La quinta generación del súper deportivo ya es una realidad. Equipa un
motor naftero V10 de 8.4 litros, 641 hp de potencia y 814 Nm de torque máximo,
asociado a una transmisión manual de seis marchas. El chasis ultraliviano está
construido en fibra de carbono y aluminio, lo que le permite acelerar de 0 a
100 km/h en 3,5 segundos y alcanzar una velocidad final de 330 km/h. Arriba a
Buenos Aires, exclusivamente para el Salón Internacional del Automóvil.
El Viper SRT es la obra cumbre de la división de modelos
especiales SRT (Street Racing Technology), que agrupa a los vehículos más
deportivos del Grupo Chrysler. Es, sin duda, uno de los autos más llamativos del
mundo, y en su quinta generación mejoró las performances, la calidad de
construcción e incorporó nueva tecnología.
Su motor delantero longitudinal íntegramente fabricado en
aluminio respeta la clásica configuración de diez cilindros en V, una marca
registrada del modelo. Sin necesidad de recurrir a la sobrealimentación, los
8.4 litros aspirados (20 válvulas) erogan una impresionante potencia de 641 hp
y un torque máximo de 814 Nm, este último entre los valores más altos de su
clase.
Con semejantes parámetros no es de extrañar que el Viper SRT
se ubique entre los purasangre más rápidos del mundo, factor en el que influye
directamente la reducción de 45 kg en su peso total (ahora de 1.495 kg). Impulsado
exclusivamente a través del eje posterior, acelera de 0 a 100 km/h en 3,5
segundos y alcanza los 330 km/h de velocidad final. Aseguran apoyo absoluto los
neumáticos de medida diferenciada: 295/30 R18 adelante y 355/30 R19 atrás.
La transmisión también carga con el sello Viper, ya que es
una manual Tremec de seis relaciones. Esta elección –histórica en el modelo–
tiene que ver con mantener intacta la esencia emotiva de conducir un muscle car en todo su esplendor. Por
este motivo las relaciones de caja fueron acortadas, lo que se tradujo en un rendimiento
más explosivo del V10.
Deportividad al
extremo
Con la obsesión del más eficiente comportamiento dinámico, los
ingenieros de la división SRT aplicaron los conocimientos adquiridos en Viper
GTS-R de competición. La suspensión

trasera fue rediseñada y se mantuvo el reparto de peso de 50
% sobre cada eje. Como resultado final la rigidez torsional se optimizó en un
50 %, con la consiguiente mejora en el desempeño.
En Estados Unidos, está disponible para los más exigentes el
Track Package, un conjunto de recursos que reduce el peso en 25 kg, mejora
todavía más la tenida en velocidad y la precisión de cara a un alto
rendimiento. Además, en la versión GTS del modelo se puede variar la dureza de
la suspensión, según se vaya a circular por la calle o en un circuito.
Construcción de
calidad
El Viper SRT mide 4.463 mm de largo, 1.941 de ancho y apenas
1.246 de alto, lo que garantiza un bajo centro de gravedad. La distancia de
entre ejes es de 2.510 mm, y se destaca el largo capó con el habitáculo
retrasado, configuración típicamente deportiva. Sus líneas, modernizadas pero
fieles a la leyenda de la cobra, destilan agresividad por dónde se las mire, y
son el resultado del intenso trabajo en el túnel del viento.
Puertas adentro es el Viper más espacioso de la historia.
Prima la utilización de materiales Premium y una cuidada manufactura, con
revestimientos acolchados. Las butacas de kevlar y fibra de vidrio están dos
centímetros más bajas, y por primera vez en el modelo regulan en altura. El
instrumental, además de toda la información necesaria, brinda opciones de configuración
según el gusto del conductor.
De todos los de la saga, el flamante Viper SRT es también el
que mayor confort brinda a sus dos pasajeros. De ello se encarga en parte el
sistema multimedia UConnect, comandado desde la pantalla táctil de 8.4 pulgadas.
Desde allí se dirige el navegador satelital y la infinidad de funciones
disponibles, tales como la climatización, la telefonía o el equipo de audio de
alta fidelidad Harman Kardon.
El cuidado de los ocupantes también está contemplado, no
sólo por los potentes frenos con ABS y las bolsas de aires, sino por el
monitoreo de la presión de cada neumático y un avanzado control de tracción y
estabilidad que puede brindar, según versión, dos o cuatro modos de
funcionamiento. De esta forma, el Viper SRT se convierte en una máquina de
liberar adrenalina, pero siempre en forma segura.