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LOS PALOS EN LA RUEDA: ¿CUÁLES SON LOS PROCEDIMIENTOS PARA REMOVER A LOS FUNCIONARIOS K QUE SE NIEGAN A RENUNCIAR?

Mauricio Macri ya expresó su preocupación por la intención de algunos funcionarios kirchneristas de continuar ocupando puestos clave. ¿Qué puede hacer para lograrlo?
El caso más renombrado, durante las últimas semanas, fue el de Alejandro Vanoli al frente de Banco Central. Desde Cambiemos esperan que ese puesto quede en manos del economista Federico Sturzenegger, sin embargo, el actual titular de la entidad manifestó que planea terminar su mandato en 2019.
De acuerdo a la Carta Orgánica de la entidad financiera, Vanoli solo puede ser removido por el jefe de Estado si le imputa “mala conducta o incumplimiento de los deberes de funcionario público” o algún “incumplimiento” de las disposiciones contenidas en el marco de la normativa.
Otro causal de remoción puede ser alguna “inhabilidad” prevista en la norma, como puede ser violar el principio de “tener probada idoneidad en materia monetaria, bancaria, o legal vinculada al área financiera y gozar de reconocida solvencia moral”.
De esta forma, el próximo ejecutivo podría utilizar la falta de “independencia” de Vanoli, por integrar el partido opositor, para reclamar la remoción. Sin embargo, el procedimiento terminaría en el Congreso de la Nación.
Otro puesto importante es el de la actual procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. En este caso, su mandato debería durar hasta cumplir los 75 años, tal como es el caso de los jueces. Este sería uno de los puestos más difíciles de liberar ya que se trata de un cargo vitalicio. Según el artículo 76 de la ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal, Carbó sólo puede ser removida por los causales y el procedimiento establecido en los artículos 53 y 59 de la Constitución Nacional. Esto implica impulsar un juicio político.
La Constitución Nacional también establece que corresponde al Senado evaluar la sustitución de un Procurador y para poder proceder deberá contar con una mayoría de dos tercios.
Por su parte, el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella, tiene mandato en la hasta 2017. Este puesto fue destinado por Cambiemos al radical Oscar Aguad, quien ya manifestó que va a tratar de hablar con la actual autoridad de la AFSCA para “convencerlo de que tiene que dar un paso al costado”.
La permanencia en el cargo de la autoridad de esta área está contenida en la Ley de Medio. Según su artículo 14° “el presidente y los directores sólo podrán ser removidos de sus cargos por incumplimiento o mal desempeño de sus funciones o por estar incurso en las incompatibilidades previstas por la Ley 25.188”.
Además, “la remoción deberá ser aprobada por los dos tercios del total de los integrantes del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual (39 miembros), mediante un procedimiento en el que se haya garantizado en forma amplia el derecho de defensa, debiendo la resolución que se adopta al respecto estar debidamente fundada”.
En el caso de Radio y Televisión Argentina el actual titular, Tristán Bauer, afirmó: “Mi mandato es hasta diciembre de 2017 y pienso cumplirlo”. Para esta cartera Macri eligió al ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.
Si el funcionario de medio públicos no da un paso al costado por voluntad propia, el Gobierno puede dar pie al proceso de remoción. Este proceso está incluido en el artículo 9° del decreto que establece la reglamentación del funcionamiento de RTA.
Entonces, de acuerdo a la normativa vigente “serán causales de remoción, previa sustanciación que garantice el derecho de defensa del acusado, las siguientes: procesamiento firme por delitos dolosos, mal desempeño, negligencia grave, morosidad en el ejercicio de sus funciones, desconocimiento inexcusable del derecho e inhabilidad física o psíquica”.
En conclusión, los procedimientos para desplazar a los funcionarios que no renuncien por voluntad propia tienen como última instancia su discusión en el Congreso. Aquí el escenario se complica aún más ya que Cambiemos no cuenta con mayoría propia, por lo tanto, la mejor opción de Macri es negociar una renuncia voluntaria.

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