincias en pérdida por regalías no fuese mucho, y que para las operadoras representara lo mínimo posible. Lo terminamos de redactar con mucho consenso, pero vino la pandemia. Nunca nos imaginamos que la demanda de combustibles se iba a planchar tanto y que iba a caer la demanda de crudo como cayó. Pero el decreto salió y no nos dio tiempo para estudiar modificaciones. Esta herramienta no digo que fue exitosa, pero al menos fue buena para nosotros. Después hicimos un fuerte trabajo con las operadoras, el gremio y las Pymes en cuanto a buscar herramientas para ayudar a las pequeñas y medianas empresas que fueron muy castigadas. Sirvieron mucho los ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) que sacó al gobierno, pero no alcanzó para todos. Varias Pymes tuvieron que pedir créditos a los bancos. El gremio tuvo un rol fundamental, accedió a la quita de salarios de toda la actividad. Todo este proceso fue producto de la relación de maduración con los años que venimos teniendo en el sector.

Martín Cerdá, ministro de Hidrocarburos de Chubut.

Hace poco se cumplieron 10 días en los que el precio promedio estuvo por encima de los u$s 45 el barril. Algunos productores y refinadores dicen que ya se puede negociar a un valor parecido al de export parity (paridad de exportación). Otros afirman que hay que discutir un precio cercano a los u$s 45. Y hay provincias que dicen que tienen que seguir cobrando este valor sobre las regalías. ¿Qué opinión tiene sobre el tema?

—Nuestro problema sobre este punto no fue tan grave porque en la provincia contamos con dos compañías que son grandes e integradas, tienen las refinadoras y producen, como son YPF y PAE, CAPSA y Tecpetrol sí tuvieron que salir a hacer este tipo de negociaciones. Tenemos que encontrar un acuerdo que nos beneficie a todos. Hay que encontrar ese equilibrio. Obviamente las provincias no tienen que perder ingresos por regalías. Necesitamos llegar a alcanzar acuerdos donde la pérdida sea compartida.

¿Qué escenario ve en los próximos 6 ó 12 meses para la Cuenca del Golfo San Jorge?

—Sin pandemia creo que hubiese sido un año bueno, incluso con la caída del precio del barril. Veníamos incrementando la producción. Los proyectos de recuperación terciaria están dando muy buenos resultados. Y desde el Gobierno provincial estamos analizando algunas medidas, que seguramente vamos a terminar de pulir y anunciar para seguir fomentando la actividad en nuestra cuenca. Creo que ahora, con la pandemia, tenemos un panorama bueno porque la actividad se reactivó un 60%. Subieron muchos equipos, PAE es la compañía que más subió. YPF lo viene haciendo, a pesar de sus problemas. Hay que convivir con esta situación de que se bajan cuadrillas por el contagio de un operario o lo que vaya surgiendo por la propia pandemia. Pero a la Cuenca del Golfo yo le veo un futuro alentador, porque tengo la esperanza de que a fin de año, si bien no va a llegar a un 100% con la actividad, estará en un 70% u 80% recuperada. La empresa CAPSA está ultimando detalles para subir los perforadores que tiene. El precio del crudo que hay obviamente no es el ideal, pero las operadoras buscaron una eficiencia de costos que les permite seguir invirtiendo con este precio. El futuro lo veo muy positivo porque estamos sorprendidos con los resultados de la actividad terciaria. Los geólogos que trabajan en recuperación secundaria decían que ya se estaba en lo último, pero aparece una tecnología nueva como son los polímeros y en los proyectos que llevó adelante YPF se recuperó un 4% más de producción.

Cuando se analizan los niveles de recuperación terciaria, se observan buenas oportunidades.

—Se abrió un horizonte bastante interesante con todo lo que es recuperación terciaria. CAPSA hizo mucha escuela, le está yendo muy bien. También hay un muy buen panorama de todo lo que se puede seguir desarrollando con exploración y perforación de los pozos de la primaria, donde todavía tenemos margen.

Chubut tiene jugadores grandes como PAE y una empresa de perfil bajísimo como CAPSA, pero que es el cuarto o quinto productor de petróleo casi en silencio. En el área El Tordillo opera Tecpetrol, que es una empresa muy grande pero que en los últimos años perdió nivel de producción. Y después está YPF, que es una empresa gigante, mixta y con control del gobierno. ¿Cuál es la agenda que tiene la provincia con cada una de las compañías?

—CAPSA parece casi una empresa familiar con todos los gastos muy ajustados. Y tenemos una empresa grande como YPF. Nuestra agenda con estas operadoras es fortalecer los proyectos de recuperación terciaria. Con PAE venimos conversando, porque por magnitud e importancia es la compañía que nos puede llevar a estudiar la D-129 (reservorio de hidrocarburos no convencionales en la Cuenca del Golfo San Jorge). De hecho, PAE lo viene haciendo, y para todo lo que es no convencional creo que es el gran jugador que puede llegar a darnos buenas noticias. A futuro tenemos ese horizonte, por lo menos desde el punto de vista de las reservas. Además, con PAE estamos trabajando para aumentar los niveles de exportaciones. Hoy esta compañía es el principal actor que exporta y tiene capacidad para seguir exportando. La cuota del mercado local está cubierta. Si este país no sigue creciendo, nos vamos a quedar con ese crudo Escalante. Por eso tenemos una ventana importante para aumentar las exportaciones. En 2017, un 35% de la producción de la cuenca se exportaba. En 2018 llegamos a casi 40% y en 2019 hubo meses que llegamos a tener 50% y 50%. Con Tecpetrol también venimos conversando y creo que hay que operar el yacimiento de otra manera. Salir de la manera tradicional o de estos últimos años, porque esta compañía tiene la particularidad de contar con pozos muy profundos en la cuenca. Siempre lo hablamos con ellos, pienso que hay que buscar otros tipos de alternativas para este yacimiento. Si seguimos con 12% de regalías por ahí el año que viene no tengamos más proyectos como El Tordillo. Bajándole 4% capaz lo tengamos produciendo 10 años más. Eso se puede hacer sobre una curva de declinación, sobre todo lo que es el adicional. Todo lo que es el excedente se puede promocionar con una baja de regalías y el beneficio es que los equipos siguen arriba, seguimos generando fuente de empleo. Estamos trabajando en mi equipo dentro del Ministerio para encontrarle la vuelta a estas situaciones que se presentan en campos muy maduros.

¿Cuál sería un target deseable?

—Mientras esté cubierta la demanda local, si se pueden seguir aumentando las exportaciones sería ideal. Creo que 50% y 50% no es un número malo. Estamos en tratativas con el Gobierno nacional para que nos baje el porcentaje de las retenciones a las exportaciones. Ya se hizo con el decreto. Y ojalá, si al país le empieza a ir mejor, podamos bajar un poco más. No sé si a cero, pero sí que bajen.

Ya comentó que antes de la pandemia estaban pensando una serie de medidas para la producción de hidrocarburos en la cuenca. La pandemia cambió todo. Pero en un escenario pospandemia, además de las regalías, ¿qué otro elemento están considerando?

—Con el mismo espíritu con el que miramos las regalías, estamos solicitándole al Gobierno nacional que nos dé una mano en los proyectos de polímeros. Vienen funcionando bien, pero falta mucho para tener polímeros nacionales y hoy pagan mucho impuesto cuando se los importa. Es alrededor de un 15%. Creemos importante bajar ese porcentaje para una actividad puntual y que hoy no se fabrica en el país. Hay algunas iniciativas, hay estudios, pero la verdad es que lleva tiempo y pruebas producirlo en la Argentina. Además, cada campo necesita un polímero distinto. Las conversaciones sobre este tema se frenaron con la pandemia. Vamos a esperar que se acomode la Secretaría de Energía para volver a conversar. Cada vez que puedo, también se lo recuerdo al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

Hubo un cambio de autoridades y de estructuración en la Secretaría de Energía. Asumió Darío Martínez y el área energética pasó al Ministerio de Economía. ¿Qué expectativas le genera este cambio?

—El pase a la órbita del Ministerio de Economía la verdad es que no sé si es bueno o malo. Fue un cambio estratégico del gobierno. Obviamente el presidente y sus allegados tienen una foto que yo no tengo. Respecto de Darío, yo lo conozco, me comuniqué con él, seguramente vamos a trabajar en las dos agendas, tanto la de la OFEPHI como la de Chubut. Todo cambio produce expectativa. Lo que no se pudo con el secretario anterior por ahí ahora sí y se genera una agenda para las provincias. Se venía haciendo un trabajo bastante interesante con Juan José Carbajales y ojalá se pueda continuar trabajando así.



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