La agencia Moody's advirtió hoy que "una desaceleración en el crecimiento del crédito en los bancos, debido a un estancamiento económico, hará que las entidades financieras sean aún más vulnerables frente a la alta inflación".
En un documento, Moody's señaló que espera "una contracción del uno por ciento del PBI real para Argentina en 2015 y una tasa de inflación consistentemente por encima del 30 por ciento, lo que perjudicará el desempeño de los bancos, aumentará el riesgo de la calidad de los activos, y el resultado financiero en un entorno de financiación más difícil", agregando: aunque los bancos han estado reportando muy fuerte rentabilidad, después de ajustar por la inflación, las ganancias reales han sido mucho más bajas, y en muchos casos incluso han sido negativas".
Para la consultora "La economía de Argentina continúa debilitándose debido no sólo a la persistencia de una elevada inflación, sino también a la constante depreciación de los dos tipos de cambio, oficial y no oficial, como también a las políticas ortodoxas del gobierno", temas que "han llevado a la disminución de la inversión privada y sólo empeorará este año".
Además, prevé, "debido a la debilidad de la economía, la demanda de préstamos, en particular de los consumidores, se reducirá" y simultáneamente "los bancos argentinos también están tratando de frenar el crecimiento del crédito, reduciendo al mínimo su exposición al riesgo".
Otro punto es el factor salarial sobre los costos de los bancos, explicando que "los gastos operativos crecen y saltan lejos en los márgenes de los bancos", debido a que "para compensar la inflación, las entidades se han visto obligadas a aumentar regularmente los salarios de los empleados, que constituyen al menos el 65 por ciento de los costos de operación, pero les resultará cada vez más difícil trasladar el costo de nuevas subas salariales a los clientes".
En otro orden, según Moody's, "los límites a las tasas de interés del Gobierno y los límites a elevar las tasas bancarias también causarán daños marginales, dado que los bancos se han visto obligados a ofrecer crédito a tasas por debajo del mercado, lo que limita aún más la rentabilidad", señalando que "aunque la inflación bajará la carga de la deuda, el aumento del desempleo y la disminución de los salarios del hogar harán daño en la capacidad de pago de los deudores. Si el ingreso disponible real se contrae más, la carga de la deuda real hará que la calidad de los activos se deteriore".
La agencia alertó que "la inflación también seguirá elevando los costos en el sector industrial, lo que limitará el crecimiento del empleo y la actividad económica, lo que a su vez conducirá a recortes en los planes de inversión a largo plazo, alimentando un aumento en la morosidad de los préstamos".
Para la consultora "La economía de Argentina continúa debilitándose debido no sólo a la persistencia de una elevada inflación, sino también a la constante depreciación de los dos tipos de cambio, oficial y no oficial, como también a las políticas ortodoxas del gobierno", temas que "han llevado a la disminución de la inversión privada y sólo empeorará este año".
Además, prevé, "debido a la debilidad de la economía, la demanda de préstamos, en particular de los consumidores, se reducirá" y simultáneamente "los bancos argentinos también están tratando de frenar el crecimiento del crédito, reduciendo al mínimo su exposición al riesgo".
Otro punto es el factor salarial sobre los costos de los bancos, explicando que "los gastos operativos crecen y saltan lejos en los márgenes de los bancos", debido a que "para compensar la inflación, las entidades se han visto obligadas a aumentar regularmente los salarios de los empleados, que constituyen al menos el 65 por ciento de los costos de operación, pero les resultará cada vez más difícil trasladar el costo de nuevas subas salariales a los clientes".
En otro orden, según Moody's, "los límites a las tasas de interés del Gobierno y los límites a elevar las tasas bancarias también causarán daños marginales, dado que los bancos se han visto obligados a ofrecer crédito a tasas por debajo del mercado, lo que limita aún más la rentabilidad", señalando que "aunque la inflación bajará la carga de la deuda, el aumento del desempleo y la disminución de los salarios del hogar harán daño en la capacidad de pago de los deudores. Si el ingreso disponible real se contrae más, la carga de la deuda real hará que la calidad de los activos se deteriore".
La agencia alertó que "la inflación también seguirá elevando los costos en el sector industrial, lo que limitará el crecimiento del empleo y la actividad económica, lo que a su vez conducirá a recortes en los planes de inversión a largo plazo, alimentando un aumento en la morosidad de los préstamos".