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El escenario futuro ha cambiado...toca preocuparse por la inflación

  • A la espera de estabilización en el mercado de bonos
  • El reposicionamiento de carteras condiciona la evolución de los distintos sectores
  • El factor político pasa a los primeros puestos de preocupación inversora

Una nueva jornada para reposicionar cartera ante el renovado escenario que se nos plantea. Al menos el que el mercado cree que se va a presentar, es decir: Estímulo fiscal masivo en EE.UU., impulso del crecimiento, repunte de la inflación, subida de tipos.
En estos días se dado una clara muestra de que cuando la incertidumbre golpea a EE.UU., los más perjudicados son los demás mercados. El Dow Jones en máximos y las bolsas europeas incapaces de salir del rango lateral que llevan desarrollando durante todo el año.
Volviendo a la jornada, el día empezaba con caídas en las bolsas emergentes a nivel global por encima del punto porcentual. Los activos emergentes serán los más perjudicados de un escenario proteccionista en EE.UU., de subida del dólar y de subida de tipos de interés. “Ha sido uno de los días más estresantes de mi carrera profesional”, nos comentaba el director financiero en México de una gran compañía multinacional el día después de la elección de Trump. “Todo el mundo anda como loco. Tengo que cubrir enormes posiciones en dólares. Llevo contestando correos desde las 5 de la mañana”, añadía.
El peso mexicano cayó en los dos días después de la elección de Trump por encima del 15% frente al dólar, descensos no vistos en más de dos décadas.
Las bolsas europeas sin embargo iniciaron la jornada con ascensos moderados, que fueron pronto anulados por la presión ejercida sobre el sector bancario. Un sector que había recogido con alzas la elección de Trump y en el que hoy se ha visto una clara toma de beneficios y un nuevo reposicionamiento de activos. En el caso español agravado por los intereses que estos bancos tienen en economías como México o Brasil.
La primera parte de la sesión arrojaba caídas inferiores al medio punto porcentual en las bolsas europeas, con el sector bancario tomando beneficios de las últimas subidas. El sector de utilities algo mejor que en jornadas anteriores.
El reposicionamiento de las carteras sigue condicionando la evolución de las bolsas
La escasez de datos macro dejaba a los inversores sin referencias, por lo que se mantuvieron en un modo de “esperar y ver” hasta la apertura de Wall Street que en esos momentos descontaba ligeras caídas.
Y así fue. Los principales índices de Wall Street abrían con moderados descensos que poco a poco se fueron incrementando hasta situarse en las cercanías del medio punto porcentual.
Las bolsas europeas, más por falta de interés comprador que por presión vendedora, iban perdiendo posiciones hasta cerrar cerca de mínimos intradía.
Para resumir lo que ha sucedido en esta última parte de la semana, tras las elecciones presidenciales en EE.UU., traeremos a estas páginas la reflexión realizada por Nicolás López de Mercados y Gestión de Valores A.V., pues extracta perfectamente el escenario actual. Veamos:
Al contrario de lo que sucedió con el Brexit, la victoria de Trump en las elecciones norteamericanas no ha provocado una fuerte caída a corto plazo, pero parece estar provocando un cambio importante en las expectativas para la economía a medio-largo plazo. Donald Trump es un populista pragmático, un empresario sin ideología definida.
Las propuestas económicas que ha desgranado a lo largo de la campaña tienen tres puntos principales: la defensa de un cierto proteccionismo, en particular frente a China y México; la implementación de un programa de inversión pública en infraestructuras; y un recorte de impuestos, centrado probablemente en el impuesto de sociedades que en EEUU es relativamente alto. Estas medidas mezclan políticas Keynesianas propias de la izquierda con recortes de impuestos más típicos de la derecha. Junto a ellas, la cuestión de la anti-globalización que es común a populismos de izquierda y derecha.
La reacción del mercado parece reforzar el incipiente giro hacia un escenario más inflacionista
La reacción del mercado parece reforzar el incipiente giro hacia un escenario más inflacionista que se detectaba desde el mes de julio. La combinación de unas políticas fiscales muy expansivas con un cierto proteccionismo económico puede efectivamente tener consecuencias inflacionistas, no en el sentido de dar lugar a una gran crisis de inflación, pero sí en provocar un repunte que a su vez implique un escenario de subidas de tipos más intenso de lo que se pensaba.
La respuesta del mercado se ha concretado en un repunte significativo de las rentabilidades a largo plazo y en una intensa rotación desde sectores defensivos sensibles a la rentabilidad de los bonos (utilities, telecom, inmobiliarias …. ) hacia sectores cíclicos sensibles al crecimiento de la economía y que se benefician de una mayor pendiente de la curva de tipos (bancos, industriales, recursos básicos …) Junto a esta tendencia general, también se han producido otros movimientos que tienen que ver con las políticas que se adivinan de Trump, en particular un mal tono en compañías de crecimiento con exposición al comercio mundial (grandes tecnológicas entre ellas), y un buen tono en las farmacéuticas por la previsible derogación del Obamacare. En definitiva, un caos total en el mercado con movimientos opuestos entre unos sectores y otros que reflejan el intento de los inversores por anticipar los cambios estratégicos que se avecinan.
A nivel de índices, sin embargo, los movimientos han sido poco significativos más allá de la elevada volatilidad. En general se han limitado a moverse desde niveles de resistencia a los soportes y viceversa, sin que de momento se hayan roto los rangos habituales en que se mueven en los últimos meses. Las rotaciones deberían ir cesando poco a poco y en algún momento empezar un movimiento homogéneo que permita pensar en una tendencia sostenible a medio plazo. Nos sorprendería que el castigo a los valores defensivos fuese mucho más lejos, pues las rentabilidades por dividendo que ofrecen son muy atractivas incluso contando con un repunte importante de los bonos. Técnicamente, además, han alcanzado niveles de soporte relevantes.
Creemos que en las próximas semanas deberíamos ver una progresiva estabilización, en particular en las rentabilidades de los bonos que es el factor más problemático, para poder finalmente afrontar una fase alcista que seguimos esperando pueda desarrollarse a lo largo de 2017-18.