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La verdad desnuda
El fallo de la Corte Suprema de los EEUU informada el día de hoy, significa el rotundo fracaso de la política económica argentina de los últimos once años. Esa verdad que en el orden interno se disimula mediante alterar las estadísticas, influir en la justicia, ocultar toda la información que pueda perjudicar o reescribir la historia.
El fallo lo que dice es que se deben pagar las deudas contraídas, porque en el orden internacional no hay una ley que legisle sobre el concurso de los países en quiebra, como existe en el orden interno de casi todas las naciones, que permite a los deudores fallidos llegar a acuerdos de pago con la mayoría de los acreedores, que las minorías deben respetar.
Pero no se trata de una falla del sistema jurídico internacional que en definitiva rige para todos los países, sino de la política económica que ha llevado a la quiebra a la Argentina. Una quiebra que no es responsabilidad exclusiva de este gobierno, pero que él la ha agravado, porque hoy la deuda argentina publica y privada, interna y externa, es mucho mayor que la heredada en el 2002.
Qué hará CFK
Tiene dos caminos:
a) Aceptar el fallo y renegociar con todos los acreedores, ante el Juez Griesa, disponiéndose a pagar y asumiendo una actitud seria sin descalificaciones para nadie.
b) No aceptar el fallo, inventando cada día cómo sortear todos los inconvenientes propios de un deudor insolvente y rebelde.
El primer camino será costoso, pero siempre menos que el segundo, y obligará a mantener un tipo de cambio muy realista, para que la economía externa no se vuelva insostenible.
Hay una tercera alternativa que es renunciar al mandato, ya que con la actual composición de las dos cámaras en el Congreso está segura que el resto de la gestión recaerá en manos amigas. Y más allá del mandato –diciembre del 2015– ya esta segura que la Argentina tendrá un gobierno de otro signo político.
Después de hoy han caído los pronósticos tranquilizadores
La insolvencia externa será la nota principal de la economía argentina, contra los anestesistas que querían adormilar a la opinión publica. La tendencia a la dolarización se acentuará, se multiplicarán las fuerzas desequilibrantes de la balanza de pagos, se elevará el costo del crédito externo, y la presión sobre la devaluación del peso cobrará mayor fuerza.
También quedará en evidencia el sofisma de los que predicaban un shock de confianza por el simple cambio de hombres. La economía tiene leyes y no nombre ni apellidos personales, muchos menos de los que frecuentamos todos los días.
Si bien las reservas actuales no alcanzan a cubrir las deudas con los bonistas impagos, ni tampoco con los acreedores ante el CIADI, la Argentina puede obtener pagos diferidos que le permitirían llegar a fines del 2015, pero nunca será con un manejo arbitrario de los factores económicos. El tipo de cambio deberá ser en adelante fuertemente competitivo, y los subsidios internos no podrán mantenerse.
Esto tendrá consecuencias sociales y políticas de alto costo para el oficialismo y forzará a la oposición a asumir posiciones más radicales sobre los problemas fundamentales.
