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Durante el día lunes, Panamá Papers fue el tópico destacado de conversación en las oficinas de Inversor Global Todos los editores de productos intercambiamos opiniones al respecto. Cada uno tenía su punto de vista, totalmente válido y opinable.
Entre las charlas informales que tuve, una frase de Sebastián Maril, editor de Mercado en 5 Minutos PRO, me sorprendió: “Esto es la punta del iceberg, sólo es una pequeña parte de lo que tienen de información los periodistas; para las próximas semanas las novedades serán muy fuertes”. Sin querer minimizar lo que me dijo, me parecía algo exagerado. Pero después entendí por qué no era así… Sebastián me pasó datos concretos que daban soporte a sus palabras. La información que tienen en sus manos los periodistas es tan grande que equivale a: - 4,8 millones de e-mails - 38 mil libros - 11,5 millones de registros que dan soporte a 40 años de compilación de documentación Además de esto, que es extremadamente grande de por sí, los documentos involucran a 140 líderes políticos a nivel global, entre ellos 12 presidentes actuales. Figuras de peso como Vladimir Putin, Lionel Messi, Mauricio Macri y otras personalidades del mundo están directa o indirectamente involucradas en esto. Desde ya que se trata de una información muy interesante: pero para los periodistas, no para nosotros como inversores… Tenemos que ver las implicancias de esto en el sentido estricto de nuestro rol como inversor. De poco sirve la información si no la utilizamos con este sesgo. Entonces, analicemos un poco más cómo el escándalo de Panamá Papers podría afectar tu portafolio. Los bancos bajo la lupa El contenido periodístico filtrado muestra cómo los principales bancos del mundo han fomentado la creación de estas cuentas offshore en paraísos fiscales. Más de 500 bancos, entre sus casas matrices y filiales, incluidos el HSBC, el UBS o el Societé Generalé, han creado más de 15.000 firmas de estas características para sus clientes a través de Mossack Fonseca, encargado de la creación de este tipo de entidades en Panamá. Sin dudas que esto pone en tela de juicio la actividad de los bancos en su unidad de negocios de private banking, que tantas ganancias brindó a lo largo de los últimos años, sobre todo luego de la crisis terminal de 2008. Aquí no solo está en duda cómo se gestaron esas compañías sino, principalmente, el origen de los fondos que luego se utilizaron para gestionar las mismas y realizar cuantiosas inversiones por las que las entidades bancarias cobraban una gran cantidad de comisiones. Los grandes bancos internacionales están en el ojo de la tormenta en este momento. Se trata de una noticia adicional al difícil contexto que atraviesan las entidades. De allí, es que no sorprende la débil performance que mostraron las acciones bancarias en estos dos días de negociaciones. Lo peor estaría por venir… Como me comentó Sebastián anteayer, lo peor de esta filtración podría estar por venir. Y, si esto ocurre, se tratará de mayores problemas para los bancos. Todo el escándalo podría costarles miles de millones de dólares de ganancias si se comprueba un accionar ilegal. Este panorama puede generar un verdadero temblor sobre el corazón financiero global. Pero no se trata del único problema que los bancos enfrentan actualmente. Las tasas de interés negativas en el mundo están haciendo mella en las hojas de balances de estas firmas. La intermediación financiera ha perdido sentido ya que no es buen negocio para los bancos, al margen de que la falta de confianza del consumidor hace que la demanda esté debilitada. Son tiempos adversos para las compañías bancarias y esto es una señal muy complicada en el corto plazo que pone presión sobre los resultados trimestrales que reportarán en apenas unas semanas. Panamá Papers puede ser el golpe de KO para el sector en lo inmediato. Mi consejo es que se mantenga alejado de los grandes bancos por el momento. Es más, si quiere jugar una ficha de riesgo alto, pero que promete un retorno considerable, el ETF inverso y apalancado del sector financiero, FAZ, puede ser una apuesta atractiva. Diego Martínez Burzaco |