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A pesar del cordial inicio de conversaciones, la falta de coordinación entre los equipos económicos de transición preocupa al mercado, que pide empezar de forma inmediata el proceso de renegociación de la deuda para evitar un default.
El problema es que la cercanía de los vencimientos reduce el margen disponible para llegar a un acuerdo voluntario con los bonistas que permita patear estos compromisos a tiempo.
Como indicó LPO, en diciembre mismo vencen 1.000 millones de dólares por los bonos surgidos en los canjes del 2005 y 2010, en enero caen intereses por otros 800 millones de la moneda estadounidense y en febrero el equivalente a 1.700 millones por bonos bajo ley argentina pagaderos en pesos.Si gana, Alberto enfrentará vencimientos por USD 23.400 millones en sus primeros cinco meses
El escenario es mucho más desafiante al incluir Letes y Lecap reperfiladas, pagos a organismos internacionales y financiación del déficit. Allí, las necesidades de financiamiento se elevan a 23.400 millones de dólares para los primeros cinco meses del 2020, con una especial acumulación en abril y mayo, donde vencerán unos 7.731 millones y 6.891 millones, respectivamente.
Frente a este panorama, en el mercado sostienen que Lacunza y el equipo de Alberto deberían ponerse de acuerdo para iniciar de forma conjunta las conversaciones con los acreedores y así ganar un mes en esta difícil tarea.
Desde el Palacio de Hacienda se mostraron dispuestos a avanzar en este camino y aseguraron a este medio que "en el caso de que lo necesite el nuevo gobierno, vamos a cooperar y colaborar".
"Podemos arrancar esa negociación para que ellos la culminen. Es una negociación que por lo menos te lleva dos meses y desde nuestro punto de vista es importante avanzar cuanto antes, pero es una decisión que depende del gobierno entrante", agregaron.Default: El mercado prendió la mecha y ahora espera que defina Alberto
Por su parte, en el equipo de Alberto afirmaron a LPO que no recibieron ningún ofrecimiento en este sentido, aunque no quisieron aclarar si estarían dispuestos a empezar una negociación conjunta. "Esa tesitura es coherente con la postura de Alberto de no cogobernar. Es decir, hasta el 10 de diciembre toda la responsabilidad es de Macri", dijo otra fuente que se la menciona para ocupar importantes cargos en la próxima administración peronista.
La diversa proliferación de candidatos para el futuro gabinete económico es otra de las cuestiones que le hacen ruido al mercado y dificultan la transición. Sucede que ante la falta de confirmación de un ministro de Economía o incluso de un jefe de transición en materia económica, no queda clara cuál será la postura del nuevo gobierno. De hecho, en Hacienda llama la atención que en las reuniones de transición, Kulfas, Nielsen y Todesca no planteen la misma posición.
Otro punto importante a resolver es si se buscará un acuerdo previo con el FMI antes de sentarse con los bonistas. Como es sabido, el Fondo es partidario de una quita a los acreedores privados que podría complicar la negociación.
Pero en el caso de realizar una oferta ir sin el apoyo del FMI, es probable que los acreedores desconfíen del pago de sus bonos "reperfilados" al no saber si la Argentina contará con los desembolsos prometidos por el organismo internacional.
"Hay que sentarse con las tres partes juntas al mismo tiempo: el Fondo, los tenedores de deuda extranjera y de deuda local. No hay chance de hacerlo por separado", afirma el entorno de Lacunza.
El problema es que la cercanía de los vencimientos reduce el margen disponible para llegar a un acuerdo voluntario con los bonistas que permita patear estos compromisos a tiempo.
Como indicó LPO, en diciembre mismo vencen 1.000 millones de dólares por los bonos surgidos en los canjes del 2005 y 2010, en enero caen intereses por otros 800 millones de la moneda estadounidense y en febrero el equivalente a 1.700 millones por bonos bajo ley argentina pagaderos en pesos.Si gana, Alberto enfrentará vencimientos por USD 23.400 millones en sus primeros cinco meses
El escenario es mucho más desafiante al incluir Letes y Lecap reperfiladas, pagos a organismos internacionales y financiación del déficit. Allí, las necesidades de financiamiento se elevan a 23.400 millones de dólares para los primeros cinco meses del 2020, con una especial acumulación en abril y mayo, donde vencerán unos 7.731 millones y 6.891 millones, respectivamente.
Frente a este panorama, en el mercado sostienen que Lacunza y el equipo de Alberto deberían ponerse de acuerdo para iniciar de forma conjunta las conversaciones con los acreedores y así ganar un mes en esta difícil tarea.
Desde el Palacio de Hacienda se mostraron dispuestos a avanzar en este camino y aseguraron a este medio que "en el caso de que lo necesite el nuevo gobierno, vamos a cooperar y colaborar".
"Podemos arrancar esa negociación para que ellos la culminen. Es una negociación que por lo menos te lleva dos meses y desde nuestro punto de vista es importante avanzar cuanto antes, pero es una decisión que depende del gobierno entrante", agregaron.Default: El mercado prendió la mecha y ahora espera que defina Alberto
Por su parte, en el equipo de Alberto afirmaron a LPO que no recibieron ningún ofrecimiento en este sentido, aunque no quisieron aclarar si estarían dispuestos a empezar una negociación conjunta. "Esa tesitura es coherente con la postura de Alberto de no cogobernar. Es decir, hasta el 10 de diciembre toda la responsabilidad es de Macri", dijo otra fuente que se la menciona para ocupar importantes cargos en la próxima administración peronista.
La diversa proliferación de candidatos para el futuro gabinete económico es otra de las cuestiones que le hacen ruido al mercado y dificultan la transición. Sucede que ante la falta de confirmación de un ministro de Economía o incluso de un jefe de transición en materia económica, no queda clara cuál será la postura del nuevo gobierno. De hecho, en Hacienda llama la atención que en las reuniones de transición, Kulfas, Nielsen y Todesca no planteen la misma posición.
Otro punto importante a resolver es si se buscará un acuerdo previo con el FMI antes de sentarse con los bonistas. Como es sabido, el Fondo es partidario de una quita a los acreedores privados que podría complicar la negociación.
Pero en el caso de realizar una oferta ir sin el apoyo del FMI, es probable que los acreedores desconfíen del pago de sus bonos "reperfilados" al no saber si la Argentina contará con los desembolsos prometidos por el organismo internacional.
"Hay que sentarse con las tres partes juntas al mismo tiempo: el Fondo, los tenedores de deuda extranjera y de deuda local. No hay chance de hacerlo por separado", afirma el entorno de Lacunza.
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