Las bolsas europeas cierran con alzas cercanas al medio punto porcentual tras las encuestas a pie de urnas
- Históricamente las acciones lo han hecho mejor con un presidente demócrata
- El resultado de las elecciones tendrá un efecto directo sobre muchas compañías españolas
Las bolsas europeas cierran con subidas cercanas al medio punto porcentual, que se han producido en la última media hora de negociación, ante los datos a pie de urna que indican que Hillary Clinton estaría ganando en estados claves como Florida, Ohio o Nevada.
La prudencia ha sido la tónica general de toda la sesión, con movimientos muy planos y bajo volumen de negociación. “Los gestores prefieren no tener otro susto como el del Brexit”, nos comentaba un operador a media mañana.
Los sondeos, los datos a pie de urna, los indicadores predictivos compuestos, todos ellos dan la victoria a Hillary Clinton, pero también la daban a la opción Remain en el pasado referéndum británico. “Es preferible perderse el primer uno o dos por ciento de subida, que sufrir una pérdida de más del 5% si te equivocas”, añadía el mismo operador.
La jornada de hoy tiene poca historia. Los inversores se situaban en “modo espera” tanto en Asia, Europa como en EE.UU. Los datos macro, los poco que ha habido de importancia, han pasado totalmente desapercibidos. Los sondeos reflejaban la tendencia de las encuestas de los últimos días, mejora en las probabilidades de la candidata demócrata, y se atendía más a los analistas políticos que a los financieros.
Dadas las particularidades tan especiales de la jornada de hoy, en este cierre de mercado creemos interesante mostrar las repercusiones que tendría una victoria de Hillary Clinton o de Donald Trump en los mercados. Hemos leído muchas, pero nos quedamos con el resumen que ha hecho acertadamente a nuestro entender Self Bank:
“A pocas horas de conocer el resultado de la elecciones y con unos inversores que cada vez se fían menos de las encuestas tras lo sucedido con el Brexit, cabe hacerse la pregunta de cómo reaccionarán los mercados tras el recuento de votos.
Las bolsas se han comportado mejor con un presidente demócrata.
De primeras, los amantes de la estadística deben saber que históricamente la Bolsa americana se ha comportado mejor con un inquilino demócrata en la Casa Blanca que con uno republicano.
La historia también nos dice que las reacciones del mercado en los días posteriores no son premonitorias de lo que ocurrirá en los años venideros. En las primeras sesiones tras la elección de Obama en 2008 la Bolsa cayó un 5% y tras los comicios de 2012, un 3,6%. Sin embargo, bajo su mandato la Bolsa americana ha registrado una de sus mejores rachas alcistas de todos los tiempos.
Se extenderá un sentimiento generalizado de alivio en caso de que Donald Trump no llegue al poder ya que este controvertido personaje traerá consigo al principal enemigo de los mercados: la incertidumbre.
Hillary Clinton es una candidata con un discurso continuista y sensato, por lo que su elección aportará mayor estabilidad. Esta estabilidad y la mejora de la economía deberían ser argumentos de sobra para que la Reserva Federal retome la subida de los tipos de interés.
Son muchos los sectores concretos que permanecen atentos a los que ocurra. La apuesta de Hillary Clinton por las energías limpias podría perjudicar a las petroleras incluidas las de fracking. Si finalmente se sale con la suya y acaba subiendo el salario mínimo se verían damnificadas las cadenas de comida rápida y distribuidores tipo Wal-Mart, que trabajan con márgenes estrechos.
Por el contrario, la mayoría de empresas de consumo agradecerán la defensa que hace la candidata demócrata de la inmigración, un colectivo del que depende en gran medida el consumo en EE.UU., que representa cerca del 70% del PIB.
El dólar y la deuda pública americana sufrirían en caso de que ganara Trump.
De ganar Donald Trump la Deuda Pública americana será vista con peores ojos de cara a los inversores, ya que podría caer el dólar y pasaría a tener más riesgo debido al previsible incremento del gasto público.
Las manifestaciones de Trump sobre el endurecimiento de los acuerdos comerciales podrían tener implicaciones en el comercio con Latinoamérica y China; de modo que, de forma indirecta, podría impactar en las empresas que tienen intereses comerciales en estos países.
Muchas empresas españolas estarán atentas a lo que ocurra bien porque tengan negocio directamente en EE.UU. o bien por su relación con Latinoamérica, una región llamada a retrasar su recuperación el caso de que Trump salga elegido presidente.
A priori, la elección de Clinton debería favorecer a Gamesa, Grifols o constructoras como Ferrovial y OHL. Por el contrario, Repsol y Técnicas Reunidas podrían salir reforzadas si gana el candidato republicano.
El impacto que pueda tener en las acciones de Santander, BBVA o Mapfre es difícil de analizar. Es cierto que la menor regulación por la que apuesta Trump les beneficiaría, pero también que la subida de tipos de la Fed podría demorarse.
En resumen, más allá de los sondeos, modelos predictivos, encuestas a pie de urna…en unas horas saldremos de dudas sobre quien dirigirá los próximos cuatro años el país más poderoso del mundo. Esto tendrá un efecto en los mercados en el corto plazo. En el medio/largo plazo presentan una dinámica propia que es difícil cambiar por muy extravagante que sea el inquilino de la casa blanca. Solo queda esperar.