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Siete razones que predicen un año económico espectacular en 2021

Se están empezando a avizorar factores objetivos muy alentadores en el horizonte próximo. Todos los cuales comienzan a señalar al año que viene como un gran año económico. Veamos.


La semana pasada se anunció el acuerdo de la deuda bajo legislación extranjera. Esta semana se anunció que nuestro país será uno de los pocos fabricantes de la vacuna contra el coronavirus. Ambos anuncios son muy buenos e importantes, pero si se los compara con los sucesos que parecen presagiarse para el año próximo, quedarán en poco tiempo reducidos a ser solo unos eventos más dentro de una larga serie.
Si bien el futuro siempre es incierto y existe la posibilidad de que irrumpan inesperados cisnes negros que modifiquen cualquier escenario, no podemos negar que se están empezando a avizorar factores objetivos muy alentadores en el horizonte próximo. Todos los cuales comienzan a señalar al año que viene como un gran año económico. Es decir, así como después de la terrible crisis del 2001/2002 vino un gran período de prosperidad económica a partir del 2003, existen ahora condiciones que nos permiten presagiar una situación similar. Repasemos entonces los siete motivos que nos empujan a pensar eso.

1- Lo peor ya quedó atrás

Los Redondos cantan “cuando la noche es más oscura, se viene el día en tu corazón”. Si bien los indicios todavía son tenues, en todas partes parecen señalar lo mismo: lo peor de la crisis económica producto del impacto pandémico del Covid-19 parece estar quedando atrás. Por ejemplo, en abril la actividad económica con respecto al mes anterior cayó un terrible 17,9%, pero al mes siguiente rebotó un 10% y en la mayoría de los sectores económicos estamos empezando a ver eso: industria, construcción, comercio, ventas, etc. Donde ya en muchos casos están llegando a los niveles previos a la cuarentena. Es decir, se da una rápida recuperación.
Eso ocurre no sólo porque la cuarentena y las restricciones son cada vez menores y se flexibilizan, sino que parece ser verdad que el rebote estadístico empieza a ser un hecho. La actividad está teniendo una clara forma de V este año: una fuerte caída durante el primer cuatrimestre, pero luego progresivas recuperaciones cada vez más acentuadas. Lo cual, si bien este año de todos modos el resultado final será negativo, empiezan a dejar un arrastre muy prometedor para el 2021. De hecho, ya hay varios consultores que indican que el año próximo nuestro país crecerá un categórico 9% y que el siguiente ocurrirá algo similar.

2- Se viene una catarata de arreglos

Desde el lado financiero la situación empieza a volverse cada vez más prometedora. El anuncio de acuerdo con los acreedores financieros de la deuda bajo legislación extranjera es alentador: parece que superará los mínimos fijados por las Clausulas de Acción Colectivas (CAC), por lo cual, todo aquel que no entre ahora luego no podrá accionar legalmente en la justicia. Esto implica, entonces, que lo niveles de aceptación serán muy altos.
Pero eso no es todo, luego de ese importante acuerdo, se viene también el mes próximo otro gran acuerdo para la deuda bajo legislación local, el cual se descuenta que será incluso mejor. Con posterioridad a eso vendrán los acuerdos con el Club de París, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los cuales también se creen que serán fáciles y accesibles. Después quedará el acuerdo con el FMI, si bien más duro, será inevitable más temprano que tarde, representado un broche de oro al turbulento y urticante tema de la deuda argentina.
Por último, a todo esto, debemos sumar que en la actualidad los precios de las acciones, bonos y activos argentinos están realmente muy bajos. Por lo es de esperar que se vayan recuperando a toda velocidad dentro de pronto, anticipando los acuerdos que se vienen y al ciclo económico que se comenzará a expandir. De este modo, que la bolsa será una fiesta en los próximos semestres es difícil dudarlo.

3- Subirá el precio de los commodities

La pandemia generada por el coronavirus hizo estragos en todos los países del mundo y afectó severamente al comercio internacional. Sin embargo, como sobre fin de año irrumpirá la recuperación por todo el planeta, los primeros precios en subir serán los de los bienes primarios, pues su demanda es indispensable frente al nuevo crecimiento del consumo y de la actividad. Entonces es fácil anticipar que el petróleo y los alimentos mejorarán sus perspectivas actuales. Siendo ello algo que sin dudas beneficiará a nuestro país.

4- Existe una alta capacidad ociosa local

Luego de dos años de caída económica bajo el gobierno de Macri (2018 y 2019) vino luego la actual debacle del Covid-19 que resintió todavía más la economía local. Ahora bien, si es verdad que la situación ya está tocando un piso y pueden observarse puntos en rebote, ello indica que también están dadas todas las condiciones para un crecimiento económico rápido y fácil durante los próximos años.
Sabemos que hoy en día la capacidad ociosa del sector industrial es muy alta (con una capacidad instalada en 53%) lo que va a permitir crecer sin necesidad de hacer grandes esfuerzos de inversión, agilizando a la actividad. Además, los recursos ociosos en empleo también podrán jugar a favor de la recuperación, propiciando que baje la desocupación de manera relativamente fácil (algo similar ocurrirá con la pobreza “blanda”). Por último, los salarios medidos en dólares han caído a un nivel muy bajo, lo cual terminará por ser otro elemento desgraciado, pero que ayudará al crecimiento próximo.

5- Altos superávits y dólar competitivo: el sector externo está resuelto

El talón de Aquiles de la economía argentina sabemos que es el sector externo y la falta de dólares. Esto es algo histórico. Ahora bien, este año el país acumulará un impresionante superávit comercial cercano a los 18 mil millones de dólares y se esperan números similares para los próximos años. A su vez, como gracias a los arreglos financieros arriba nombrados nuestro país no deberá hacer grandes desembolsos debido al tema deuda, eso significa que no tendrá los próximos años la consabida “restricción externa”.
Agreguemos un dato más: el dólar se mantiene en niveles competitivos y existe el cepo. Si bien en los últimos meses la presión compradora no le ha permitido al Banco Central acumular reservas y se ha ampliado la brecha con los dólares paralelos, estas parecen ser turbulencias transitorias que en lo próximo deberían remediarse. Por el lado real y financiero la cuestión está resuelta y el dólar se descomprimirá, algo inédito.

6- Se viene el despilfarro típico de un año electoral

Como en 2021 es un año electoral, y como típicamente ocurre en la Argentina, el Gobierno hará un despilfarro del gasto para asegurarse un buen resultado en las urnas. Para ello le dará mucha importancia a la obra pública, buscará que mejore el consumo, alentará la recuperación salarial y que los sectores más castigados (sobre todo tras el deterioro que sufriendo por la crisis del coronavirus y en los últimos años del gobierno de Macri) puedan recuperarse a toda velocidad. Es decir, el Estado será un motor sin lugar a dudas de la recuperación que viene: mejorando los salarios, las transferencias, las compras públicas, la construcción y al mercado interno.

7- Liquidaciones récord en puerta

Como producto del deterioro del comercio exterior que causó la pandemia, la caída de los precios externos y las expectativas de devaluación, este año la liquidación de exportaciones fueron insólitamente bajas. No obstante, el año que viene se espera que todo eso se revierta, pues como dijimos los precios, el comercio y los intercambios tendrán una notoria recuperación. Además, está estudiado que si un año el nivel de liquidaciones es bajo, al año siguiente suele ser más alto compensándolo en parte. Por lo que esto es muy probable que se repita en 2021.
En síntesis, vemos que existen elementos tanto a nivel externo, financiero, estadístico y de la economía real que propician mejoras espectaculares para la economía del próximo año. Están dadas prácticamente las mismas condiciones de recuperación como las que operaron en el gran ciclo económico que se abrió en el país desde el 2003. Seguramente habrá algunos agoreros que se esfuercen por negarlo ahora. Pero eso ya será no por un cuidado análisis económico sino por puro dogmatismo ideológico. Ya que la única verdad es la realidad.
* Economista. Doctor en Ciencias Sociales (UBA/UNDAV/Conicet). Autor del libro Las crisis económicas argentinas. De Mitre a Macri.



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