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En la semana se conocieron algunos datos de diversos sectores de la economía para el mes de junio que no sorprenden por lo negativo, ya que son de los más castigados por la actual crisis. La actividad de los hoteles de todo el país, luego de haber estado cerrada por completo en los meses de abril y mayo, fue insignificante en el mes de junio y explicada en su gran mayoría por el servicio prestado por los establecimientos a los distintos gobiernos locales para el hospedaje de aislados. De esta manera, en relación a las habitaciones vendidas durante el mismo mes del año pasado se registró una contracción del 98,2%. Este nivel de caídas refleja la difícil situación que está atravesando el rubro de los alojamientos turísticos en el país.
Otro sector fuertemente golpeado es el de los shoppings que en las ciudades más habitadas del país aún permanecen cerrados. El nivel de ventas en estos centros comerciales durante el sexto mes del año fue 88,6% inferior al del año pasado. Por su parte, la variación de las ventas de supermercados y mayoristas también reflejó en esta oportunidad una contracción interanual, aunque de una magnitud muy inferior: una caída en términos reales del 1,5%. De todos modos, es un dato a tener muy en cuenta ya que implica la primera tasa de variación negativa en lo que va del año. Los primeros meses del aislamiento, incluso, las ventas habían tenido un incremento en los supermercados como consecuencia del stockeo por parte de las familias. Al mismo tiempo, ninguno de estos establecimientos se encuentra con restricciones de oferta, por lo cual la caída del 1,5% es adjudicable exclusivamente a una demanda menor a la del año pasado, fenómeno que probablemente persista por varios meses como consecuencia de la caída del ingreso promedio y la destrucción de puestos laborales.
En relación al comercio internacionales, en el mes de julio se observó una nueva contracción tanto de las ventas de productos argentinos al resto del mundo como de las compras de bienes importados. Las exportaciones tuvieron una caída del 16,3% explicada tanto por una caída en los precios como en las cantidades vendidas (este factor más importante que el de los precios), mientras que las importaciones se contrajeron 30,1%, fundamentalmente por obra de menores bienes importados (-24,2%).
El frente que sigue presentando importantes desafíos para el equipo económico es el cambiario. En la semana, según fuentes del mercado, el BCRA habría vendido unos 200 millones de dólares de reservas para mantener el tipo de cambio estable aun en el marco de los controles extremos que existen sobre el acceso al mercado. Indudablemente las recientes contradicciones en las declaraciones sobre este tema entre Alberto Fernández y Cecilia Todesca, por un lado, y Pesce y Guzmán, por el otro, incrementaron las expectativas de mayores controles por parte de los agentes del mercado. Aunque el presidente del BCRA lo haya negado en la semana, si el ritmo de reducción de las reservas continúa, indefectiblemente se terminarán reforzando las trabas sobre el mercado cambiario.
Como alivio parcial a la cuestión cambiaria, en el plano internacional se destacó la fuerte suba de la cotización de la soja en el mercado de Chicago. En la semana pasó de 335 a 350 dólares por tonelada, acumula una recuperación del 10% en los últimos veinte días y ya se encuentra en los mismos niveles que los que tenía previo a la irrupción del Coronavirus a nivel global.
