Nos encontramos a pocos días de las elecciones presidenciales, es
sorprendente y preocupante la forma en que los candidatos a la
presidencia eluden dar presiciones de sus programas de gobierno.
Buscan los votos a través de denuncias de corrupción de sus
competidores, de mostrar y exhibir a sus esposas como versadas y
hábiles asesoras en todas las áreas de gobierno,
tratan de ignorar o minimizar los ciertos y conocidos actos de
corrupción e incapacidad en su gestión de gobierno, de simplificar
la gravedad de los problemas que tenemos que enfrentar, de mostrar un
algarabía en cada una de sus presentaciones que solo reflejan una
carencia de seriedad y profesionalismo para abordar y asumir el
mando de la nave al garete que es hoy la republica.
No hay sector de la economía que no transite por serios problemas,
que en muchos casos están ante el peligro de una cierta e
ineludible quiebra, en esta última situación se encuentran las
economías regionales, el daño inferido para algunos sectores es
irreparable, otros extenuados sobreviven.
Quien o quienes tengan la responsabilidad de gobernarnos en los
próximos cuatro años deberán encarar un programa global de ayuda,
recomposición y promoción de las devastadas economías regionales.
Mucho se habla de cómo encarar el problema pero siempre son
generalidades. Hay un aspecto absolutamente ignorado que es el acceso
a los mercados de capitales que deberá encararse para el
financiamiento y búsqueda de socios a riesgo que indubitablemente
será el comienzo de su recuperación.
Hoy nuestro mercado de capitales esta destruido solo acceden a el
algunas mega empresas dentro de un contexto de absoluto control,
dominio y manejo del mismo por ellas ejercido. Debemos romper una
estructura nefasta que se instrumento desde el gobierno con la
complicidad y/o indiferencia y silencio de las instituciones que
conforman nuestro mercado.
Nos encontramos ante un escenario muy particular, diríamos sin
riesgo a equivocarnos que es excepcional, las ventajas y condiciones
que ofrecen nuestras economías regionales para los excedentes de
capitales ociosos que hoy en el mundo buscan donde invertir es única,
Como encarar esta crisis para que se convierta en oportunidad,
concretar y materializar nuestras necesidades de financiamiento y
búsqueda de socios a riesgo, solo actuando con coherencia y sensatez
en instrumentar y materializar nuestros propósitos y objetivos, en
volver a una premisa que es la regla de oro que rige a todos los
mercados y sociedades organizadas: SEGURIDAD JURIDICA.
Los desaciertos en que incurrió la Comisión Nacional de Valores son
colosales, el daño inferido al mercado abrumador, quienes
directamente y/o indirectamente conformamos el mercado bursátil
tenemos y debemos reparar el daño provocado, debemos poner de pie a
nuestro mercado bursátil que supo ser en otras épocas ejemplo de
oportunidad de negocios y deberá volver a ser la forma más
acertada, dinámica, segura y eficiente de lograr y desarrollar todo
nuestro adormecido potencial económico ayudando a conformar una
sociedad mas equitativa y rica.
Diego Lo Tártaro Presidente de IADER