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No todo lo que brilla es oro: el floreciente negocio de las estafas con criptomonedas

Argentina, Brasil y Colombia se encuentran entre los cinco países con más usuarios de criptomonedas a nivel mundial. Si bien las criptomonedas son utilizadas en su mayoría de forma legal, también se han convertido en atractivos tesoros para los criminales, quienes resultan bastante creativos a la hora de tender toda clase de trampas a los dueños desprevenidos. Durante una reunión de la Cámara de Representantes en Estados Unidos reciente, el FBI citó un aumento del 75% en el cibercrimen diario desde el inicio del coronavirus. Actores del mercado hablan de un aumento monumental del 900% en los ataques de ransomware entre enero y mayo de este año. En los ataques, una gran cantidad de los rescates exigieron bitcoins como pago, debido en parte, al anonimato que ofrece. Solo en el primer semestre de 2020 los estafadores ganaron u$s 24 millones en bitcoins y no se detienen. Peor aún, esto es solo lo que han sido registrado o denunciado. Para estar alerta, éstas son las modalidades de engaño y estafa más frecuentes: - ICO fraudulentas, las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO) se convirtieron rápidamente en el método preferido de financiamiento para gran parte de las startups del criptomundo. El problema surge dado que literalmente cualquiera puede lanzar una ICO, ya que los requisitos son mínimos. Esto da la oportunidad a muchos estafadores de armar ICO fraudulentas, respaldadas en proyectos que, en realidad, no planean concretar nunca, pues su intención es sólo escapar con la mayor cantidad posible de fondos. - Phishing. Consiste en la suplantación de identidad de una autoridad, empresa o incluso de alguna persona, con el fin de engañar a la víctima para que ésta revele su información confidencial. De esta forma, el atacante podrá acceder a sus cuentas o carteras y robar los fondos. Lo más común son los sitios clonados, que pueden ser desde una casa de cambio o cartera en línea hasta la página oficial de alguna Oferta Inicial de Moneda (ICO). También existen los falsos equipos de soporte, que le comunican a sus víctimas algún presunto inconveniente y les solicitan su información privada con el falso propósito de ayudarlos. - Intercambios P2P. Se trata del simple intercambio de criptomonedas directamente entre las partes involucradas, sin la ayuda de algún intermediario de confianza, como una casa de cambio. El éxito o fracaso de dicho intercambio depende, por supuesto, de las circunstancias y las partes involucradas. En las redes sociales y chats abundan los anuncios de intercambio, que ofrecen comprar o vender criptomonedas con diferentes métodos de pago. Algunos pueden ser legítimos, pero otros solicitarán que envíes primero los fondos y desaparecerán con ellos. - "Regalos" en las redes sociales. Esta estafa es bastante similar al phishing, pues se trata de utilizar cuentas impostoras en las redes para engañar a los usuarios. La diferencia es que a través de estas cuentas se solicitan los fondos directamente en lugar de tan solo la información confidencial, bajo la promesa de que se recibirá una recompensa mucho mayor después de transferido un porcentaje más bien pequeño en comparación. - Cloud Mining, éste es un método en donde alguna empresa ofrece contratos o acciones a clientes interesados en obtener ganancias con la minería (creación) de criptomonedas. No se trata por sí mismo de una estafa, pero resulta muy sencillo para otros engañar a los usuarios para comprar estos contratos, ofreciendo ganancias irreales y supuestamente garantizadas, cuando ni siquiera poseen los equipos necesarios para minar. - Casas de cambio falsas, aunque las casas de cambio ofrecen un servicio muy demandado, lo cierto es que son entes centralizados. Por tanto, una vez que transferís allí tus criptomonedas, debés estar consciente de que, a partir de ese momento, la plataforma tiene la capacidad de controlar más allá de vos esos fondos. Y, si así lo quieren los administradores, nunca devolverlos. - Billeteras falsas, no solo las casas de cambio pueden ser falsas: también las billeteras. En este caso, además, no basta con quedarse entre las carteras más conocidas, pues la versión que estemos descargando (en especial las versiones móviles) puede ser falsa. Así, una aplicación no oficial de MyEtherWallet se las arregló no sólo para aparecer en la App Store, sino para ser una de las más descargadas de la tienda. - Esquemas pump and dump. La táctica consiste en inflar artificialmente el precio de una criptomoneda muy poco conocida mediante la compra masiva coordinada y la promoción con anuncios fraudulentos. Una vez que el precio alcanza cierto nivel, se da una venta masiva para recoger ganancias, que vuelve a hacer caer el valor de la criptomoneda. De ahí su nombre: "infla y desecha". Los que se ven más afectados por esta práctica son quienes compraron el token en su precio inflado, creyendo que seguiría aumentando o que esta sería una señal para confiar en el proyecto. - Esquemas piramidales, consisten en la inversión en una nueva plataforma o proyecto en donde se prometen mayores ganancias mientras más nuevos participantes se capten. Pueden ser usados de forma legítima cuando se recomienda algún producto o servicio y se gana comisión por ello. Sin embargo, la idea de los esquemas piramidales es que los últimos participantes produzcan las ganancias de los primeros, como en una pirámide. Así que cuando dejan de haber suficientes participantes nuevos, la pirámide colapsa y los administradores desaparecen con los fondos ya recogidos. Lamentablemente, el criptomundo ha sido tierra bastante fértil para toda clase de delitos y la posibilidad de lucrar a costa de los usuarios es bastante grande. La proyección es que, para fines de 2020, los estafadores generarán al menos U$S 50 millones en ingresos anuales con sólo una de las más de 2.500 monedas virtuales que existe. Ante este florecimiento de las estafas, que se han vuelto más creíbles y agresivas, hace falta mucha educación y concientización. Después de todo, como dice el viejo refrán, "no todo lo que brilla es oro". 

(*) CEO de BTR Consulting.

NA