3) Acciones de empresas argentinas: No están pasando por un buen momento. Eso está clarísimo. En los últimos tres años algunas perdieron cerca del 90% de su valor en dólares. El último golpe fue muy reciente: el supercepo incluyó la obligación de que refinancien más de la mitad de la deuda de corto plazo que deben pagar en dólares, lo cual elevó aún más el altísimo nivel de incertidumbre que les adjudican los mercados financieros a las compañías argentinas. Banco Macro, por ejemplo, pasó de un pico cercano a los 140 dólares a fines de 2017 a rondar los 15 dólares por cada acción que cotiza en Nueva York. Claro que, a río revuelto, ganancia de pescadores. El precio actual de las acciones argentinas constituye uno de los principales atractivos para quienes piensan en inversiones de largo plazo y tienen estómago para soportar los sacudones de la montaña rusa argentina. Según un informe de Porfolio Personal Inversiones, el promedio del ratio Precio/Ganancias (que mide la relación entre el precio de mercado de una acción y las ganancias que obtuvo la empresa en el último año) para los papeles de bancos argentinos es de 3.9x, mientras que sus pares de la región tienen una relación de 17x (en Brasil es 9x). Cuanto más bajo el número, más atractiva la inversión, aunque siempre hay que considerar otras variables, como las razones por las que una empresa obtuvo ganancias, el nivel de endeudamiento, la moneda de endeudamiento, su proyección de ingresos, su acceso a mercados de deuda, etc. Dicho esto, las únicas maneras de que los múltiplos de los bancos locales se acerquen al promedio regional son mediante una caída drástica en sus ganancias o a través de una recuperación importante en los precios de sus acciones, hecho que podría darse en un escenario de recuperación económica. El riesgo principal pasa por eventuales quebrantos ante la falta de dólares. Es lo que explica los precios de remate. Otro riesgo es que la crisis económica persista y la recuperación nunca asome. Quien invierta a corto plazo, debe saber que las bajas pueden continuar hasta niveles insospechados. Quienes inviertan en largo y diversifiquen por sectores, pueden ajustar cinturones y, subas y bajas mediante, esperar un buen retorno en dólares, aunque nada, absolutamente nada, está garantizado. Conclusión: Hemos repasado tres alternativas para colocar nuestros pesos. Todas conllevan distintos riesgos, con diferentes rentabilidades esperadas. Un mix compuesto por 60% de plazos fijos, 20% de acciones y 20% de dólar nube suena posible para la cartera de un inversor con un grado alto de aversión al riesgo (poca tolerancia a las pérdidas momentáneas). Los inversores con una aversión al riesgo moderada pueden apuntarse con una fórmula de 40% en plazos fijos, 35% en acciones y 25% en dólar nube, mientras que los de mayor tolerancia al riesgo pueden apostar un 60% a acciones, 20% a plazos fijos y 20% al dólar nube. Repetimos: no son recomendaciones, solo opciones que cada uno debe evaluar seriamente conociendo sus niveles de tolerancia y previendo sus necesidades financieras. Veremos qué nos deparan los próximos meses y si aparecen más alternativas en un mercado muy golpeado. Iremos actualizando los análisis al ritmo de lo que vaya sucediendo en la economía real y en la plaza financiera. ¿Querés aprender a defender el poder adquisitivo de tus pesos? En Estudinero te damos las herramientas necesarias para que puedas elegir las mejores alternativas de inversión. Hacé click aquí para conocer más ¡Hasta la semana que viene! |