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Universidad de Buenos Aires
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El sol ¿Amigo o enemigo?
Con el verano llegan las ganas de disfrutar del sol en la playa, en la pileta, en la plaza o en nuestras casas. En esta nota, profesionales de la División Dermatología del Hospital de Clínicas nos aconsejan para protegernos de los efectos adversos, que tener en cuenta al exponerse al sol y cómo disfrutar de lo mejor del verano.
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de tomar sol es hacerlo en horas adecuadas, cuando la exposición a los rayos UV no sea nociva para nuestra piel. Se recomienda reducir el tiempo total de permanencia bajo el sol, y sobre todo evitar la exposición entre las 11 y las 16 horas, que es cuando el sol está más fuerte. Aunque estemos expuestos al sol existen muchas maneras de regular y protegernos de su exposición comentan los especialistas.
“Si queremos saber cuándo es el momento más adecuado para tomar sol, debemos observar nuestra sombra proyectada de pie. Si es más pequeña que nuestra estatura, entonces no es conveniente exponerse. Si la sombra resulta más larga que nuestra estatura, entonces el permanecer al sol resulta menos riesgoso” sostiene el doctor Ariel Sehtman de la División Dermatología del Hospital de Clínicas.
“La idea es transformar al sol de enemigo en nuestro amigo, Lo más recomendado en el uso de protectores solares es realizar previamente una consulta con un médico dermatólogo, quien podrá aconsejar respecto de cuál es el FPS que mejor se adapta al tipo de piel y cuáles zonas se deben proteger con mayor énfasis. Las orejas y el cuero cabelludo suelen ser las partes más vulneradas” comenta Sehtman.
¿Cuál es la manera más conveniente de protegernos del sol? Utilizando fotoprotectores como medida complementaria a los cuidados básicos. Los protectores solares no son la única de las medidas de protección disponibles para cuidar nuestra piel en verano.
Para un uso correcto de un protector solar, debemos aplicarlo media hora antes de salir al sol, y preferentemente en la casa, antes de ir a la playa o la pileta. La piel debe estar seca y se aplicarán cantidades generosas del producto. Hay que tener en cuenta que, si bien algunos productos son “resistentes al agua”, es conveniente volver a colocarse fotoprotectores al salir del mar o la pileta, y también cada dos horas como mínimo. “Aunque el protector solar diga que es prueba de agua, con el uso de las toallas para secarse y el correr de las horas va perdiendo capacidad para protegernos del sol, lo ideal es ponerse cada dos horas” recomienda Sehtman.
Debemos evitar el uso de bronceadores caseros, ya que pueden tener un efecto adverso (fotosensibilización o quemaduras graves) y los autobronceantes, que son meramente cosméticos. No hay que olvidar, además, que algunos medicamentos de uso frecuente pueden aumentar la sensibilidad de la piel al ser expuesta al sol. También ciertos jabones con color y perfumes.
Por último, las recomendaciones para no sufrir un golpe de calor son mantenerse hidratados y en ambientes frescos. Al salir a la calle, es muy importante utilizar un gorro o sombrero de ala ancha, llevar prendas de tela de trama cerrada y anteojos con cristales que absorben la radiación ultravioleta.