La etimología del lenguaje suele revelarnos orígenes insospechados de las palabras, que pueden terminar relacionándose con las finanzas personales. El término “apreciar” viene del latín appretiare, que significa estimar el esfuerzo o la cantidad de dinero que se necesita para conseguir algo o para aumentar su valor”. Siguiendo esta definición, podemos decir que apreciamos a una persona o un objeto cuando estimamos bien su valor o el esfuerzo que se necesita hacer para conseguirlo. Por el contrario, menospreciamos a una persona o un objeto cuando fallamos al estimar el esfuerzo o su valor.
En la columna de hoy, analizaremos el aprecio por el dinero en las cuatro grandes dimensiones que venimos estudiando: ingreso, gasto, ahorro e inversión.
El aprecio por tus ingresos
Apreciás tus ingresos cuando sentís que están en línea con el esfuerzo que hacés para obtenerlos. Si estás trabajando 10 horas por día con un franco semanal, sea cual sea la paga, lo más probable es que sientas cierto desprecio por tus ingresos, porque estás dejando la vida en el trabajo y no hay ingreso que justifique tamaño esfuerzo.
Me atrevo a afirmar que son pocas las personas que sienten aprecio por sus ingresos. Son las que se consideran bien pagas. Más allá de que siempre pueden desear un poco más, están a gusto con la relación ingresos/tiempo empleado que lograron establecer. Estas personas suelen aplicar “ Los 3 ejes para ganar dinero“: cuerpo, dinero e ideas, donde el primer paso consiste en reducir la ponderación del factor cuerpo (que establece un ingreso solo por cada hora trabajada) y aumentar los otros dos factores. Si estás interesado/a en comenzar a transitar este camino, tengo una buena noticia para vos: el contexto actual representa una oportunidad única para iniciarlo, puesto que la pandemia estimula el teletrabajo y con ello libera tiempo, disminuyendo por la fuerza la ponderación del eje cuerpo en la generación de ingresos.
Dejar de menospreciar tus ingresos es posible si hacés una movida estratégica hacia una vida laboral donde le otorgues valor a la generación de múltiples fuentes de ingresos, como las que repasamos en esta nota dos años atrás.
El aprecio por tus gastos
En el universo de los gastos es donde mejor podemos ver ilustrado el concepto del aprecio, tal como lo estamos utilizando aquí. Cuando gastamos el dinero en algo que nos aporta una satisfacción real y duradera (experiencias placenteras y enriquecedoras, inversiones en salud o que nos posibilitan ahorros futuros), estamos apreciando nuestros gastos. En cambio, cuando hacemos erogaciones monetarias que redundan en consumismo básico (objetos de moda que pasan a ser old fashion al poco tiempo de haberlos comprado, el pago de intereses excesivos en deudas contraídas, compras innecesarias, etc.), estamos menospreciando el gasto y, por ende, nuestro propio dinero.
¿Qué podemos proponerles a quienes quieren apreciar sus gastos? Comenzar a trabajar en la persecución de los gastos inteligentes que vimos en esta columna a principios de año. Verán que propusimos plantearse 4 preguntas importantes antes de realizar un gasto:
- ¿Qué tipo de gasto es?
- ¿Tiene un impacto importante en tus finanzas personales actuales?
- ¿El gasto altera tus flujos futuros de fondos?
- ¿Ahorraste dinero por ocuparte del tema?
No dejen de hacerse estas preguntas si realmente quieren comenzar a valorar sus gastos y su dinero.
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