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Tesla Motors y el poder de la esperanza



La gran noticia en lo que va de 2017 para Silicon Valley, ha sido la llegada de la fabricante de autos eléctricos Tesla a la “mesa de los adultos” del mercado financiero. 

A principios de abril, la capitalización bursátil de Tesla sobrepasó a General Motors, y se convirtió en la compañía automotriz más valiosa de Estados Unidos – US $51 mil millones- 

Apenas se conoció la noticia, muchos colegas aparecieron en mi cuenta de Twitter @LouBasenese para recordarme una entrevista que di a CNBC en 2013, donde califiqué la valuación de Tesla -en ese entonces de US $11 mil millones- como absurda 

Preferí ser educado y dejar que los fanáticos de Elon Musk celebraran su victoria tranquilos. 

Pero la verdad es que 4 años después de mi declaración, y aun con esta noticia fresca en los medios, mantengo mi postura: la valuación de mercado de Tesla sigue siendo absurda. 

Y los fríos números me dan la razón. 


Aunque a muchos les cueste admitirlo, Tesla Motors lleva 10 años de existencia…y todavía no genera ganancias. 

Además, la compañía produce apenas una fracción de los vehículos que fabrican Ford o GM, lo que resulta en ingresos muy pobres comparado a sus competidores y, por si fuera poco, la empresa tiene un nivel de deuda muy alto en proporción a su tamaño. 

Los datos son innegables. Si basamos el análisis en cualquier métrica objetiva de mercado, Tesla sale muy mal parado. 

Entonces ¿Por qué Tesla vale US $51 mil millones? 

Quizás porque sus resultados desde comienzos de año han sido mejores de lo esperado. 

En su último reporte financiero -el que terminó disparando su valor a US $51 mil millones- la compañía mostró un crecimiento del 70% en ventas de vehículos respecto al mismo período del año anterior. 

Suena como un argumento sólido para confiar ¿no? A primera vista sí, pero analicémoslo un poco más a fondo. 

Sí. Tesla ha incrementado sus ventas de manera exponencial. Pero como vimos en el gráfico, aún está muy lejos de GM o Ford. 

Y lo que es aún más importante: Tesla Motors no ha logrado entrar en los hogares del usuario promedio de automóviles. 

La estrategia de la compañía ha sido muy clara: valerse del carisma de su CEO Elon Musk para cautivar al público interesado en nuevas tecnologías o con intereses medioambientales. 

Su desarrollo de softwares de conducción inteligente y summon -la tecnología para invocar a tu vehículo a donde tú estés- impresionan a los usuarios especializados, pero no llaman la atención de la familia de clase media que sólo necesita un Sedan para trabajar. 

Para el usuario promedio de autos -el que sigue prefiriendo GM y Ford- Tesla es un animal extraño y por sobre todas las cosas: inalcanzable en su precio y mantención. 

Ante ese escenario, la solución de Musk fue orientar su producción al segmento de autos de lujo. 

Su decisión tuvo sentido. Después de todo, los vehículos de alta gama tienen características tecnológicas y de confort que justifican un precio elevado, y un público mucho más especializado. 

Pero la lógica detrás de este movimiento también tiene un gran agujero por donde se escapan las ganancias. 

La tradición. 

Si bien los aspectos tecnológicos son un pilar fundamental del mercado automotriz de alta gama, también lo es la tradición del fabricante y la historia asociada a su escudo. 

Marcas como Masseratti, Lamborghini o Ferrari tienen un grupo cautivo de fanáticos acérrimos, que han seguido la evolución de los modelos por años, y expresan una fidelidad importante hacia la marca. Lo más cercano a ser de un equipo de fútbol o de otro en el mundo automotriz. 

Siguiendo la línea del ejemplo, Tesla tiene admiradores de su innovación…pero en 10 años no ha logrado construir una “hinchada” que les sea fiel. 

Pero, si todos los triunfos de Tesla tienen grandes peros que matizan su éxito… 

¿Por qué, a pesar de todo, la compañía vale US $51 mil millones? 

Al final de cuentas, la respuesta, por simple que parezca, es: la esperanza en su futuro. 

La valuación de Tesla Motors está basada en las expectativas de futuro que el mercado tiene puestas sobre la compañía. 

Incluso el propio Elon Musk lo admite. 


“Exacto. Tesla está absurdamente sobrevaluado si nos basamos en su pasado. Pero eso es irrelevante. El precio de las acciones representa flujos de dinero futuro ajustados al riesgo”
– Elon Musk en Twitter


Sus avances tecnológicos podrían cambiar para siempre la industria automotriz en caso de funcionar y masificarse, aun cuando el sistema de conducción inteligente acumula varias quejas, al punto de ser calificado como “peligroso” por su propensión a provocar choques y desvíos en ruta. 

Pero con todos estos puntos negros en su panorama, Wall Street sigue confiando en Tesla Motors. 

Esto nos demuestra que en las finanzas también hay espacio para los sentimientos: cuando el mercado se enamora de una compañía, reconocer sus fallas es muy difícil. 

Quizás lo que mejor exprese el dilema de la sobrevaluación de Tesla sea este mensaje, que el experto en tecnología Walt Mossberg le envió a Elon Musk, también por Twitter. 


“Admiro a Tesla y a Elon Musk, pero este es el billonésimo ejemplo de por qué la valoración del mercado no refleja la realidad”