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No caigas en la trampa de la tasa en pesos

La semana pasada se dieron a conocer los números de inflación del mes de marzo. Vinieron muy por encima incluso de los pronósticos más pesimistas: 4,7% mensual. 



La palabra “decepcionante”, que usó el FMI para referirse a la evolución de la inflación en la Argentina, parece poco frente a lo que estamos viendo. 

Desde el Gobierno, un día antes del anuncio, el propio presidente Mauricio Macri había preparado el terreno diciendo que en marzo las cifras mostrarían un pico de Inflación, y que a partir de allí iba a comenzar a descender. Si bien esto aún está en duda, al menos se distanció de lo que venía diciendo el ministro Dujovne respecto a que la inflación ya estaba bajando. 

Es que si uno mira la progresión en lo que llevamos de 2019 podrá ver que en enero fue 2,9%; en febrero 3,8% y en marzo 4,7%. Si esto fuera uno de esos test de inteligencia en donde uno debe completar el número siguiente en base a la secuencia previa, nos daría que en abril la inflación será de 5,6% (continuando con la suba de 0,9% mensual que venimos teniendo). 

Lamentablemente, y a pesar de las palabras del presidente, difícilmente la inflación de abril sea menor que la de marzo. Más aún si observamos su medición en términos interanuales. Digo esto porque la política de “Precios Congelados” recientemente anunciada hará que los precios de abril (al menos en el rubro alimentos) tengan una suba importante. 


Una meta cada vez más difícil
En febrero el ministro Nicolás Dujovne había declarado que la inflación de 2019 sería mucho más baja que la de 2018. 

Si comparamos lo sucedido en el primer trimestre por ahora los números desmienten una vez más al ministro. 

En el primer trimestre de 2019 acumulamos una inflación de 11,83%. ¿Sabés cuánto fue la inflación en el mismo período de 2018? “Apenas” 6,7%. 

El camino será largo para evitar que este año tengamos una inflación anual que no empiece en cincuenta y… 

Y mientras nosotros damos una batalla sin éxito desde hace años, en el mundo se preguntan si la inflación está muerta… 



La difícil misión de proteger los ahorros en este contexto
En medio de este contexto inflacionario, los argentinos que cuentan con capacidad de ahorro se preguntan qué hacer con sus ahorros para no perder poder adquisitivo. 

Si miramos las opciones tradicionales como el dólar y el plazo fijo, por el momento la divisa norteamericana pareciera estar arrojando mejores resultados que la tasa en pesos: 


Sin embargo, el cambio en la política del BCRA respecto del dólar podría tener su impacto en el desempeño de la divisa norteamericana frente a la inflación de aquí en adelante. 

Es que el valor de $51,45 que se fijó como banda superior de no intervención para el resto de 2019 puede que suene un valor alto hoy, pero muy probablemente no lo sea hacia fin de año. 

Si tomamos desde el valor actual implica una suba de 23,13% para lo que resta del año, totalizando un 36,08% de suba en el año. 

A su vez, si lo que se busca es mantener el tipo de cambio en términos reales desde aquí hasta el final del año, la inflación de 2019 tiene que ser menor al 37,7% anual, algo que empieza a sonar difícil. 

En ambos gráficos cada punto representa un país distinto. Si la relación emisión-inflación fuera de 1 a 1, entonces cada punto se debería encontrar sobre la línea de 45°. Sin embargo, especialmente en el gráfico de la izquierda, eso no ocurre y la dispersión es importante. Es decir, a corto plazo –cuando se miran datos de solo un año-, la relación entre moneda y precios es relativamente débil. 

En el segundo gráfico los puntos están mucho más cercanos y alineados con la línea de 45°. Esto quiere decir que la relación es mucho más fuerte entre una cosa y la otra. Al tomar una muestra de 20 años, la relación es innegable. 


Jugando a la ruleta rusa
Si bien el dólar tendrá grandes presiones a medida que nos acerquemos a las elecciones que buscarán perforar ese techo de $51,45; en el corto plazo los dólares de la cosecha y del Gobierno podrían meter presión a la baja a la divisa norteamerican. 

Y allí es donde muchos se preguntan si no será momento de pasarse a tasa en pesos. Como vimos en el gráfico anterior, las altas tasas en pesos puede que lo sean en términos nominales pero no están alcanzando para cubrirse de una inflación galopant. 

Esto porque al tratarse de una tasa fija, si la inflación supera las expectativas (como viene sucediendo), no terminará alcanzando para que sea mayor que la inflación efectiva del mes (como sucedió en febrero y en marzo. 

A su vez, el riesgo siempre latente de una disparada del dólar termina haciendo que invertir a tasa en pesos sea como jugar a la ruleta rus. 

En ese sentido, consideramos que existen instrumentos que siguen mucho más de cerca a la inflación y que te ofrecen mayor cobertura frente a ésta en medio de este contexto. Los suscriptores de nuestro servicio Vacas Lecherassaben de la inversión que estoy hablando, con la que venimos obteniendo un rendimiento por encima de la inflación. 

Saludos, 

Matías Daghero 
Para CONTRAECONOMÍA