Entradas
En el Gobierno Nacional afirman que las conversaciones transitan un mejor carril. Sin embargo, en Wall Street ven que la inquina desatada con el fondo de inversión puede demorar la resolución del conflicto, incluso en contra de los intereses del resto de los grandes tenedores de títulos.
Cuando faltan 7 días para que se cumpla el último plazo para que la Argentina llegue a un acuerdo con sus acreedores y evite un nuevo default, en el Gobierno Nacional afirman que las conversaciones transitan un mejor carril.
Sin embargo, en Wall Street ven que la inquina desatada con uno de esos bonistas, el fondo BlackRock, puede demorar la resolución del conflicto, incluso en contra de los intereses del resto de los grandes tenedores de títulos.
De acuerdo a un artículo publicado este viernes por la agencia Reuters, la negociaciones entre la Argentina y sus acreedores extranjeros están "estancadas" y que BlackRock "es una de las principales razones".
"El enfrentamiento se volvió tan amargo que Gerardo Rodríguez, la persona clave de BlackRock en las conversaciones, y Martin Guzmán, Ministro de Economía de Argentina, se han metido en varios intercambios acalorados por teléfono, según personas en esas llamadas que pidieron no ser identificados discutiendo conversaciones privadas", relata el portal de noticias financieras.
Según Bloomberg, este "ir y venir" ha comenzado a "desconcertar a algunos de los acreedores compañeros de BlackRock, que temen que el enfoque agresivo corra el riesgo de retrasar un acuerdo".
Esos "compañeros" serían fondos como Fidelity, Templeton y Ashmore, entre otros, que configuran el Comité Ad Hoc para la renegociación de la deuda, junto con BlackRock. Otro grupo de inversores se alineó como Comité de Acreedores de Argentina (ACC, por sus siglas en inglés), encabezados por las firmas Greylock y Monarch.
De acuerdo a distintas fuentes, este último grupo acercó su contrapropuesta a la Casa Rosada en los últimos días.
Carlos Pagni, en el diario La Nación, consigna que la autoría de esa contrapropuesta corresponde a Hans Humes, de Greylock, y que entre sus características principales se encuentra que los pagos de capital se adelantan un año y que el valor nominal de los bonos, que el Gobierno pretende recortar en un 5%, no se tocaría. Por otro lado, el valor presente neto, tras la quita, rondaría los 57 centavos.
Según Pagni, este menú fue estudiado por técnicos que asesoran a Guzmán. "Y llegaron a la conclusión de que podría ser una plataforma para llegar a un acuerdo sobre las siguientes premisas: reducir al máximo las quitas de capital; incrementar la tasa máxima de forma que, en promedio, se aproxime a la tasa que cobra el FMI: 4,5% anual; reducir el período de gracia para pagar en 2022 una tasa mínima, simbólica; reconocer los intereses devengados que no se pagaron con un bono a cinco años, que no paga intereses, de ocho cuotas semestrales".
"En esta propuesta, que se podría llamar "intermedia", el valor presente neto promedio llegaría a 48 centavos por dólar. Es decir, ni los 39,97 de Guzmán ni los 57,48 de los acreedores", agrega.
Por su parte, Marcelo Bonelli, en el diario Clarín, asegura que en la noche del jueves (14/05), el grupo que lidera BlackRock también hizo llegar su contrapropuesta. "Los bonistas ofrecen cobrar un bono a la paridad de 55 centavos y Argentina quiere pagar un valor de 40 centavos. En lo formal, el clima está mejor", afirma el periodista.
BlackRock ya había acercado una contrapropuesta, que el ministerio de Economía hizo público días atrás. "El plan enfureció a los funcionarios en Buenos Aires que dijeron que no explicaba el dolor financiero causado por la pandemia. Luego, el Ministerio de Economía lo publicó, enojando a los acreedores que sentían que el gobierno estaba tratando de empujar una narrativa sobre inversores codiciosos fuera del contacto con el sufrimiento de la nación", recordó Bloomberg este viernes.
