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Aumento de cheques impagos, una señal de alerta por crisis económica en Argentina

El volumen de cheques
impagos en Argentina ha subido con fuerza, lo que muestra el
impacto que están sufriendo empresas locales debido a una caída
en el consumo doméstico y a las alzas de tasas que implementó el
Gobierno para frenar las sacudidas financieras de mayo.   
    La administración del presidente liberal Mauricio Macri
sigue lidiando con turbulencias en sus mercados y fuertes
presiones sobre su devaluada moneda local, pero también está
trabajando en medidas para aliviar el "estrés financiero" que
están sufriendo muchos comercios y firmas de menor tamaño.
    En mayo hubo 188.000 cheques impagos, un 21,3 por ciento por
encima de abril y un 32,4 por ciento por encima del nivel de
mayo del 2017, según los datos más recientes disponibles en el
sitio web del banco central de Argentina.
    "Esto muestra un problema en la cadena de pagos y es el
resultado de la suba de tasas de interés, porque no se pueden
cubrir las cuentas", explicó a Reuters el economista Fausto
Spotorno. "Se emiten cheques para pagar pero después no se logra
obtener el efectivo para cubrirlos", agregó.
    La fuerte devaluación que reportó este año el peso argentino
           llevó a la autoridad monetaria de la tercera economía
de América Latina a subir la tasa de referencia hasta un récord
mundial del 40 por ciento, lo que golpeó fuertemente al consumo
y según analistas podría derivar en una recesión.
    Las asociaciones de pequeñas y medianas empresas (Pymes), de
las que depende el 70 por ciento del empleo del país, han dicho
que la caída del consumo, el alza de tarifas energéticas -tras
recortes de subsidios estatales- y la subida de las tasas de
interés llevarán a nuevos despidos y cierres de firmas. 
    La tasa de desocupación subió a 9,1 por ciento en el primer
trimestre de 2018, desde 7,2 por ciento en el período previo, en
una de las primeras señales de un deterioro de la situación
social en medio de las políticas de austeridad que busca aplicar
Macri, quien se espera que busque una reelección el año próximo.
    El flamante ministro de Producción, Dante Sica, dijo esta
semana que "empieza a haber en algunos sectores un aumento de
cheques rechazados, que si bien todavía son cambiados
rápidamente, empiezan a generar señales de alerta" y que está
trabajando para aliviar el "estrés financiero" de las Pymes.
    "La tasa de interés subió para frenar la corrida. Todos
tenemos la expectativa de que cuánto más rápido normalice la
economía, (...) más rápido vamos a poder bajar la tasas por lo
tanto vamos a aplicar estos instrumentos para poder darle
fluidez y tratar de que no se resienta la cadena de pagos", dijo
en una entrevista radial.
    En medio de ese escenario, el Banco Central anunció el
jueves una serie de medidas que apuntan a facilitar el acceso al
crédito para empresas pequeñas y medianas, que empezarán a regir
a partir de julio.
    El Gobierno de Macri acordó a principios de mes una línea de
crédito con el Fondo Monetario Internacional por 50.000 millones
de dólares para afrontar la turbulencia cambiaria y sostener la
economía, que también se vio golpeada este año por una grave
sequía que recortó las exportaciones agroindustriales. 
    El acuerdo con el FMI llevó algo de calma a los mercados,
pero la reducción de subsidios a la energía y al transporte con
el fin de bajar el déficit fiscal, sumada a la devaluación,
alentaron aún más la alta inflación que el país sufre hace años.
    En el Gobierno reconocen que la inflación podría cerrar este
año cerca del 30 por ciento, lejos del 15 por ciento previsto en
diciembre, lo que golpeará al poder adquisitivo ya que los
ajustes salariales no compensarán el incremento de precios.



reuters