Vivimos en el fracaso esto es consecuencia ente
otros tantos errores y defectos lo que produce el miedo, por miedo a
Macri se voto a Alberto Fernández, por miedo a Cristina se voto a
Macri, por el miedo a lo que dejo de la Rua se voto a Kirchner y así
podemos ir retrocediendo en nuestra historia hasta comienzos del
siglo anterior, esta actitud viene irremediablemente degradando a la
Republica nunca se considero priorizar la solidaridad y el bien
común, solo prevalecieron los intereses sectoriales que los factores
de poder determinaron e impusieron.
El miedo nunca nos permite ser libres, el miedo
nos tapa la verdad y anula la razón, el miedo nos perturba y
angustia, el miedo nos inhibe de tomar decisiones drásticas y
dolorosas pero si necesarias, ¿Por qué decimos esto? Porque no nos
vamos a cansar de repetir hasta el infinito que debemos tomar el
toro por las astas y modificar toda la estructura tributaria, dotar y
contar con una legislación laboral acorde con los tiempos que
vivimos y no sujeta a intereses corporativos, redimensionar todo el
estado tanto nacional como provincial y municipal, exigir a la
justicia que cumpla con el rol que etimológicamente y
conceptualmente significa y representa, es decir debemos repensar en
la construcción de un estado moderno eficiente en el que el respeto
al orden y la justicia primen sobre los intereses personales y
sectoriales.
Para hacer realidad todo esto se necesita primero
tener valor, coraje y templanza para afrontar la tormenta, ya que
es determinante instrumentar como política de estado concordante con
la construcción de un orden económico federal la aplicación de una
Economía Social de Mercado tal como lo hicieron los países europeos
devastados por la segunda guerra mundial y que tan exitosamente
desarrollaron, solo valga como ejemplo los más recientes China que
siendo un estado políticamente comunista pero que con inteligencia
lo adapta a su contexto e idiosincrasia aceptando y haciendo propias
estas reglas de juego, o la Rusia autocrática de Putin que lo hace a
su manera y conveniencia pero lo hace. El mundo desarrollado fue y
va en ese camino, nosotros no queremos aceptarlo y a la vista tenemos
el resultado, pareciera que nos azotan las diez plagas de Egipto
para utilizar una metáfora de las desgracias que nos vienen
golpeando.
Reitero solo con valor e inteligencia, aceptando y
haciendo propias estas reglas de juego, sumando a ello talento y
determinación con un equipo de trabajo idóneo y honesto que trabaje
en instrumentar un Plan de Gobierno coherente y realizable,
lograremos nuestro propósito. Esto hasta el día de hoy en algunas
áreas no pareciera ocurrir, tengamos memoria –que es experiencia-
con Macri ocurrió lo mismo y bien sabemos como termino.
El miedo provoca incertidumbre, la incertidumbre
disuade a los inversores tanto internos como externos, esto se
percibe y mide diariamente en el riesgo país, en la cauta y
expectante actitud de nuestros acreedores que quieren precisiones, en
el lento y continuo deterioro de nuestros activos, en el
estancamiento en la demanda laboral, en el continuo deterioro de
nuestras economías regionales y pymes, en nuestro desazón,
abatimiento y bronca reprimida.
El miedo al pasado nos conduce inconcientemente a
mantenerlo vivo, sin advertir que con las designaciones que se hacen
en la segunda línea de poder estamos permitiendo que se adueñen de
la estructura del estado nacional algunos personajes que tienen
abultadas deudas con la justicia o con pasados repudiables y que
hoy son compensados con elevados cargos en la administración
pública, cuidado que los tiempos apremian que la realidad nos
indica que no podemos seguir con indefiniciones, que el pasado en
cierta forma continua gobernándonos, que conocemos cual el su
desenlace, reflexionemos y sobrepongámonos a esta necia vuelta a
el, los profundos cambios esperados y necesarios para salir de este
foso de calamidades no se vislumbran, continuamos en la incertidumbre
que es el peor de los escenarios, no tengamos miedo a desprendernos
de el o el se perpetuara con sus nefastos resultados.
La zigzagueante conducción de gobierno que lleva
a cabo el Presidente Alberto Fernández entre su parecer y el de la
Sra. Cristina Fernández y la Campora, nos esta indicando que tiene
miedo de importunarlos e imponer su condición de Presidente, esta
quizás aparente dualidad de criterios se percibe en las dispares
decisiones que a diario toma, este enredado y errado proceder tiene
solo un destino: un eventual fracaso, solo nos resta decirle que
medite, que reflexione, que recapacite, que de un giro de timón,
que retome el liderazgo que le confirieron las urnas, y comience a
tomar las medidas de fondo y estructurales que las circunstancias le
indican e imponen, la luna de miel llega a su fin, de igual forma
la fe de quienes lo votaron y la paciencia de los que no lo votaron,
que reaccione, su mandato de continuar así esta en riesgo que su
mentora se lo arrebate o que eventualmente las circunstancias o
intereses encubiertos se lo traten de acortar abruptamente, el tiene
el mandato y la potestad de conducirnos por el buen camino y no puede
ni debe equivocarse porque “el hombre que ha cometido un error y no
lo corrige, comete otro error mayor”.
Diego Lo Tártaro Presidente de IADER