https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

El fin de los dueños

Hoy estaba leyendo en el diario La Nación una noticia que hablaba de una iniciativa del gobierno para fomentar el ahorro en metros cuadrados. Una especie de caja de ahorro donde los jóvenes pueden ahorrar y luego el Banco Nación les asegura un crédito hipotecario.

A medida que la leía me agarraba la cabeza. ¡A quién se le podía ocurrir una idea tan mala! ¡Tan poco aggiornada a las nuevas tendencias del mundo de las finanzas personales!

¿Por qué digo esto? Te explico…

Por muchos años el principal y único objetivo financiero de una familia era comprar una casa.

Si la familia no tenía una casa propia, todos trabajaban para comprar la “casa familiar”. Si los padres ya tenían una casa, toda la familia trabajaba para comprarle una a sus hijos.

Tan importante es este objetivo que incluso existe una ley en la Argentina que declara a la casa familiar como “bien de familia”. Esto significa que esta propiedad es libre de embargos. Está protegida contra todo riesgo. Pocas cosas tienen ese nivel de protección en nuestro país. Para que te des una idea de lo arraigada que está esta idea en nuestra sociedad.

Esta nueva medida que publicó el diario La Nación hoy ataca ese deseo de las personas. El objetivo de “comprar la casa propia” cueste lo que cueste. La nota decía lo siguiente:

El Banco Nación trabaja ahora en otro instrumento para fomentar la demanda de créditos hipotecarios. Se trata de cajas de ahorro para jóvenes, que tendrán como objeto servir como garantía para poder endeudarse y acumular un valor equivalente en metros cuadrados.

Según confirmaron a LA NACION fuentes del Nación, la idea es que los padres de un menor de edad -o cualquier persona- puedan ir depositando fondos a su nombre en una cuenta de ahorro. Los fondos se actualizarán por la Unidad de Vivienda (UVI). La UVI sigue la evolución del índice de la construcción. Con lo cual la idea es que el dinero depositado en la cuenta de ahorro vaya actualizándose en el tiempo en función del valor del metro cuadrado de construcción.

La novedad, en este caso, es que, a los 10 años, el BNA se comprometería a financiar al beneficiario de la cuenta con un crédito hipotecario por hasta cuatro veces el valor de sus ahorros. 'La idea es que la fiesta de 15 se transforme en metros cuadrados', ilustró una fuente de la entidad oficial.

Terrible. Una estrategia perdedora, vieja y poco conveniente. 

Ahorrar durante diez años en algo que no está muy claro, pero que prometen ser metros cuadrados. Con una tasa de rendimiento incierta, pero que puede ser muy baja. Que, en el mejor de los casos, no va a ser una ganancia real, ya que solo va a cubrir la inflación…

Y al final de todo, luego de diez años, ¡te dan un crédito hipotecario para comprar una casa! Por lo tanto, te endeudás y te comprometés a pagarle al banco intereses por otros 30 años…

No se me ocurre algo peor para dejarle a tu hijo. No solo le estás dejando un desastre financiero, sino que peor aún, le estás dando una lección financiera horrible.

El mundo, hoy, es completamente diferente. Y dentro de 10 años va a ser más diferente aún.

Estamos entrando a una era donde los dueños están desapareciendo. Ya nadie quiere o desea ser dueño de las “cosas”. Ni de una casa, ni de un auto, ni de la ropa, ni de los relojes, ni de nada.

De lo único que queremos ser dueños es de nuestra vida. De nuestra libertad. De nuestra independencia.

¿Cómo funciona este nuevo mundo?

Te cuento mi caso. Yo podría comprarme la casa que quiero para mi familia. Pero no soy dueño de ninguna casa en la Argentina. Alquilo la casa donde vivo en el centro de Buenos Aires, alquilo la casa de fin de semana donde paso los momentos de diversión con mi familia.

Tampoco tengo auto. Cuando vivía en Estados Unidos tenía dos autos con el sistema de leasing. Que es una especie de alquiler. Como en Argentina no existe esto o es muy poco conveniente, mi empresa me compró un auto y me lo alquila. No tengo un segundo auto. Comparto el auto con mi mujer y cuando los dos necesitamos autos, usamos Uber y listo.

Tampoco tengo teléfono celular. Sí, uso uno muy lindo y moderno, pero se trata de un teléfono celular que me “alquila” mi proveedora de servicios de comunicación y que me lo cambia automáticamente todos los años.

En Estados Unidos, donde está desarrollada esta tendencia, existen páginas webs que te permiten alquilar ropa especial y relojes caros para cuando los necesites. Nunca los usé. No me gustan ni la ropa ni los relojes caros. Pero si en algún momento me agarra esta locura, no descarto este camino.

Estimado inversor, esta tendencia es cada vez más fuerte en el mundo desarrollado. Y llegó a nuestro mundo para quedarse y desarrollarse cada vez más.

¿Cuál es el principal beneficio de esta estrategia?

Es simple, te deja dinero libre para armar tu propia cartera de inversiones. Para construir tu patrimonio que el día de mañana te puede dar la posibilidad de vivir sin trabajar.

Entonces, en vez de gastar cientos de miles de dólares en comprar una casa o un auto. De endeudarte para lograr esto. Destiná ese mismo dinero a invertirlo inteligentemente. En una cartera de inversiones diversificada globalmente.

Y una vez que esa cartera crezca, vas a poder generar los ingresos pasivos necesarios para poder elegir vivir sin trabajar. Si es lo que deseás.

Pero más importante, vas a lograr la total independencia financiera. En una era donde “el fin de los dueños” está cada vez más cerca, ese debe ser el principal objetivo financiero de tu familia. Y esa es la mejor lección financiera que le podés dejar a tu hijo.


Federico Tessore
Director
Tessore Research