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Los bancos centrales no se ponen de acuerdo sobre cómo enfrentar al bitcoin


A pesar del derrumbe de la semana pasada, las autoridades monetarias no tienen una postura común frente a la moneda: verla como un riesgo o una revolución.
"¿Es un pájaro?... ¿Es un avión?... ¡No, es Superman!". El año próximo se cumplirán 80 años de la aparición del primer número de la historieta de este famoso superhéroe, el primero de una larga colección de personajes con poderes especiales. ¿Y qué pensar del bitcoin, que acaba de atravesar la barrera de los u$s 11.000, por más que inmediatamente después se haya desplomado un 20% de su valor? ¿Es una súper moneda? ¿Es un riesgo para el sistema financiero? Los principales bancos centrales del mundo no se ponen de acuerdo frente a la novedad monetaria más importante de los últimos tiempos.
Si se mide en términos de la historia financiera mundial, el bitcoin es un verdadero infante, que recién está cumpliendo sus primeros ocho años de vida. Pero que en tan poco tiempo logró cambiar completamente la percepción de los mercados mundiales sobre lo que puede llegar a ser el futuro (y el potencial) de las monedas descentralizadas, es decir fuera de la órbita de los bancos centrales.
Sin ir más lejos, el año 2017 quedará seguramente grabado a fuego en los inversores que se decidieron a subirse al tren de esta criptomoneda, lo que significa que su existencia es únicamente virtual. Porque entre enero y el jueves pasado antes del derrumbe, su valor venía creciendo más de 1000%, lo que forzosamente atrajo a miles de inversores deseosos de obtener elevadas rentabilidades. Sin embargo, la fuerte corrección del 20% (el bitcoin cerró la semana pasada cotizando cerca de los u$s 9950) dejó a muchos con la misma sensación que se tiene cuando se cierra la tapa de un piano sobre los dedos, y pensando si no se estaría ante otra fenomenal burbuja.

Sin consenso

Los primeros interesados en entender en profundidad qué clase de "nuevo ser financiero" es el bitcoin son los bancos centrales, poseedores del monopolio de la emisión monetaria en todo el mundo. Porque en definitiva, esta moneda virtual podría poner patas para arriba a parte de la teoría financiera como se la conoció hasta ahora.
Si el bitcoin no fuera una burbuja especulativa que pasara a la historia como la célebre de los tulipanes en la Holanda del siglo XVII, ¿para qué serían necesarios los bancos centrales? El tema es que todavía no se sabe muy bien cuál es la verdadera fortaleza de la criptomoneda en el largo plazo. Al día de hoy, su peso a nivel mundial es enorme: su volumen negociado se acerca a los u$s 170.000 millones, lo que la convierte en la 30ª moneda por capitalización. Pero mirando hacia adelante, las principales autoridades monetarias no se ponen de acuerdo respecto de lo que pueda llegar a suceder.
Entre los principales bancos centrales, el más entusiasta con la llegada de la moneda virtual es el de Inglaterra (BoE), que considera al bitcoin como "una revolución en potencia". Es tal el entusiasmo de Mark Carney, el gobernador de la máxima entidad monetaria del Reino Unido, que el año pasado lanzó una incubadora de start-ups sobre el blockchain, que es la tecnología que brinda la seguridad para el funcionamiento del bitcoin.
Las autoridades del BoE evalúan muy seriamente el recorrido de esta divisa descentralizada. Desde el organismo también se mira la posibilidad de utilizar la tecnología que le da vida para lanzar a su vez una versión virtual de la libra esterlina. Por ahora, este proyecto está en fase de estudio, sin ninguna fecha de lanzamiento prevista.
Esto significa que ya no se ve al bitcoin como una simple burbuja especulativa, o un esquema piramidal al estilo Ponzi, como varios analistas aventuraron en 2009, cuando se lanzó la criptomoneda. Puede ser que en su futuro termine perdiendo peso relativo a nivel mundial por el estallido de una burbuja, pero eso no significa que los bancos centrales ya no lo miren con más respeto.
Este es el caso del BoJ (Bank of Japan), probablemente la entidad más activa en investigar a fondo las implicancias de la moneda virtual. En octubre pasado, su gobernador Haruhiko Kuroda se refirió a lo importante que era que el BoJ profundizara la investigación sobre el tema, por más que fuera demasiado pronto para pensar en una criptomoneda japonesa. "La emisión de divisas virtuales destinadas a los particulares equivaldría a abrir el acceso de los bancos centrales a todo el mundo. Este tema requiere que primero revisemos el rol y las prerrogativas de un banco central", afirmó el funcionario.

Un riesgo latente

Por el lado de la Reserva Federal, su flamante presidente Jerome Powell (acaba de ser designado por Donald Trump) ya dio su opinión al respecto, poniendo el foco en que es importante evaluar "la gestión de los riesgos que implica el bitcoin, así como las cuestiones que plantea en materia de gobernanza (de la Fed)". El funcionario brindó su opinión en una audiencia ante el Senado estadounidense, explicando también que el tamaño de la capitalización global de todas las criptomonedas del mundo (u$s 300.000 millones) no era "suficientemente grande" para influir en la política del organismo. Además, la Fed también evalúa la alternativa de lanzar su propia competencia al bitcoin, según Powell.
Mientras tanto, el único organismo que (todavía) no acepta considerar al bitcoin como una moneda propiamente dicha es el Banco Central Europeo (BCE) que, en la voz de su presidente Mario Draghi, aclaró además que "no representa una amenaza para el monopolio" de los bancos centrales, únicos autorizados a emitir dinero. Incluso la semana pasada (justo en momentos en que ocurría la caída del 20%), el vicepresidente del BCE, Vítor Constancio, recordó que el bitcoin "es un activo muy particular, por definición especulativo". Una particularidad que confirma que los bancos centrales siguen tratando de descubrir qué clase de "bicho" financiero es el bitcoin, y cuál puede llegar a ser la kryptonita de esta súper moneda virtual.
 
Fuente: El Cronista