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La puja en Juntos por el Cambio por la provincia de Buenos Aires

El territorio bonaerense se perfila como la madre de todas las batallas. Quiénes toman carrera en la oposición.

Después de muchas idas y vueltas, el gobernador bonaerense Axel Kicillof anunció la semana pasada que pagará el vencimiento de capital del bono BP21 con fondos propios y nuevo endeudamiento. Los errores de cálculo y de coordinación llevaron a que la provincia de Buenos Aires viviera días de incertidumbre y agonía, y pareciera estar al borde del default. Se abre ahora un nuevo capítulo, ya que el gobernador iniciará el proceso de reestructuración de toda la deuda en dólares.
La lógica de la estrategia adoptada por el gobernador no solo es “muy difícil de seguir”, según expresara el presidente Alberto Fernández, sino que para muchos denota una señal de debilidad, con su consecuente pérdida de credibilidad, ya que había declarado la imposibilidad de hacer frente a estos vencimientos. Su negociación recibió duras críticas de varias figuras de Juntos por el Cambio centradas básicamente en refutar su relato de “tierra arrasada” de la cual era responsable la gestión de María Eugenia Vidal, dado que, finalmente, sí estaba el dinero para afrontar esta obligación.
Como ejemplo, vale la pena recordar lo expresado por el titular del bloque de Senadores de Juntos por el Cambio, Roberto Costa: “Nuestra Provincia necesita tiempo para pagar, pero para nada está afectada por esta deuda”, enfatizando el relativo bajo porcentaje de endeudamiento en relación con el producto bruto geográfico provincial. Esto suscitó la rápida respuesta de Kicillof: se pagará con recursos de la provincia que “hemos recaudado en estos días”, en virtud de la colocación de títulos en el mercado financiero local.
Este episodio, se suma a los traspiés de las Leyes de Emergencia y Presupuesto 2020, donde la oposición hizo valer su mayoría en el Senado provincial y mostró a Kicillof el único camino a seguir de ahora en adelante: negociar y consensuar con ella. Sin embargo, en ambas oportunidades también salieron a la luz las fisuras y tensiones que atraviesan a la coalición Juntos por el Cambio. Los tres partidos que la conforman (PRO, UCR y la Coalición Cívica), luego de la derrota electoral en octubre pasado, buscan reacomodarse y algunas figuras ya han declarado sus aspiraciones a la gobernación de Buenos Aires. Se observa un vacío de liderazgo tanto de la UCR como de la Coalición Cívica, que, si bien tienen algunos intendentes en la provincia, carecen de figuras con instalación, presencia provincial y, sobre todo, de recursos. Lo que genera incentivos para que otras, provenientes del PRO, se postulen como candidatos a gobernador en 2023.
La Coalición Cívica aún está procesando el retiro de Lilita Carrió y dentro del radicalismo el que tendría más chances de alcanzar ese puesto es, potencialmente, Gustavo Posse. Reelecto el año pasado por sexta vez consecutiva como intendente de San Isidro, con 48% de los votos, declaró que “le interesa” ser candidato a gobernador porque “hay mucho por hacer” en Buenos Aires. Aunque hasta ahora no ha podido saltar de su comuna y proyectarse a nivel provincial, pero los límites a las reelecciones que rigen actualmente por iniciativa de María Eugenia Vidal lo obliga a pensar en nuevos horizontes.
Por parte del PRO, la oferta es amplia. El intendente de Vicente López y presidente del PRO bonaerense, Jorge Macri, ratificó sus aspiraciones al cargo y declaró que la provincia “necesita alguien que la gobierne y que haya sido intendente" (cosa que no ocurre hace más de dos décadas, desde que finalizó el mandato de Eduardo Duhalde), que “sepa qué le pasa al ciudadano y pueda trabajar en conjunto con otros intendentes”.
Aunque tiene lo bueno y lo malo de llamarse Macri, su gestión es muy reconocida y le permitió asumir su tercer y último mandato como jefe de esa comuna, obteniendo el 62% de los votos. Evalúa la posibilidad de presentarse como candidato a diputado nacional en 2021 y a diferencia del año pasado donde propuso eliminarlas, considera ahora necesarias una PASO para definir las candidaturas dentro de Juntos por el Cambio, coincidiendo con la postura de los radicales, que exigen más “horizontalidad” de cara a las elecciones de medio término en el 2021 y las generales en 2023.
Otro intendente macrista con buenas chances a la gobernación es el de Lanús, Néstor Grindetti, quien logró dar vuelta un resultado adverso en las PASO de agosto pasado, gracias a su estrategia de desmarcarse de la gestión nacional pidiendo corte de boleta, y a su reconocida gestión desde 2015, lo que le permitió conservar la intendencia por otros cuatro años. Al igual que Diego Valenzuela, reelecto intendente con el 47% de los votos en Tres de Febrero, quien utilizó la misma estrategia. ¿Intentará este experiodista con estilo conciliador saltar también al ruedo en busca de la gobernación?
Hay asimismo otras figuras con presencia y trayectoria política en la provincia que pretenden ratificar sus credenciales en términos electorales. Tal es el caso del expresidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, cultor de un estilo negociador que busca superar la grieta. Este ex intendente de Carlos Tejedor del 2003 al 2007 y diputado nacional por la provincia en 2015, a fin del año pasado sinceró sus intenciones de ser candidato a gobernador en 2023. Fue vital en la conformación de la coalición Cambiemos a nivel nacional en virtud de su paciente estrategia de sumar actores muy diversos desde el punto de vista ideológico.
Eso le permitió, por ejemplo, construir en la provincia de Córdoba un verdadero bastión para Mauricio Macri, a quien enfrentó por el férreo apoyo que el entonces jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires le dio a la candidatura de Vidal a la gobernación. Monzó, por el contrario, priorizaba una construcción más amplia incluyendo la seducción a sectores moderados del peronismo (su identidad política luego de un paso inicial por la UCEDE). En particular, siempre pretendió sumar a Sergio Massa, quien paradójicamente lo sucedió en el cargo.
También se anotó en la puja de ir la gobernación Cristian Ritondo, diputado nacional y presidente del bloque PRO en el interbloque de Juntos por el Cambio, otra figura con posibilidades ya que podría eventualmente capitalizar la cuestión de la seguridad, que por diferentes problemas podría incrementar su importancia relativa dentro de las preocupaciones de los bonaerenses, haciendo valer sus credenciales como efectivo exministro de Seguridad durante la gestión de Vidal. Lo mismo ocurre con el senador nacional Esteban Bullrich, quien venciera en Buenos Aires hace dos años nada menos que a la actual vicepresidenta Cristina Fernández. Este exministro de educación tiene una natural inserción en el interior de la provincia, pero debería mejorar significativamente su grado de conocimiento e imagen en el Gran Buenos Aires, sobre todo la crítica tercera sección electoral.
Por supuesto que antes de la gran contienda del 2023 existe un punto intermedio que es la elección de diputados en 2021, donde puede haber una primaria muy competida, con varios candidatos que pugnen por un lugar en la grilla. Tal vez haya intentos de construcción que agrupen a algunos de los mencionados. Pero el gran interrogante es que hará María Eugenia Vidal, que sigue reteniendo una muy buena imagen a pesar de la derrota de octubre pasado. ¿Se decidirá a intentar nuevamente regresar al cargo que ocupará hasta el 10 de diciembre de 2019? Una interna con Monzó sería muy interesante por las diferencias que mantuvieron históricamente, y aunque este último resultase perdedor, lo posicionaría de manera contundente como un jugador de relevancia incluso fuera del distrito.
Será sin duda crucial para entender el potencial recorrido político-electoral en el principal distrito del país la definición de la estrategia de Horacio Rodríguez Larreta, a esta altura la figura mejor posicionada para aspirar a liderar la fórmula presidencial de la oposición. Cerca de Rodríguez Larreta especulan con que Vidal podría regresar a la ciudad para intentar sucederlo, sobre todo si Martín Lousteau busca enfrentarlo en una PASO como candidato del radicalismo. O bien, si eso ocurre, algunos imaginan a Vidal como la figura ideal para acompañarlo en la boleta presidencial en 2023, sobre todo si el Frente de Todos repite fórmula y Vidal tiene la chance de enfrentar nada menos que a Cristina Fernández.
Finalmente, hay otras figuras con una interesante proyección que pueden saltar a la provincia, como es el caso del vicejefe porteño, Diego Santilli, que tiene domicilio en Pilar y no puede presentarse nuevamente en la ciudad. No es la primera vez que esto ocurre - existen antecedentes múltiples de enroques similares, como los de Carlos Ruckauf, Daniel Scioli y Graciela Fernández Meijide. Y, por supuesto, el de la propia María Eugenia Vidal.
Si Cornejo tiene razón y como expresó la semana pasada, la provincia de Buenos Aires es el “talón de Aquiles del peronismo”, por la características de personalidad y de gobierno de Axel Kicillof y por las disputas que tiene con el peronismo tradicional e incluso con La Cámpora, esto podría, por supuesto, ser capitalizado por la formación de una alianza muy diversa, que incluya a sectores moderados del peronismo o a figuras filoperonistas como Monzó, Santilli o al propio Ritondo para darle un arco más amplio. Además, jugaría un rol preponderante el descontento que hay en el campo especialmente por las medidas del gobierno en lo que hacer a la cuestión impositiva.
En el oficialismo también abundan las especulaciones sobre potenciales candidaturas que traten de ganar presencia de figuras moderadas y matizar el temprano desgaste que ya ha sufrido Axel Kicillof. Entre ellas, sobresalen los casos del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero (con un apellido de largo y prestigioso linaje en la política provincial) y de Gabriel Katopodis, ex intendente de San Martín y actual ministro de Infraestructura (un cargo ideal para mejorar sus chances, sobre todo para obtener el apoyo de sus ex pares, los intendentes, jefes territoriales del PJ). ¿Qué otras figuras podrían proyectarse el kirchnerismo más radicalizado? Esa es una de las grandes preguntas que solo el tiempo permitirá contestar.
Lo cierto que una vez más la provincia de Buenos Aires se perfila como la madre de todas las batallas, sobre todo al interior de las dos grandes coaliciones que dominan ampliamente las preferencias políticas de los ciudadanos.
Sergio Berensztein