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“TODO INDICA QUE NISMAN ESTABA SOLO CUANDO MURIÓ”

Hace exactamente un año, la pistola Bersa calibre 22 de Diego Lagomarsino mató a Alberto Nisman. Cuatro días antes, el fiscal había denunciado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento en la causa AMIA, la causa que investiga el mayor atentado de la historia argentina. Nisman le pidió prestada un arma a Lagomarsino en la tarde del sábado 17 de enero. Al día siguiente, apareció muerto en el baño de su departamento.
Por primera vez, desde aquel 18 de enero de 2015, Lagomarsino se aleja varios días de Buenos Aires; se refugia en las sierras de Córdoba: “Me escape de la televisión. No quiero ver nada y quiero evitar los móviles en la puerta de mi casa”. Atiende a Diez Sudacas, sin embargo, para contarnos qué cree que le pasó a Nisman, cómo es su relación con la exesposa del fiscal y cómo cambió su vida durante este año.

Después de meses sin mencionarte, el abogado de la querella [la exesposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado] volvió a decir que vos tenías algo que vercon la muerte de Nisman…
¿Que yo tengo que ver con la muerte? Bueno, a ver… Alberto me llama el sábado, me pide un arma, yo se la entrego y después muere con esa arma. Si vamos al absurdo, sí, tengo algo que ver. Si vamos a si yo lo maté, obviamente que no. La querella constantemente cambia las figuritas. Cuando le conviene pone una. Cuando esa figurita no le sirve, pone otra.
¿Por qué pensás que la querella vuelve a cargar contra vos?
Porque no tienen nada. Que en lugar de hablar en los medios, hablen en la causa. Que digan qué elemento les da para decir que yo tuve algo que ver. Creo que Arroyo Salgado no busca la verdad. Tengo que aprender a manejar que es una persona distinta y que se comporta así. Y debería aceptarla. Pero hay cosas que todavía no puedo, que me superan.
¿Alguna vez pensaste en llamar a Arroyo Salgado?
Ella también podría haber levantado el teléfono. Pero levantar el teléfono significa tener coraje. Yo no tuve el coraje para llamarla. Aunque la fiscal me había pedido que no hable con nadie.
¿Pensás que Nisman se suicidó?
(Piensa unos segundos antes de responder) Si voy a la causa, en la que sinceramente no estoy del todo metido, aunque hable muchas veces con los peritos, todo indica que Nisman estaba solo cuando murió. Por las pruebas que hay, ¿no? Ahora, uno empieza a escuchar cosas de afuera y eso se pone en duda. Se pone en duda en la mente, no en lo fáctico. Pero, la verdad, no sé qué puede haber pasado. Y si se suicidó, hay que ver si lo hizo porque quiso o porque lo obligaron.
¿Qué motivo puede haber tenido para suicidarse?
Se escucha de todo. La verdad, no lo sé…
¿Estabas al tanto de la denuncia que iba a presentar contra Cristina Fernández de Kirchner?
Sí, por supuesto. Es más, el miércoles 14 estuve con Alberto y me comentó algo. Incluso estuve en la Fiscalía mientras él recibía a la gente, mostrando la denuncia que había presentado.
¿Sabías que la estaba preparando?
Sí, Alberto me la mostró. De hecho, me dijo: “Con esto me la llevo puesta a Cristina”.
Conocías a Nisman. ¿Pensás que podría haber buscado otra cosa con la denuncia? Exposición mediática, por ejemplo…
Acabás de decir algo que vengo pensando desde hace mucho. ¿Realmente lo conocía a Nisman? Creo que Alberto no se dejaba conocer del todo. De hecho, a mí me engañó cuando me pidió el arma diciendo que era para proteger a las hijas [Lagomarsino asegura que no sabía que en ese momento estaban en Europa]. Sinceramente, no sé si a Alberto yo lo conocía. Conocí una parte, tal vez. La parte que él te mostraba.
¿Te mostró su relación con los servicios de inteligencia?
No. Lo que supe, después, es que él tenía mucha relación con [el espía Jaime] Stiuso y con la SIDE [la secretaría de inteligencia de Argentina]. Lo que creo que es lógico. Siendo una investigación tan importante, internacional, debió tener contacto con los servicios de inteligencia.
No vas a estar en Buenos Aires, pero si te hubieras quedado, ¿habrías ido a la marcha que están organizando para homenajear a Nisman el 18 de enero?
No sabía que había una marcha. Por otro lado, no creo que sea necesario. Es una exposición que no me interesa.
¿Si no fueras tan conocido, irías?
Sí, sin ninguna duda.
¿Por qué?
Hay algo que tengo pendiente, que es ir al cementerio a verlo. Pero creo que va a ser imposible.  Hay otras cosas que me quedaron pendientes, como hablar con Arroyo Salgado. Yo no tengo ningún problema en hablar con ella. Con un escribano [notario] de por medio, para que después no diga que dije una cosa que no dije. A mí me encantaría hablar con Arroyo Salgado, me encantaría.
¿Cómo te trataba Nisman?
Alberto me trataba igual, tal vez mejor, que al resto. No era un tipo malo por tener malos modales. Era un tipo brillante, súper inteligente.
 ¿Malos modales?
A lo mejor le dabas una respuesta que no era la que él quería y te trataba mal. Hasta me insultó, más de una vez. Y más de una vez le frené el carro diciéndole: “Pará un poco”. Después me pedía disculpas. Pero yo veía cómo trataba a los custodios, cómo trataba a la secretaria, cómo trataba a todo el mundo por teléfono. Hasta cómo se trataba con su exmujer. Lamentablemente, presencié peleas entre ellos. Estaba en su casa y las escuchaba. Pero insisto, las discusiones o las formas de tratar a la gente no hacen que el tipo sea malo o sea bueno. Alberto era muy exigente. Cuando no estabas a su nivel en algún punto, se enojaba. Necesitaba laburar [trabajar] con gente que esté todo el día enchufado, como él.
 La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner te mencionó en una cadena nacional, dijo que tenías una “relación íntima” con Nisman, en alusión a una relación homosexual.
Creo que Cristina se equivocó. Mis hijos son chicos y hay muchas cosas que no entienden, pero las hijas de Alberto son más grandes. Me dolió más por Iara [la hija mayor del fiscal] que por mí. Que te digan que tu viejo era gay…
  Te afectó a nivel personal que te apunte la máxima autoridad del país…
¿Sabés lo que me afectó? Que digan que era un asesino. Básicamente dijeron eso, y Arroyo Salgado dice eso. Bueno, ahora no tanto. Ahora dice que tengo algo que ver. Cambia las cosas todo el tiempo. Al principio, en enero de 2015, no me conocía, y ahora dice que era una persona de máxima confianza de la familia.
La forma en que cubrieron los medios el tema también fue cambiando…
No te lo tomes a mal, pero el periodismo tiene que vender y cuanto más macabro, más vende. Pero me duele que una persona que debería tener una posición distinta, como juez, salga a decir las barbaridades que dice, sin ningún sustento. Me refiero a Arroyo Salgado.
¿Tuviste que convencer a alguien de que eras inocente?
Tuve que convencer a mi abogado: Rusconi no es un boludo, es el mejor abogado que tiene el país. Él hizo dos cosas muy bien conmigo. Primero, me interrogó hasta el hartazgo y me creyó. Y después dejó que las cosas fluyeran. Los peritos en ningún momento se reunieron con él. Es muy estricto en el tema de no condicionarlos. Él sabía que era verdad todo lo que yo decía, pero lo terminó de confirmar. A mis amigos no los tuve que convencer, lo único que me dicen es: “Sos un boludo, ¿cómo le vas a haber prestado el arma?”.
¿En quién te apoyaste para salir adelante?
Voy a intentar no quebrarme… (Respira varias veces). Tuve un amigo de mucho tiempo que desapareció cuando se enteró del tema. Se fue de la vida y punto. También hubo gente que no me conocía del todo, pero llegó a quererme y a apoyarme de una forma que decís: “Loco, evidentemente tan mal no hago las cosas”. Mis amigos me salvaron la vida. De verdad te lo digo. Tuve que empezar terapia. A veces esto te genera desconexión con tu vida. Te vas de lo que sos…
 ¿Pensaste en suicidarte?
Lo pensé en su momento. Es muy difícil superar ciertos ataques. Si Arroyo Salgado no hubiera parado de pegarme, a lo mejor me liquidaba. Es muy difícil soportar todo eso. Dijeron que era puto, que le llevaba falopa [droga], que era ñoqui [que cobraba un sueldo del Estado sin trabajar]. Terminaron diciendo que yo no era un buen profesional, que la computadora era un colador…
¿Cómo afectó todo esto a tu familia?
Mis hijos son chicos, tienen 8 y 5 años, y están más aislados. Un amigo de mi hijo me dijo hoy: “Che, Diego, que bueno que sos famoso”. No sé si ellos llegan a captar tanto. El otro día mi hijita me dijo: “Papá, mirá, te siguen tus amigos”, porque piensa que los custodios son mis amigos. Entonces empezamos a hablar, porque nunca lo habíamos hecho. Y le pregunte: “¿Qué te parece que hacen mis amigos?”. Me respondió: “Son los que te cuidan de que no te maten”. Evidentemente, algo entienden. Es muy loco que una nena de 5 años te diga eso.
¿Tus hijos te preguntaron algo sobre el caso alguna vez?
En febrero del año pasado, pleno quilombo, mi hijo me preguntó algunas cosas. Mi cara era más conocida que los [caramelos] Sugus. Entonces hablé con él. Le pedí que me preguntara todo y le di una explicación de lo que pasó. Para un chico de ocho años, ¿no? Ahí me miró y me dijo: “Papá, a mí no me tenés que explicar nada”.
Se emociona al hablar de sus hijos. Hace una pausa y sigue…
Si Alberto no me hubiese nombrado a sus hijas, yo no le habría dado el arma. Esa es una de las cosas que a mí me molestan. Lo que no entiende Sandra Arroyo Salgado es que cuando Alberto me pidió eso y yo acepté fue para cuidar a sus dos hijas. ¡Que lo entienda de una vez! Y si no me cree, que no me crea. Me importa un bledo. Pero la realidad es esa. Yo sé la verdad, ¡yo sé la verdad! La verdad fue que Alberto me pidió el arma… Bueno, lo repetí veinte mil veces. Y se pudo comprobar gran parte. Ahora, ¿qué pasó después de las ocho y media, cuando me fui?  No tengo ni idea. Pero yo sé que no soy parte de la SIDE ni nada de eso…
Se exalta mientras responde.
Perdón, me calenté. A ver, no es que me caliento; me pone mal haber aceptado algo que me salió tan para el orto [tan mal]. Ése es el problema.
 ¿Pudiste normalizar tu ritmo de vida?
Estoy empezando a salir, a exponerme un poco, ir a comer… Tengo que bancarme [soportar] que me miren,  que me saquen fotos. Algunos me vienen a saludar, me dan apoyo. Es raro, googleás mi nombre y aparece miles de veces. Eso no es normal para un tipo como yo.
 ¿Cómo esperás que siga la causa?
Nosotros, todo el equipo de la defensa, estamos comprometidos con la verdad.  La verdad es la que va a demostrar que yo no tengo nada que ver. Ojalá todos estuviéramos comprometidos con la verdad. La querella, seguro que no lo está. Que demuestren lo que dicen en los medios. Y, sino, le pido encarecidamente a Arroyo Salgado que cuando se demuestre que yo no tuve nada que ver, salga a los medios con el mismo énfasis a pedirle disculpas a mis hijos por las cosas que dijeron de su padre.

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