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Los economistas de Harvard jamás pensaron que su nuevo estudio los conduciría hasta donde llegaron

El sistema político está obstaculizando el desarrollo económico de Estados Unidos.

Ese fue el hallazgo principal del estudio realizado en la Escuela de Negocios de Harvard sobre la competitividad. Un equipo de profesores, dirigidos por Michael Porter, descubrió que el sistema político es uno de los principales obstáculos para el desarrollo económico de Estados Unidos.
“Soy economista, por lo que jamás pensé que con este proyecto iba a empezar a estudiar detalladamente el sistema político”, le confesó Porter a Yahoo Finance. “Sin embargo, ahora hemos descubierto la principal razón por la cual Estados Unidos se encuentra en esta situación. Tenemos muchas fortalezas, somos un país muy dinámico, contamos con personas excelentes y tenemos una gran cantidad de activos. El problema es que estamos estancados”.
Porter explicó que tiempo atrás muchas naciones envidiaban el sistema político de Estados Unidos, pero en las últimas dos décadas este se ha convertido en una carga cada vez más difícil de soportar.
El sistema político como un obstáculo
“Hoy en día, creemos que nuestro sistema político se ha convertido en el principal obstáculo para el desarrollo de la economía, sobre todo a nivel federal”, indica el informe.
En las últimas décadas el Congreso ha promulgado menos leyes, tocando el mínimo histórico en los Congresos 112º y 113º, en los que apenas se legisló. Además, muchos proyectos de ley pasan simplemente porque reportan algún beneficio político, pero nunca se convierten en leyes.
Fuente: Proyecto de Competitividad de la Escuela de Negocios de Harvard
Disminución de la confianza en los líderes políticos
El informe indica que la confianza en los líderes políticos también ha disminuido significativamente en las administraciones de George W. Bush y Barack Obama. En 1958, tres de cada cuatro estadounidenses confiaban en el gobierno. En la actualidad, menos de uno de cada cinco confía en que sus gobiernos harán lo correcto, señala el informe.
Fuente: Proyecto de Competitividad de la Escuela de Negocios de Harvard
Polarización
La falta de confianza también se puede notar en los ciudadanos. De hecho, las diferencias en términos de ideología política se han acrecentado en los últimos años, según revelaron los resultados de 10 preguntas de la encuesta, en las cuales se evaluaron los valores políticos de los republicanos y los demócratas.
Fuente: Proyecto de Competitividad de la Escuela de Negocios de Harvard
Teniendo en cuenta la creciente insatisfacción con los partidos mayoritarios, la encuesta de Gallup sobre la afiliación a los partidos desveló que el número de estadounidenses que se definen como independientes ha crecido hasta alcanzar el mayor porcentaje de la población, un 42%, en comparación con el 28% de los demócratas y el 28% de los republicanos. Esto refleja una disminución de la confianza en los partidos, apuntó Porter. Los índices de popularidad han disminuido por debajo del 40% en ambos partidos por primera vez desde que Gallup comenzó a recopilar sus datos, en 1992.
La elección presidencial de 2016 también está provocando que cada vez más estadounidenses desarrollen una visión extrema del partido contrario, según indica el informe. En este se apreció que los miembros de los partidos utilizan palabras como “miedo”, “enojado” y “frustrado” para describirse mutuamente.
Construyendo el miedo
En vez de construir puentes y respetar las opiniones de los otros ciudadanos, los candidatos presidenciales a menudo apelan a los peores temores de los estadounidenses, indica el informe.
Michael Porter y su equipo señalan que el comercio es un ejemplo perfecto ya que la retórica divisoria sobre el “mal que representa el comercio” ha confundido a la base de votantes.
Mientras tanto, la retórica política también ha alimentado un resentimiento hacia las empresas, según señala el informe. El 82% de los partidarios de Sanders y el 69% de quienes están a favor de Clinton creen que las corporaciones obtienen demasiadas ganancias. Los republicanos que apoyan a Trump son menos propensos a pensar que las ganancias empresariales son injustas, en comparación con la media republicana.
“Al analizar este tipo de ataques políticos contra las empresas, nos damos cuenta de que la capacidad para llegar a un consenso sobre políticas sensatas que aborden las principales deficiencias económicas de Estados Unidos está mermando”, escribió Porter en el informe.
“Simplemente no nos estamos moviendo”, afirmó Porter. “No es que estemos mal ni que seamos tontos, es que no hay movimiento. Y cuando investigas las causas fundamentales de esa inmovilidad descubres que todo apunta al proceso político. No somos capaces de llegar a un acuerdo para seguir adelante. No logramos comprometernos, y en la economía todas las cosas importantes implican un compromiso. No existe una ideología correcta”.
Como explica el informe, el gobierno de Estados Unidos se ha centrado más en ganar puntos políticos que en adoptar medidas que beneficien al ciudadano medio.
“Aunque los ciudadanos apenas se benefician, los partidos y otros actores involucrados en el sistema político están prosperando en términos de financiación, presencia en los medios de comunicación y atención”, señaló el informe.