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Radiografía del desendeudamiento. Impacto en el mercado cambiario.

Muchos de los actuales problemas tienen que ver con el programa de desendeudamiento que viene llevando a cabo el Gobierno Nacional. Sin embargo poco se habla de ello o aún peor,  cuando se habla se niega que exista tal desendeudamiento.


Comencemos por tomar nota de la historia reciente en torno a la evolución de la deuda pública.  Podemos señalar que  existen 3 etapas claras:


1.       Período 1976 a 1989 en el que se da inicio al endeudamiento externo, especialmente por parte del Gobierno militar.
2.       Período 1990 a 2002 en el que se acude al endeudamiento como elemento primordial para el crecimiento económico. Este procedimiento hace tope en el año 2002 cuando el país declara el default.
3.       Periodo 2003 a la fecha.  Particularmente en los años  2005 y 2010 se reestructuró la deuda.


En los dos primeros periodos el endeudamiento fue creciente. Todo vencimiento en general era refinanciado en tanto que  todo déficit externo era cubierto con préstamos externos.  El nivel de endeudamiento que mide la deuda como proporción del PBI alcanzó un 150% en el año 2002. Debemos tener presente que este porcentaje es el mas alto de la historia económica de nuestro país. El mismo es comparable con el que hoy exhiben países con enormes problemas (Ej.: Grecia).


En el último período se inició una reversión de los procesos aplicados anteriormente. Las características de dicha reversión son las siguientes: 

1.       Se discontinuaron las refinanciaciones de préstamos
2.       Se decidió reestructurar la deuda mediante quitas, ampliación de plazos y reducción de las tasas de interés. También buena parte de la deuda antes en moneda extranjera fue cambiada por deuda en pesos.
3.       Se decidió pagar los servicios de amortización con recursos propios (Reservas del BCRA)
4.       La deuda aún no reestructurada se negocia manteniendo los parámetros antes señalados.
5.       Se intenta evitar el tomar nuevos préstamos del exterior.


El camino señalado en el punto 3 determina que el BCRA compra divisas con expansión monetaria. Con ello constituye Reservas. Luego el Estado decide tomar parte de esas Reservas otorgando un pagaré al BCRA. Con las Reservas obtenidas procede a pagar los vencimientos que se producen de la deuda.

¿Qué efectos  produce esta política?

Que el valor parámetro del tipo de cambio entendido como un cociente entre la base monetaria y el valor de las reservas, este último tomando su valor en dólares, aumenta permanentemente.  Al mismo tiempo impulsado parcialmente por la expansión monetaria los precios y los salarios se deslizan.

¿Este procedimiento se mantiene inalterable con el paso del tiempo?

No. El cronograma de pagos de la deuda varía año a año. Por ejemplo en el año 2013 tuvimos menores desembolsos. Esto produjo que la expansión monetaria sea proporcionalmente menor (22 % de incremento). Sin embargo observamos que  la aceleración de precios se mantuvo. Ello, más allá de la presunción del manejo malintencionado de los grupos de poder, tuvo que ver con la movilidad del tipo de cambio oficial (este varió un 33% a lo largo del año pasado).

El proceso de modificación diaria de la paridad cambiaria llevó adicionalmente a que los exportadores retrasen el ingreso de divisas al tiempo que los importadores aceleraban los pagos.  Esta situación se interrumpió con el aumento del tipo de cambio que llevó su valor a $ 8 en enero. A partir de esto el tipo de cambio oficial se mantiene, incluso ha bajado a una paridad cercana a los 7,70 $.  Desde luego el riesgo central reside en que la mejora de competitividad se licue con incrementos desmesurados de precios y salarios.  Para evitar esto la apuesta del Banco  Central es la reducción del volumen de moneda.

Indudablemente esa estrategia puede afectar la marcha de la economía. Sin embargo de mantenerse la competitividad que deviene de un mejor tipo de cambio la economía iniciaría un sendero de crecimiento motorizado por el comercio exterior.

Desde luego el éxito o fracaso de lo señalado tiene que ver con el modo que los actores principales (Gobierno, empresarios y trabajadores) se encuadren en esta nueva situación.

En tanto cabe formularse una última pregunta


¿El desendeudamiento es genuino?

Si. Aunque se lo quiera negar no podemos dejar de señalar que la tasa de endeudamiento que tocó el 150 % en 2002 hoy se ubica en torno al 45%. Además la mitad de la deuda el Estado la contrajo con el BCRA, el ANSES y el Banco Nación.  Si bien corresponde su pago no es menos cierto que la presión que ejercen esos organismos es sensiblemente inferior a la que hacen los acreedores externos.




Juan Latrichano
Analista económico de la CGE