La conjunción de menor demanda interna y caída de exportaciones a Brasil llevó a la automotriz Peugeot-Citroën (PSA) a replantear su ritmo de producción, que desde la semana próxima perdería un turno y pondría en riesgo la estabilidad laboral de unos 850 operarios.
Raúl Torres, referente de la cúpula nacional de la UOM y titular de la delegación metalúrgica de Tres de Febrero, dijo al diario El Cronista que desde ayer y hasta el miércoles estará suspendida la producción de la terminal francesa para "adaptar las tareas al nuevo régimen de turno", ya que la empresa prevé eliminar desde la semana venidera el turno de producción de 15 a 24 horas.
Según Torres, esa decisión complicaría la estabilidad de unos 850 trabajadores que se desempeñan en ese turno, por lo cual, explicó, el gremio inició negociaciones con la empresa para evitar que la situación lleve al despido de esos operarios.
"Estamos conversando alternativas para que se garanticen esos puestos de trabajo, puede ser la producción de un nuevo modelo", señaló el gremialista.
Voceros del sector automotriz confirmaron la información, anticipando que la próxima semana la dirección local de PSA "tomará decisiones" sobre la situación.
Este caso se suma a las complicaciones que atraviesa la producción de otras terminales, como la alemana Volkswagen, que negocia con el gremio de Smata un entendimiento que evite el despido de otros 700 mecánicos.
En este caso, las partes consensuaron un esquema de cuatro días de suspensión de producción durante mayo, a cambio del compromiso de que no se produzcan cesantías de personal.
Además, hasta mañana miércoles seguirá paralizada la producción de la planta de Iveco en Córdoba, mientras los trabajadores de Renault retomaron sus actividades después de las suspensiones de la semana pasada por sobrestock de unidades.
Desde el Gobierno, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, atribuyó ayer el complejo escenario que enfrenta la industria automotriz y sus efectos en el empleo del sector a "la reducción abrupta de la demanda" brasileña, pero aseguró que se realiza un "monitoreo constante" de la situación.
En ese marco, los ministros Débora Giorgi, de Industria y Axel Kicillof, de Economía, se reunirán hoy en Brasilia con funcionarios y empresarios del sector automotriz brasileño para continuar con las negociaciones para equilibrar el comercio bilateral.
Kicillof y Giorgi buscarán prorrogar el Pacto Automotor Común (PAC) hasta mediados de 2015, pero además con un "flex" de 1,25 dólar de importación por cada dólar exportado, apuesta de máxima que las automotrices brasileñas ya rechazaron.
Las negociaciones se producen en medio de una caída en la producción automotriz de ambos países: en Brasil se redujo 8,4 por ciento en el primer trimestre y en Argentina 14,5 por ciento, según datos de las cámaras empresarias.
Según Torres, esa decisión complicaría la estabilidad de unos 850 trabajadores que se desempeñan en ese turno, por lo cual, explicó, el gremio inició negociaciones con la empresa para evitar que la situación lleve al despido de esos operarios.
"Estamos conversando alternativas para que se garanticen esos puestos de trabajo, puede ser la producción de un nuevo modelo", señaló el gremialista.
Voceros del sector automotriz confirmaron la información, anticipando que la próxima semana la dirección local de PSA "tomará decisiones" sobre la situación.
Este caso se suma a las complicaciones que atraviesa la producción de otras terminales, como la alemana Volkswagen, que negocia con el gremio de Smata un entendimiento que evite el despido de otros 700 mecánicos.
En este caso, las partes consensuaron un esquema de cuatro días de suspensión de producción durante mayo, a cambio del compromiso de que no se produzcan cesantías de personal.
Además, hasta mañana miércoles seguirá paralizada la producción de la planta de Iveco en Córdoba, mientras los trabajadores de Renault retomaron sus actividades después de las suspensiones de la semana pasada por sobrestock de unidades.
Desde el Gobierno, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, atribuyó ayer el complejo escenario que enfrenta la industria automotriz y sus efectos en el empleo del sector a "la reducción abrupta de la demanda" brasileña, pero aseguró que se realiza un "monitoreo constante" de la situación.
En ese marco, los ministros Débora Giorgi, de Industria y Axel Kicillof, de Economía, se reunirán hoy en Brasilia con funcionarios y empresarios del sector automotriz brasileño para continuar con las negociaciones para equilibrar el comercio bilateral.
Kicillof y Giorgi buscarán prorrogar el Pacto Automotor Común (PAC) hasta mediados de 2015, pero además con un "flex" de 1,25 dólar de importación por cada dólar exportado, apuesta de máxima que las automotrices brasileñas ya rechazaron.
Las negociaciones se producen en medio de una caída en la producción automotriz de ambos países: en Brasil se redujo 8,4 por ciento en el primer trimestre y en Argentina 14,5 por ciento, según datos de las cámaras empresarias.