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La decisión de Europa de prohibir el glifosato amenaza con un golpe al campo peor que el biodiesel

La polémica complica el tramo final de las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur.
Desde hace varios meses buena parte de la agenda del sector agropecuario está concentrada en el conflicto con EE.UU. por las exportaciones argentinas de biodiesel que representan para nuestro país una pérdida de unos u$s 1.200 millones por año.
Sin embargo, existe otro conflicto -mucho más silencioso en términos mediáticos- que generaría pérdidas por un monto mucho mayor. Se trata de la indecisión de las autoridades de la Unión Europea (UE) en renovar la registración del glifosato.
Según estimaciones privadas, en caso de no destrabarse dicho conflicto se generarían perjuicios significativos para el Mercosur, pero especialmente para la Argentina donde hay en juego alrededor de $ 16.800 millones y más de 5 millones de hectáreas.
En diálogo con LPO, Pedro Vigneau, presidente de AAPRESID, lamentó que la UE "adopte una decisión basada en ideologías políticas para avanzar hacia la prohibición del herbicida de mayor uso en la agricultura mundial".
"Deberían basarse en evidencias científicas para aprobar el re-registro del glifosato por 15 años", explicó Vigenau, para luego mencionar que "esto puede poner en crisis la seguridad alimentaria global al afectar dramáticamente el comercio de alimentos".
Cabe mencionar que en septiembre pasado el Gobierno de Francia prohibió totalmente el glifosato, mientras que la UE avanza hacia una prohibición que, según denuncian productores de siembra directa, esconde la imposición de barreras arancelarias.
En el campo temen que la decisión de la UE provoque una burbuja de precios que podría superar, incluso, los valores del año 2008 -cuando la soja pasó los 600 dólares- debido a una menor cosecha de commodities agrícolas en los países productores.
"El glifosato es una herramienta esencial para la agricultura europea porque ayuda a proveer alimentos a millones de ciudadanos, a reducir las emisiones de carbono y el impacto de la agricultura en el medioambiente", señaló el presidente de AAPRESID.
La demanda de glifosato viene cayendo año a año en todos los países agrícolas debido a que la efectividad del herbicida decrece a medida que se tornan más agresivas las malezas (en la Argentina existen 15 especies reconocidas resistentes al glifosato).
Como sea, AAPRESID advirtió que la producción potencial en riesgo alcanza las 12,5 millones de toneladas de soja que, a un precio FOB promedio de u$s 385 por tonelada, podría representar una caída sólo en exportaciones del orden de u$s 4.800 millones.
"El glifosato ha cumplido todos los requisitos para una renovación completa de 15 años por parte de la UE. No existe una base científica o de salud para aprobar la autorización por menos del límite máximo permitido", aseguró Vigenau desde Europa.
Funcionarios del Gobierno se encuentran trabajando para intentar destrabar este conflicto aunque, claro está, la decisión final será de la UE. "Ninguna autoridad regulatoria en el mundo considera que el glifosato sea cancerígeno", agregó Vigneau.
En octubre la agencia Reuters realizó una comparación entre el borrador del informe de la OMS sobre el glifosato y su versión definitiva. Allí detectó que fueron eliminadas o tergiversadas las investigaciones que concluían que no causaba cáncer en animales.