No fueron meses de relativa calma para el gigante de la sharing-economy: tras una denuncia pública por parte de una ex desarrolladora por discriminación de género y un video en el que se veía al CEO maltratar a un conductor de la aplicación, Travis Kalanick, quien fundó la empresa en 2009, se tomó una licencia indefinida y se baja como cabeza de la compañía.
La presión que recibió el hasta ahora CEO no es poca: más de 20 empleados clave renunciaron en los últimos meses y una revisión interna de la política corporativa de la empresa respecto a minorías --a cargo del ex fiscal general de los Estados Unidos Eric Holder-- arrojó resultados más que preocupantes: tanto es así que el informe pedía que Kalanick se haga a un costado, por el bien de lo shareholders. El Directorio ya había votado, el domingo, plegarse a las recomendaciones del informe por lo que el futuro de Kalanick ya estaba en riesgo.
A la tragedia que vive la compañìa, se suma otra personal: su madre murió en un accidente en el mar hace solo unas semanas.
A estas controversias se refirió el CEO hoy por la tarde en un email en el que anunció su retiro voluntario: "Todavía estoy de luto por mi madre. Tengo que tomarme tiempo para trabajar en algunas cuestiones personales y para construir un equipo que esté a la altura de los desafíos que hoy enfrente la compañía. Si hay que relanzar Uber, tengo, primero, que relanzarme a mi mismo y convertirme en el lider que la empresa merece".
Se espera que el Directorio contrate a alguien en la posición de COO para hacerse cargo del día a día aunque, al cierre de esta nota, no se reportan novedades respecto al nombre del ejecutivo.
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