El presidente Macri hizo este martes lo que suele hacer: Enarboló un discurso de línea dura neoliberal de ajuste y eficiencia del Estado, mientras su administración expande el gasto fiscal y aumenta la ya desmesurada burocracia estatal.
Lo hizo en el acto de firma del Compromiso Federal para la Modernización del Estado, con trece provincias, que motorizó su ministro de Modernización del Estado, Andrés Ibarra, que es una contradicción caminando: Como reveló LPO, Ibarra decidió hacer más eficiente el Estado, montando una enorme burocracia que antes no existía. Además, apenas asumió, su mujer fue nombrada con un cargo gerencial en Canal 7.Buscando el golpe de efecto, rodeado de los gobermadores en el pomposo Salón Blanco de la Casa Rosada, pidió "dejar de lado la intervención nociva que tuvo la política de convertir al Estado en un aguantadero".
Macri insistió en "volver a jerarquizar al empleado público, lo que significa el acceder al empleo estatal a través de los concursos" y agregó que "tenemos que entender que el Estado no es de aquellos que nos toca gobernar, sino de los ciudadanos, y para eso tenemos que trabajar en mecanismos de transparencia, porque ya producto de las corrupción muchos se han enriquecido, pero una enorme cantidad de argentinos no tiene cloacas, ni agua potable, ni rutas, ni escuelas en buenas condiciones".
El presidente prefirió así concentrarse en el lado "amable" de la modernización del Estado y no referirse a un costado donde su administración flaquea fuerte: La reducción de áreas superfluas y burocracia inútil, fusión de áreas que hacen lo mismo y achicamiento del desmesurado gasto del Estado que no para de subir y explica porque la Argentina tiene una presión fiscal récord en el mundo.
Este fin de semana se conocieron los datos del primer año de Macri y se supo que su administración aumentó en 25% la estructura del Estado, a partir del crecimiento del número de ministerios, secretarías y direcciones nacionales. Es por eso, como contó La Nación, que en la Rosada se habla del crecimiento a pleno de "la fábrica de ravioles" por el organigrama del Estado.
Por eso, cada vez más economistas, incluso los cercanos al gobierno, advierten que en estos términos es imposible que la economía sea sostenible. "La verdadera discusión es que el gasto público es insostenible, como es insostenible genera un sistema impositivo impagable. Y como genera un sistema impositivo impagable las empresas no pueden competir. Entonces no le echemos la culpa al Banco Central", aseguró en una entrevista en radio Mitre, el ex vicepresidente del Banco Nación, Enrique Szewach.
Mientras que este martes, José Luis Broda agregó: "El enfermo está grave. Acá no hay plan A ni plan B, esto es insostenible en el largo plazo. No se puede tener creciente déficit fiscal, financiado mangueando ahorro externo y al mismo tiempo una tasa de inflación declinante. Es inestable".
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