Desde el anuncio de la Fed de mantener de momento el programa de compra de bonos las rentabilidades de los bonos norteamericanos se han relajado significativamente cayendo desde niveles cercanos al 3% hasta el 2,65% en que cerró ayer el 10 años.
La Bolsa sin embargo no ha podido mantener las ganancias del día del anuncio y el Dow ha cedido cerca de un 2% en las 4 últimas sesiones. Visto con un poco más de perspectiva, los índices norteamericanos se mantienen todavía dentro de una fase más o menos lateral desde el mes de mayo. Las expectativas ahora son que la Fed esperará hasta diciembre al menos para empezar la retirada de los estímulos pero no son pocos los analistas que ven en este paso atrás de la Fed un compás de espera más prolongado a la vista de que el crecimiento de la economía se mantiene por debajo del potencial a largo plazo y no muestra síntomas de aceleración.
Por el lado de los beneficios los 4 últimos trimestres se ha producido una notable desacleración del crecimiento aunque los analistas poryectan crecimientos del 10% anual en los siguientes trimestres. Esta previsión de crecimiento, junto a unas valoraciones en línea con la media histórica (PER 12 meses forward de 14,5x) y unas rentabilidades de los bonos bajas, permiten seguir esperando una evolución positiva de la Bolsa norteamericana en los próximos años. Los factores de riesago serían un repunte drástico de la rentabilidad de los bonos, algo que ahora parece improbable, o bien una decepción por el lado de los beneficios que no es descartable.
El fuerte tirón del Ibex en las últimas semanas no ha venido acompañado de una mejora en las previsiones de los beneficios por parte de los analistas, lo que ha elevado el PER del Ibex a 13,5x. A diferencia del S&P 500, cuyos beneficios se encuentran en máximos históricos, los beneficios de las empresas españolas son un 50% de los máximos que llegaron a alcanzar antes de la crisis. Aunque es difícil que recuperen ese nivel en algunos años, es evidente que el potencial de recuperación de los beneficios desde estos niveles es importante lo que podría justificar valoraciones en la Bolsa española bastante más elevadas que las actuales en el momento en que se confíe que hemos entrado en un nuevo ciclo de crecimiento sostenido.
Por el lado de los beneficios los 4 últimos trimestres se ha producido una notable desacleración del crecimiento aunque los analistas poryectan crecimientos del 10% anual en los siguientes trimestres. Esta previsión de crecimiento, junto a unas valoraciones en línea con la media histórica (PER 12 meses forward de 14,5x) y unas rentabilidades de los bonos bajas, permiten seguir esperando una evolución positiva de la Bolsa norteamericana en los próximos años. Los factores de riesago serían un repunte drástico de la rentabilidad de los bonos, algo que ahora parece improbable, o bien una decepción por el lado de los beneficios que no es descartable.
El fuerte tirón del Ibex en las últimas semanas no ha venido acompañado de una mejora en las previsiones de los beneficios por parte de los analistas, lo que ha elevado el PER del Ibex a 13,5x. A diferencia del S&P 500, cuyos beneficios se encuentran en máximos históricos, los beneficios de las empresas españolas son un 50% de los máximos que llegaron a alcanzar antes de la crisis. Aunque es difícil que recuperen ese nivel en algunos años, es evidente que el potencial de recuperación de los beneficios desde estos niveles es importante lo que podría justificar valoraciones en la Bolsa española bastante más elevadas que las actuales en el momento en que se confíe que hemos entrado en un nuevo ciclo de crecimiento sostenido.