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DE MAYO - DÍA MUNDIAL DE LA HIPERTENSIÓN
La hipertensión arterial es uno de los
principales factores de riesgo de muerte e invalidez en el mundo. La
concientización sobre sus causas y consecuencias debe ser un
objetivo claro para médicos y pacientes, contemplando sobre todo la
preocupación que arrojan los resultados de estudios recientes.
En
Argentina, como se observa en el Registro Nacional de Hipertensión
Arterial (RENATA 2) realizado en 2016, alrededor de 16 millones de
personas sufren la enfermedad. Una de cada 2 personas mayores de 50
años es hipertensa. Esta situación, de acuerdo
con los datos presentados recientemente en la 4° Encuesta
Nacional de Factores de Riesgo –ENFR-, realizada en forma conjunta
entre la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación y el
Instituto de Estadística y Censo -INDEC-, ha empeorado desde el 2005
hasta ahora, lo que destaca la necesidad de fortalecer las acciones
asociadas a la concientización sobre esta enfermedad.
Lamentablemente,
los datos de la ENFR confirman los obtenidos en los estudios RENATA I
y II. De cada 10 personas que creen tener Presión Arterial normal, 3
son en realidad hipertensos. Pero aún peor, de cada 10 personas que
saben que son hipertensas, 6 no tienen su Presión Arterial
controlada, con el consiguiente riesgo de sufrir un Infarto o un
Accidente Cerebrovascular. Ante
este grave problema es importante fortalecer el mensaje que todas las
personas mayores de 18 años tienen que controlarse la Presión
Arterial, al menos una vez al año. Y que un paciente hipertenso no
esta controlado, y menos “curado”, por el simple hecho de tomar
medicación. Aún con tratamiento debe evaluar su Presión Arterial
periódicamente.
La
encuesta 2018 también incluyó por primera vez, la realización de
mediciones físicas en las que, ademas de relevar la Presión
Arterial, se registró el nivel de Glucemica (8,4% de las personas
tenían glucemia capilar elevada), y el Colesterol en sangre (30,7%
de los individuos lo tenian mayor o igual a 200 mg/dl). En cuanto al
peso corporal, se evidenció que de cada 10 individuos 6 tuvieron
exceso de peso, registrando sobrepeso 3 de cada 10 y los otros 3
mostraron obesidad. Esto último se asocia con un bajo consumo de
frutas y verduras. Menos de una de cada 10 personas realiza una dieta
adecuada. Como observación positiva, el indicador de utilización de
sal luego de la cocción o al sentarse a la mesa, por autorreporte,
mostró un leve descenso respecto a 2013.
“La
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir entre 3 y
6 gr de sal por día, cuando los argentinos consumimos más del
doble”, afirma Juan Carlos Pereira Redondo (M.N 67509) Director del
Consejo Argentino de Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina
de Cardiología y Jefe de la Unidad de Hipertensión Arterial del
CEMIC. “Si tenemos en cuenta que la mayor cantidad de sodio se
incorpora a través de los alimentos procesados y las bebidas, se
hace necesario que todas las personas tengan presente esta realidad
para poder reducir su consumo tanto en alimentos como en agua para
prevenir la Hipertensión Arterial”, agrega el profesional.
“Cuando
hablamos de una enfermedad crónica el control y el seguimiento
periódico es necesario; así la Hipertensión Arterial se controla,
no se cura. Hay que asegurar una evaluación amplia del Riesgo
Cardiovascular en todas las personas que padecen la enfermedad. Esto
nos permite detectar pacientes hipertensos con mayor riesgo
cardiovascular como las personas que padecen Obesidad, Diabetes,
Hipercolesterolemia, etc. Debemos incentivar una dieta adecuada, un
plan de ejercicio adaptado al paciente y no solo limitarse a la
prescripción de una indicación médica, sino también
comprometernos en el acompañamiento continuo del paciente”,
sostuvo el médico.
Como
mensaje final en el Dia Mundial de la Hipertensión Arterial:
“Debemos remarcar que toda persona tiene que conocer su Presión
Arterial y que los médicos debemos controlar la misma en cualquier
tipo de consulta. Controlar la Hipertensión Arterial es una
condicion necesaria pero no suficiente para disminuir el riesgo
cardiovascular del paciente. Debemos acompañar a nuestros pacientes
a realizar un cambio de estilo de vida, con una dieta adecuada y un
plan de ejercicio individualizado. “