https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

Promediar a la baja puede ser un error carísimo

Equilibrar el precio de compra puede ser el golpe de gracia a tu carrera como inversor bursátil.
En mis comienzos como inversor, mucho antes de convertirme en trader, varias veces me vi tentado a hacer uno de los mayores pecados a la hora de operar en Bolsa: promediar a la baja.

Corría mediados de 2008. Ya había pasado el voto “no positivo" de Cobos y la resolución 125 había quedado archivada de por vida.

Todavía no se había producido la quiebra de Lehman Brothers ni el estallido de la crisis de la hipotecas en Estados Unidos. Estaba dando mis primeros pasos como operador en los mercados bursátiles.

En un par de meses vi caer estrepitosamente mis acciones de Tenaris. Las había comprado a 72 pesos, y en cuestión de semanas pasaron a valer 50.Pero lo peor fue que la caída se prolongó. Me generaba mucha inquietud y ansiedad ver cómo gran parte los ahorros, que había conseguido en mis primeros años en el mundo laboral, se estaban haciendo trizas.

Mi desesperación llegó a un nivel máximo. Era una sensación insoportable. No sabía qué hacer. De pronto, vi que en mi cuenta tenía unos miles de pesos disponibles y no se me ocurrió mejor cosa que recomprar las acciones de Tenaris a 48 pesos.

Sí, cometí el pecado de promediar a la baja. Con un precio promedio de compra de 58 pesos, ya no parecía tan grave la caída. De estar un 33 por ciento abajo, pasé a estar un 17 por ciento en rojo. De necesitar una suba del 50 por ciento para equilibrar mi inversión, pasé a requerir un aumento de las acciones de sólo un 21 por ciento. Mis resultados negativos habían encontrado un piso. Bueno, eso parecía al principio.

La caída se profundizó. Tenaris llegó a cotizar a 23,75 pesos en octubre de 2008. Tuve que esperar un año para recuperar mi inversión, sin tener en cuenta la suba del dólar ni el aumento de precios de esos meses.

Igualmente la saqué barata. Hubo gente que perdió todo o casi todo su dinero promediando a la baja con las acciones de Lehman Brothers, Kodak y GoPro.

Cuando la bolsa cae como un pájaro desplomado, es muy común que te veas tentado/a a promediar a la baja el precio de compra de tus acciones.

Es entendible. Después de una fuerte caída, miramos los precios de las acciones mucho más baratas que hace un corto tiempo y decimos: ¿por qué no aprovechamos para comprarlas a estos precios de liquidación?

Sencillamente porque equilibrar el precio de compra de una acción implica asumir un riesgo considerable. Una acción en tendencia bajista puede caer mucho más de lo que te imaginás. Lo barato puede ser aún más barato.

Hay muchas historias que dejaron cientos de cadáveres financieros en los mercados. Desplomes inverosímiles lentos y pausados, donde algunos accionistas vieron una oportunidad, pero encontraron la ruina.

Promediar a la baja el precio de tus acciones es bastante peligroso, especialmente si te obsesionás con títulos muy especulativos y sin fundamentos detrás.

Pero también puede ocurrir con valores aparentemente sólidos. Muchos inversores compraron acciones de Blackberry en 2010 en pleno auge de sus teléfonos celulares, cuando el precio rondaba los 70 dólares. Ellos mismos recompraron las acciones de la compañía telefónica unos meses más tarde. Estaban más baratas, a 50 dólares y se encontraban en medio de una trayectoria peligrosamente bajista. Las acciones siguieron cayendo y hoy cotizan por debajo de los 7 dólares.



Cuando invertís en la bolsa a largo plazo, tenés que estar dispuesto/a a asumir temporalmente valoraciones en un porcentaje bastante por debajo del precio de compra.

Lo que ocurre es que ciertas pérdidas comienzan a ser difícilmente recuperables cuando superan el umbral del 25 por ciento. A partir de ahí se necesita subir un 33%. Si baja un tercio de su valor, tiene que subir un 50%. Si baja un 50%, debe subir un 100%. Y así sucesivamente.

Promediar a la baja puede resultar un círculo vicioso en medio de una tendencia marcadamente bajista. Te obliga a comprometer mucho dinero en un mismo título y terminás por convertir una inversión en una auténtica apuesta a vida o muerte.

Nunca intentes equilibrar el precio de compra de una acción que presenta algún tipo de riesgo sensible para la viabilidad del negocio. O cuando el contexto de mercado sea demasiado turbulento. Porque nadie sabe exactamente cuándo se tocará fondo. Y a veces los precios de las acciones se comportan irracionalmente mucho más tiempo del que tus nervios y tu bolsillo pueden aguantar.

Hasta la semana que viene,

Bruno Perinelli

Para CONTRAECONOMÍA