Entradas
· Con la materialización de la “estanflación”, las exportaciones representan una fuente de ingresos clave para la economía, especialmente en el sector automotriz.
· Los exportadores demuestran su flexibilidad, el apoyo del gobierno es vital para permitirles ganar nuevas cuotas de mercado.
La desaceleración de la demanda interna, el aumento de los costos de endeudamiento y la depreciación de la lira han ralentizado el dinamismo de la industria
Turquía atraviesa una grave desaceleración económica, a la que se suma una escalada de la inflación, como consecuencia de la aguda depreciación de la lira durante 2018, que afectó a la producción y al consumo del país. El pasado junio, Coface degradó la evaluación de riesgo país de Turquía a riesgo alto (C), mientras que el tercer trimestre estuvo marcado por una ola de revisiones sectoriales a la baja.
Las medidas adoptadas por el gobierno han contribuido a contrarrestar un nuevo aumento de la inflación y apoyar temporalmente a ciertos sectores, pero una recuperación completa llevará tiempo.
En el ámbito de la producción industrial, el ritmo del crecimiento cayó a 1,6% en 2018, en comparación con casi 9% en 2017, mientras que las empresas continúan sufriendo los efectos de la desaceleración de la demanda interna. En septiembre de 2018, los precios de producción registraron un incremento anual récord del 46% y los precios del consumo se dispararon un 24%. Los sectores que dependen de la demanda interna, como la construcción, el comercio minorista y las tecnologías de la información y la comunicación, se encuentran entre los más afectados. No obstante, en 2019, se espera una ralentización de la inflación gracias a un efecto de base y al reducido impacto de la debilidad de la lira.
A pesar de las numerosas dificultades, las exportaciones constituyen una importante fuente de ingresos para la economía
El deterioro de la situación económica ha impulsado las exportaciones, que se han convertido en una importante fuente de ingresos para la economía turca. En 2018, éstas aumentaron un 7% respecto al año anterior, alcanzando los 168.000 millones de dólares, con resultados positivos en la industria química (17%), los vehículos de motor (12%) y el papel (11%), seguidos por la industria textil y de la confección (5%) y la alimentación (4%).
El sector automotriz, especialmente, ha sido el principal producto de exportación en 2018, representando el 17% de las exportaciones totales. Esta industria se ha beneficiado del crecimiento económico en los países europeos (destino del 50,3% de las exportaciones) y de los múltiples incentivos implementados por el gobierno.
Turquía cuenta con un gran número de ventajas comparativas en el sector textil, la confección, los metales y los plásticos. Esta excelencia ha permitido al país destacar en la especialización sectorial, aumentando eventualmente su complejidad y ganar nuevas cuotas de mercado en el futuro, en línea con el nuevo programa económico del gobierno para 2019-2020, basado en un reequilibrio de la economía, gracias al aumento de las exportaciones. Los sectores farmacéutico, químico, petroquímico, energético, maquinaria y software se consideran prioritarios en términos de inversión.
La situación del sector de las tecnologías sigue siendo menos favorable debido a la limitación de sus capacidades.
Un nivel tecnológico insuficiente y una competitividad limitada son factores que obstaculizan una expansión más amplia de las exportaciones turcas. Turquía está fuertemente integrada en las cadenas de valor globales, con un vínculo sólido con la producción industrial europea, en particular con Alemania (el mayor mercado para las exportaciones turcas). Los ingresos de exportación, por tanto, dependerán de la resiliencia del crecimiento europeo, especialmente para los sectores automotriz y textil-confección.
|
