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El adelantamiento de las PASO en la Ciudad para el 26 de abril y de la primera vuelta para el 5 de julio del 2015, decidido por Mauricio Macri, no sólo disparó la crisis interna del PRO. La negativa de Gabriela Michetti de bajar su candidatura y obedecer la orden de su jefe de dejarle el camino libre a la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta ocupa el centro de la atención pública. Pero en UNEN también pasan cosas, en medio de un clima nacional donde la coalición se va destiñendo y la UCR actúa cada vez con mayor independencia de sus socios. El caso es que Martín Lousteau, hoy por hoy en las encuestas el único candidato que podría llegar a vencer al PRO o, por lo menos, obligarlo a una desgastante segunda vuelta, también se encontraría sumamente incómodo. El joven ex ministro de economía de CFK estaría intentando poner cierta distancia con Elisa Carrió, que está decidida a manejar los hilos de la elección porteña a través de su amistad con Michetti por un lado y de Lousteau por el otro. Así es que este inició en las últimas semanas una mayor aproximación al aparato de la UCR porteña vía Enrique “Coti” Nosiglia y Jesús Rodríguez, con la idea de armar su futura campaña a partir de la estructura radical. Estos gestos ya habrían provocado las reacciones de disgusto de Carrió, que trata de mantener a raya a los radicales, aunque ella carece de armado territorial propio, no sólo en Capital sino en el resto del país. Tampoco estarían funcionando bien las relaciones de Lousteau con Pino Solanas y su equipo, que tienen aspiraciones de entornarlo y colocar los candidatos en los primeros lugares de las listas para diputados y comuneros.
De acuerdo a fuentes de UNEN, Lousteau se sentiría cada vez más incómodo y hasta habría tenido alguna charla con Sergio Massa, del cual fue compañero en el gabinete de ministros de Cristina.
¿Hasta dónde llegará Michetti?
Este panorama cargado de incertidumbre se vincula a lo que ocurrirá con Michetti. Si ella desafía a Macri y anuncia que se presentará contra Rodríguez Larreta en la primaria del PRO, estaría redoblando peligrosamente la apuesta. Si la senadora venciera en esa elección al precandidato elegido por Macri, estaría dándole un golpe muy fuerte a la candidatura presidencial de éste. De hecho, el principal derrotado en la primaria sería el propio Jefe de Gobierno. Nadie parece saber si Michetti está tensando la cuerda para ceder a último momento y aceptar la candidatura a vicepresidente que supuestamente le ofrecen o puede desencadenarse en cambio una escalada.
Por lo pronto, ya sólo con lo ocurrido hay que tomar en consideración algunas probables consecuencias futuras. Si Rodríguez Larreta fuera el candidato y los números no le dieran para evitar el ballotage, debiendo ir a una desgastante polarización con Lousteau, Michetti ya cosecharía un triunfo personal sólo con recordar “yo se los dije”. A Macri, tal como están dadas las cosas, sólo le queda una alternativa para no sufrir un serio deterioro: que su jefe de gabinete sea el candidato y que gane sin segunda vuelta. Cualquier otra variante tendría costos que pueden llegar a ser bastante altos.
