Sólidas ganancias al cierre de las bolsas europeas, en una sesión en la que se ha demostrado un día más que los inversores han apartado temores de antaño, prefiriendo ver el vaso medio lleno por ahora. ¿Cuánto les durará ese optimismo? Pues nada hace pensar que, independientemente de correcciones puntuales, el fin de los días de vino y rosas esté cercano.
Un importante gestor nacional nos decía minutos antes del cierre:
“A finales del año pasado se temía que la economía global entrara en recesión ya en 2019. Que la crisis comercial entre EE.UU. y China llegara a un punto de no retorno que afectara a la circulación de mercancías en todo el globo. Una ola proteccionista que dañara el consumo, aumentara los precios, y dañara los mercados financieros. Los gestores actuaron en consecuencia, es decir, vendieron.
Comenzado el 2019 se empezó a entrever que, aunque la situación entre estos dos países seguía siendo complicada, estábamos en un escenario de dentista-paciente y el consabido “no nos vamos a hacer daño”. Tanto a China como a EEUU les interesa un acuerdo, aunque sea de mínimos, y eso es lo que se conseguirá. Si a esto le unimos que los indicadores adelantados muestran ralentización en las principales economías desarrolladas, pero no recesión, el escenario con el que trabajan ahora los gestores ha cambiado.
Los beneficios empresariales siguen siendo positivos, y las caídas han llevado a los mercados a unas valoraciones atractivas, aunque para decirlo todo, cada vez menos. ¿Y qué están haciendo entonces los gestores? Pues comprar. En esas estamos”.
Las subidas de los mercados europeos están siendo sostenidas y ordenadas. Los ascensos no son bruscos, y cada dos o tres días de alzas tenemos la consiguiente consolidación antes de un nuevo impulso. Esto nos indica que los compradores son ahora poco viscerales. Y que van haciendo cartera poco a poco, permitiendo un saludable intercambio de posiciones y que los inversores más especulativos tomen beneficios sin afectar a los precios. No estamos libres de caídas puntuales, pero el sentir del mercado es que quizás ya hayamos tocado suelo para un largo periodo de tiempo.Las bolsas europeas han subido más del 8% prácticamente en un mes. Han tenido uno de los inicios de año más fuertes de los últimos ejercicios, lo cual parece compadecerse poco con un escenario de potenciales recesiones en EE.UU. o Europa. Es decir, ¿o los malos augurios están equivocados, o lo están los mercados? Y los mercados suelen equivocarse poco cuando se refiere a previsiones económicas.
Hoy la jornada ha sido poco volátil. Entre el máximo y el mínimo del Eurostoxx 50, por ejemplo, apenas ha habido 35 puntos. El volumen ha sido sólido, cerrando cerca de máximos. Todo sugiere que veremos el rango de los 3.200-3250 puntos del Eurostoxx 50 en breve, niveles que los técnicos consideran claves para el corto plazo.
El sentimiento inversor ha ido mejorando paulatinamente según las alzas se asentaban, y ahora parece difícil divisar en el horizonte cercano un factor que pueda llevarnos de nuevo a la volatilidad y a episodios de bruscas caídas. ¿El Brexit puede ser uno de ellos? Podría ser, pero el consenso es que es que la opción menos probable es un Brexit sin acuerdo. Esto resta mucha incertidumbre a los inversores.
Resumiendo, la jornada de hoy ha mostrado que los inversores serenos reinan ahora en el mercado, lo cual siempre fue bueno para las bolsas en el medio y largo plazo.