Existen técnicas sencillas que pueden ayudarnos mucho a aliviarla. Eso sí, algunas de ellas requerirán práctica hasta conseguir su máxima eficacia.
1. EJERCICIO FÍSICO DIARIO. Nos ayuda a liberar estrés, aliviar las contracturas y nos permite generar, a través de las endorfinas, cierta sensación de bienestar.
2. RELAJACIÓN.15 minutos al día pueden ser suficientes. Al principio puede costarnos un poco de esfuerzo, pero con la práctica podremos llevarlo a cabo en cualquier momento.
3. Hacer las cosas con MÁS LENTITUD. Andar no correr, no vamos a ganar mucho tiempo por ir corriendo y, sin embargo, ganaremos en tranquilidad. Nuestra sensación de tener siempre prisa y de que no llegamos a las cosas cambiará para mejor.
4. EMPLEAR LOS SENTIDOS, es decir, detenernos un momento y centrar nuestra atención en lo que vemos, oímos, sentimos.
5. RESPIRAR MÁS LENTAMENTE. A veces nuestra respiración se va acelerando sin darnos cuenta. Si nos centramos en respirar más lentamente nuestra ansiedad disminuirá.
6. La FLEXIBILIDAD Otra técnica a nuestro alcance es ser flexible con lo que pensamos, lo que esperamos, lo que hacemos. Si somos rígidos habrá muchas cosas que nos generen inquietud y ansiedad porque no serán como esperamos o creemos que deben ser. Es una herramienta muy importante para reducir el número de cosas o asuntos que nos generan ansiedad.
Puede que nos parezcan técnicas fáciles de hacer u obvias pero si lo pensamos caeremos en la cuenta de que cometemos estos errores que generan ansiedad a menudo.
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